Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Elecciones gallegas: el inminente examen para Feijóo que el PSOE quiere convertir en su precipicio

Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo conversan durante la toma de posesión del primero como presidente de la Xunta.

Gonzalo Cortizo

36

Alberto Núñez Feijóo busca un objetivo, en principio asequible, al que entregarse tras las derrotas sufridas en la investidura. El nuevo reto es mantener el poder en la Xunta de Galicia que dejó atrás cuando decidió irse a Madrid para fracasar en su aspiración de convertirse en presidente del Gobierno. Durante una entrevista publicada este lunes por el diario El Mundo, Feijóo aseguró: “Si no sacamos la quinta mayoría absoluta consecutiva en Galicia no habré cumplido mis expectativas”. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, está a punto de dar el pistoletazo de salida para esos comicios y como fecha más probable se perfila el 18 de febrero. Vox ya ha dicho que presentará candidatura en las cuatro provincias y la cosa se presenta tan ajustada que el PP no ha dudado en salir a la palestra para pedirles a los de Abascal que no lo hagan.

En el PSOE saben que ese objetivo puede convertirse en un precipicio para el líder del Partido Popular en el improbable escenario de que se produzca un relevo de poder. La decisión en Ferraz es darlo todo en la campaña gallega y abonarse al razonamiento de que un patinazo del PP podría suponer el descalabro definitivo de Feijóo y, por tanto, tiempo extra para que el nuevo Gobierno eche a andar.

Apenas hay encuestas publicadas. La de Sondaxe para La Voz de Galicia decía a finales de octubre que el PP mantendrá su mayoría absoluta con 40 escaños, dos menos de los obtenidos por Feijóo en 2020. Ese estudio demoscópico sitúa a Vox fuera del Parlamento gallego y tampoco prevé la entrada de Democracia Ourensana, la formación que lidera el polémico alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome. La mayoría en Galicia se sitúa en los 38 escaños. Atendiendo a esa encuesta, el PP aún estaría a dos por encima del precipicio.

En cuanto a la fecha de esos comicios nada está confirmado pero cada vez suena con más fuerza el 18 de febrero. Alfonso Rueda, el candidato formal del Partido Popular, no ha querido desvelar sus intenciones en medio de un estado de opinión que señala que convocará tan pronto apruebe los presupuestos del 2024. Esa votación está prevista para el próximo 19 de diciembre. Si convoca inmediatamente después de ese debate Galicia podría estar lista para votar en el arranque de la segunda quincena de febrero.

Esas cábalas sobre el calendario han llegado ya hasta el País Vasco, con cuyo Gobierno acostumbra a coordinarse la Xunta cada vez que se realiza una llamada a las urnas. Según fuentes del PNV, ha habido conversaciones informales entre ambas partes en las que se ha constatado que febrero es demasiado pronto para Urkullu. Se abre así la posibilidad de que las elecciones gallegas y vascas se celebren por separado en esta ocasión.

Rentabilizar la amnistía

Las prisas del Partido Popular para abrir el melón electoral gallego transitan por dos ejes. El primero es la imperiosa necesidad que tiene Feijóo de ganar en alguna contienda. El segundo, la oportunidad que los estrategas del PP ven en llegar a la campaña sin que se hayan apagado los rescoldos de la contestación que está generando la ley de amnistía.

La convicción general en Génova 13 es que una campaña tensionada en torno a la aministía beneficia el PP y cimenta las opciones de victoria para un Alfonso Rueda que se presenta como primerizo a un examen en las urnas. Pero esa estrategia tiene un punto débil: el anuncio realizado por VOX sobre sus intenciones de presentar candidaturas en las cuatro provincias gallegas. A las pocas horas de que elDiario.es avanzase esa información, el número tres del PP, Miguel Tellado, pidió a Vox que no se presentasen. Lo hizo desde los micrófonos del programa que presenta Federico Jiménez Losantos.

Mientras tanto en el PSOE velan armas para una campaña en la que Pedro Sánchez ve opciones para cambiar el color de la Xunta de Galicia. El razonamiento de la dirección socialista es simple: si Feijóo pierde las gallegas, su liderazgo habrá llegado a su fin. Si no las pierde, todo seguirá igual que está. Antes de finalizar febrero la respuesta a todas esas cuestiones podría estar ya sobre la mesa.

Etiquetas
stats