El Deportivo de A Coruña pone el fin a una era y abre sus puertas a que un banco se convierta en el accionista mayoritario de la entidad por primera vez en su historia. “Éramos de los últimos clubs del capitalismo popular”, aseguran fuentes de la institución en referencia a una estructura con 24.000 socios en la que nunca una sola persona tuvo en su poder más del 5% de las acciones. La entidad de capital venezolano Abanca se ha ofrecido para canjear 35 millones de euros en deuda a cambio de más de 580.000 acciones. Los socios deben aprobar este martes la operación que convertirá a la entidad financiera en la dueña de más del 70% de las acciones del Depor.
La decisión que se somete a la votación de la Junta General de Accionistas llega en un momento de horas bajas para un club descendido de manera efectiva a Segunda B y con poca confianza en que los recursos en marcha en torno a los escándalos que rodearon la celebración de la última jornada de Liga puedan mantenerle en la división de plata del fútbol profesional.
El Dépor quiere dejar de deber esos 35 millones y más adelante intentará conseguir una cifra idéntica con la emisión de nuevas acciones, a cuya compra podar acudir los pequeños accionistas. En caso de conseguir agotar esa segunda emisión de acciones la participación de Abanca se vería limitada a poco más del 30%, seis veces más de lo que nunca ha tenido en sus manos un solo inversor.
La entrada de un banco en el terreno de juego alivia y preocupa a partes iguales en A Coruña. Frente a quienes consideran que la eliminación de deuda es imprescindible para una organización con muchos otros problemas, están los que dan por seguro que el movimiento de Abanca tiene como único objeto la especulación y posterior venta del Depor. En ese último punto tiene un papel fundamental en ayuntamiento coruñés, propietario del estadio de Riazor en el que el equipo juega y entrena sin tener que pagar por ello nada más que la cifra simbólica de un euro. El contrato con el consistorio que permite al Dépor jugar al fútbol en primera línea de playa incluye una cláusula que exige revisión en caso de un cambio importante en las mayorías accionariales de la entidad. Esa otra negociación también ha comenzado.
El ayuntamiento que preside la socialista Inés Rey quiere mantener la cifra de un euro por el alquiler del estadio pero plantea una nueva cláusula en el mismo que prohíbe extender ese ventajoso acuerdo a cualquier propietario del Dépor que no sea de A Coruña o su ámbito de influencia. Si la intención de Abanca después de entrar en el Dépor es vender a alguien de fuera, estaría vendiendo a un equipo sin campo en el jugar. A la entidad financiera se la considera local al tener su sede en la localidad de Betanzos (A Coruña) a pesar de que la propiedad pertenece a la entidad venezolana Banesco.