El “efecto Pontón”. A eso se ha aferrado el BNG desde el comienzo de la campaña y, sobre todo, desde que el debate de la CRTVG a cinco destapara la buena valoración de una candidata, Ana Pontón, que mayoritariamente fue señalada como la mejor de aquel encuentro. Rebelándose contra las encuestas y reclamando el voto “rebelde”, el Bloque presume de campaña “con propuestas, en positivo, basada en la ilusión y en la confianza del país”. Y se ha valido también del valor de la fuerza propia frente a unos contrincantes que, en más o menos medida, han requerido a líderes estatales.
“Lo mejor para Galicia está por venir el 25 de septiembre de la mano del BNG”, ha asegurado este viernes en Pontevedra Ana Pontón, que llamó a los indecisos a “que no se resignen y confíen en la papeleta del Bloque, la de las personas que queremos una Galicia con igualdad, sin desempleo, sin corrupción, sin gobiernos entregados a los intereses de empresas, un gobierno al servicio de los gallegos y gallegas y ese es nuestro compromiso con este país”.
Ya en Vigo, en el cierre de campaña, ha pedido el apoyo “a todas las personas que quieran dejar atrás a Galicia triste y gris de Feijóo y construir una ”Galicia viva y de oportunidades“ en la que vivir y trabajar con dignidad. ”Cualquiera sabe que en su vida para salir adelante precisa confiar en sí mismo, y nosotros, colectivamente, también necesitamos confiar en lo que somos capaces de hacer como pueblo“, ha subrayado.
El BNG ha jugado también la baza de la experiencia parlamentaria de Pontón, que confía en la remontada y que aspira a ser la “clave” en la derrota del PP. Insiste la formación nacionalista en que es con ellos con quien los populares y Ciudadanos se disputan los últimos escaños en todas las provincias. Y creen que una recuperación de su voto será la que incline la balanza hacia un gobierno de cambio.
Un cambio, además, que no pone en entredicho la candidata. “Seré la primera en llamar a Villares y Leiceaga si Feijóo pierda la absoluta”, ha aclarado. El Bloque, insiste, “no cometerá la irresponsabilidad de Podemos y PSOE al darle una vida extra a Rajoy en el Estado”.