“La Comisión manifiesta sus dudas en cuanto a la contribución de los proyectos de inversión al desarrollo de la región en cuestión”. Así muestra la Comisión Europea sus dudas sobre el efecto real para Galicia de las ayudas de cerca de 20,7 millones de euros que el Gobierno central, a través de una petición de la Xunta, otorgó en 2017 a la fábrica de Peugeot-Citroën de Vigo. El pasado julio se hizo público que la UE estaba analizando esa subvención y ahora se desvela el detalle de las principales dudas de la Comisión, que pide a cualquier interesado que formule las consideraciones o alegaciones que considere oportunas.
El Diario Oficial de la UE publicó el pasado 17 de enero la carta con la que la Comisión comunicó formalmente hace seis meses al Gobierno de España su decisión de incoar un procedimiento de investigación de esas ayudas, que cuando fueron concedidas por el Gobierno de Mariano Rajoy quedaron condicionadas a su posterior autorización por parte de la UE. Esa carta ahora desvelada, y que se somete a la consideración de cualquier interesado por un plazo de un mes, contiene tanto las principales dudas que las ayudas le producen a la Comisión Europea como las explicaciones ofrecidas por España, que no convencen a la UE.
Consultada por este diario sobre el nuevo paso dado por la Comisión Europea al hacer públicas sus dudas y su intercambio de preguntas y respuestas con el Gobierno español en el Diario Oficial de la UE, la empresa dice no tener “ningún comentario al respecto, más allá de recordar que la aprobación de estas ayudas, sometidas por las autoridades españolas a la Comisión Europea, sigue el procedimiento habitual”. “La empresa no ha recibido por el momento la ayuda, dado que se encuentra en proceso de aprobación”, recuerda.
Según lo ahora desvelado por la Comisión, las ayudas, que suman un total de 20.660.434 euros, deberían ir destinadas a introducir innovaciones en el proceso global de producción de automóviles, pero la UE cree que eso no es así y sospecha que realmente están destinadas a una mejora puntual de la técnica empleada en la planta viguesa en beneficio de la empresa y no de la innovación. Eso supondría ir en contra de las denominadas Directrices sobre las ayudas estatales de finalidad regional para 2014-2020 (DAR). “En la fase de evaluación preliminar, la Comisión no pudo confirmar la admisibilidad de la ayuda notificada y su compatibilidad con las disposiciones de las DAR”, dice.
La Comisión no solo duda de la contribución al desarrollo de Galicia de los proyectos de inversión de Peugeot-Citroën en Vigo sino también de que pudieran recibir ese tipo de ayudas tanto la empresa como ese tipo de proyectos en sí. La Comisión recuerda que las directrices que regulan esas ayudas dicen que “puesto que la ayuda regional para inversiones de grandes empresas no es probable que tenga un efecto incentivador, no puede considerarse compatible con el mercado interior” a no ser que, de manera excepcional, se otorgue para “nuevos procesos innovadores”, algo que no ha sido capaz de constatar en Vigo. Y explica que, en el caso de la inversión subvencionada en Vigo, esta se produjo en detrimento de otra fábrica de la compañía en la región eslovaca de Trnava. Esto es, la ayuda supuso un obstáculo a la libre competencia en la UE.
“La ayuda pudo desviar la inversión 1 de Trnava, donde, sin ninguna ayuda, a primera vista parece que la ejecución de la inversión habría sido más viable”, llega a decir la Comisión, que concluye que “esto constituiría un efecto negativo manifiesto de la ayuda, que [...] no puede compensarse, al sopesar de manera global la compatibilidad de la ayuda, con ningún efecto positivo de la misma, ya que es contrario a la propia lógica de la ayuda regional”. Explicado de otro modo por la propia Comisión, “la inversión habría sido más rentable económicamente o más viable en esa otra localización, por lo menos igual de desfavorecida”. Además, la Comisión también duda de que el tipo de vehículos para el que va destinada parte de la inversión subvencionada pueda formar parte de un “mercado poco productivo, el cual podría incluso estar en declive absoluto”.
Por el contrario, entre los argumentos ofrecidos por el Gobierno central, que no convencen a la UE, está el de que “sin la ayuda, la inversión no sería suficientemente rentable” y que la ayuda “cambió el comportamiento de [Peugeot-Citroën Vigo] al estimular las innovaciones tecnológicas y la evolución industrial” y que “sin la ayuda [Peugeot- Citroën Vigo] no realizaría las inversiones por importe de 492 millones de euros tal como estaban previstas en el Plan Industrial 2015-2019”.