“Se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente”. Esa es la conclusión a la que llega el Ministerio para la Transición Ecológica, a partir de análisis propios y de la Xunta, sobre la obra que la Autoridad Portuaria de Vigo quiere realizar para mejorar los accesos viarios a los muelles que tiene en el entorno del puente de Rande, ya en el interior de la ensenada de San Simón, zona protegida del fondo de la ría de Vigo incluida en la Red Natura 2000. El Gobierno central rechaza así la petición formulada por el Puerto de Vigo para obtener una autorización ambiental acelerada y obliga a realizar una evaluación ambiental ordinaria del proyecto para identificar y minimizar mejor sus impactos.
La imposición por parte del Gobierno central de una evaluación ambiental ordinaria, y no la acelerada que pretendía la Autoridad Portuaria presidida por el popular Enrique López Veiga, llega después de que hace dos años la justicia ya anulase el Plan de Usos del puerto por aprobarlo sin evaluar su impacto ambiental a pesar de afectar precisamente a ese espacio protegido. Al tiempo, la Autoridad Portuaria está planificando más de 200.000 metros cuadrados de nuevos rellenos, algunos en ese mismo entorno de Rande y la protegida ensenada de San Simón, ampliaciones que presenta como “crecimiento sostenible”.
En el caso de la reforma y mejora de los accesos viarios a los muelles de Rande, la Autoridad Portuaria quiere agilizar la entrada y salida de camiones entre esa zona portuaria y la carretera N-552 entre Vigo y el vecino municipio de Redondela evitando que los vehículos tengan que detenerse en función del tráfico para hacer giros a la izquierda. Para eso ofrece tres alternativas que implican la modificación del trazado de la carretera nacional o la construcción de nuevas estructuras para superar la vía del tren paralela, obras que el Ministerio para la Transición Ecológica considera que tendrán efecto sobre el espacio natural protegido de la ensenada.
La resolución del ministerio que obliga ahora a evaluar y paliar mejor esos posibles impactos, con fecha del 5 de diciembre y publicada en el Boletín Oficial del Estado del 25 de diciembre, recoge también las alegaciones formuladas al proyecto de la Autoridad Portuaria por parte de distintas administraciones. Una de las más duras es la Consellería del Mar de la Xunta, administración que nombró en 2015 a López Veiga como presidente del Puerto de Vigo y que hasta ahora venía apoyando sus proyectos de rellenos. En este caso considera que “las obras están muy próximas a la línea de costa y que las medidas preventivas y correctoras pueden no ser suficientes” para evitar que los trabajos afecten al medio marino. Si los materiales de las obras llegan al agua, dice, “provocarían la alteración de las aguas marinas y afección sobre los recursos pesqueros, marisqueros y acuícolas”. Similar advertencia hace el Instituto Español de Oceanografía, que destaca que “en las cercanías de la zona de actuación se encuentra la zona de especial conservación (ZEC) Ensenada de San Simón y tres polígonos de bateas de cultivo de moluscos y varios bancos marisqueros”, añadiendo que “se prevé que durante la fase de ejecución se pueda producir alteración en la calidad de las aguas a consecuencia del movimiento de tierras”.
También desde la Xunta su Instituto de Estudios del Territorio critica que los planos de las obras facilitados por el Puerto de Vigo “no detallan las medidas paisajísticas” a ejecutar. Por el contrario, la Consellería de Medio Ambiente considera que la obra “es compatible con la preservación de los valores naturales del entorno siempre que se tengan en cuenta los aspectos” de control y paliativos ya contemplados por la Autoridad Portuaria.
Junto con esos informes, también se pronunciaron de manera crítica sobre el proyecto los ayuntamientos de Vigo, Redondela y Moaña, la Cofradía de Pescadores de esa última villa, el sector mejillonero, el BNG y diversas entidades ecologistas (Adega, Greenpeace y plataformas en defensa de la Ría de Vigo y de la Ensenada de San Simón).
A la vista de todos los informes, el Ministerio para la Transición Ecológica concluye que las obras podrían tener “efectos adversos potencialmente significativos sobre la atmósfera en cuanto al impacto acústico en las viviendas” próximas a la zona. También considera que se deben analizar mejor “los efectos sinérgicos con otras infraestructuras y el resto de actividades portuarias y el riesgo de afección al espacio de Red Natura 2000”. Por último, el ministerio destaca que “las actuaciones previstas tienen una fuerte oposición social tanto por los Ayuntamientos de Redondela y Moaña como por movimientos vecinales”, cuestiones que censura que la Autoridad Portuaria “no analizó”.
El emplazamiento de instalaciones portuarias en la protegida ensenada de San Simón ya fue uno de los motivos por los que la justicia anuló hace dos años la Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP, el denominado Plan de Usos) del Puerto de Vigo, el documento que establece la organización espacial básica de los puertos estatales y, con amparo en ella, permite ciertas obras. La Autoridad Portuaria de Vigo había aprobado ese documento sin someterlo a evaluación ambiental, lo que llevó en 2017 a la Audiencia Nacional a anularlo.
El tribunal destacó que el hecho de que el documento abarcase zonas protegidas como la ensenada de San Simón debió llevar a la Autoridad Portuaria a someterlo a evaluación ambiental, algo que no hizo a pesar de que en 2013 la misma Audiencia Nacional ya había anulado por el mismo motivo el mismo tipo de plan del vecino Puerto de Marín y Ría de Pontevedra. El pasado enero el Tribunal Supremo ratificó la anulación de la Audiencia Nacional y la Autoridad Portuaria de Vigo está elaborando un nuevo plan, pero Puertos del Estado quiere ahora eximir de evaluación ambiental a ese tipo de documentos.
Sin embargo, ese hecho, el de que el Puerto de Vigo aún no cuente con ese plan para ordenar sus espacios y a pesar de ello esté planificando ya nuevos rellenos, es motivo de crítica por parte del alcalde de Vigo, Abel Caballero. Ante la suma de proyectos de nuevos rellenos sobre la ría, el regidor censura que en la Autoridad Portuaria “están haciendo el Plan de Usos y antes de delimitar los espacios del puerto ya dicen que hay que hacer rellenos; rellenos ni antes ni después, pero mucho menos antes”, ha asegurado.
En concreto, la propuesta de la Autoridad Portuaria para la zona de Rande y la ensenada de San Simón en sus planes de ampliación es la de una “posible transformación de las escolleras existentes en verdaderas líneas de atraque, de manera que se obtenga el calado suficiente para el amarre de unidades de pequeño y mediano porte”. Eso implicará nuevos rellenos al menos hasta la base bajo el agua de esos diques así como el “alineamiento”, como lo define el puerto en su Plan Estratégico, de las formas irregulares que presenta actualmente ese borde litoral. Son proyectos que la Autoridad Portuaria presenta como “crecimiento sostenible”.