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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El PP promete los mismos traspasos de competencias a Galicia que en 2009 tras no haber logrado ninguno

El gobierno de coalición de PSdeG y BNG había sido un “auténtico antídoto del autogobierno de Galicia”. Su mandato había supuesto “cuatro años de sometimiento a Madrid” que, unido a la “falta de sensibilidad para con Galicia del Gobierno socialista” en España, daba lugar a un balance de apenas una docena de “traspasiños de asuntos menores”. El actual vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, resumía de este modo, a pocos días de las elecciones gallegas de 2009, la posición del PP sobre el autogobierno gallego y justificaba así los traspasos de competencias que la candidatura encabezada por Alberto Núñez Feijóo incluía en su programa electoral. Siete años después, la Xunta no ha sumado una sola competencia nueva y el PP recicla aquella promesa para, esencialmente, asegurar que entre 2016 y 2020 lograrán las mismas transferencias prometidas cuando aspiraban a desbancar del Gobierno a socialistas y nacionalistas.

El pasado fin de semana el PP presentó los cuatro documentos en que se divide su programa electoral para el 25-S. En el epígrafe dedicado a las medidas para “fortalecer las instituciones del autogobierno, reformar las Administraciones públicas y potenciar la acción exterior” los de Feijóo dedican dos párrafos a concretar las áreas competenciales que dicen estar dispuestos a reforzar. Así, aseguran, “recobraremos la agenda de traspasos pendientes”, “comenzando por la Autopista del Atlántico, ”pero también la inspección de trabajo o las competencias en ordenación del litoral o inspección y vigilancia pesquera, entre otras“. Establecen, además, el compromiso de ”replantear la negociación de la transferencia de las competencias en materia de tráfico“.

Todas estas competencias estaban ya incluidas en una lista más amplia de traspasos pendientes que el PP insertó en su programa electoral gallego de 2009. Estas se extraían, a su vez, del paquete de 70 traspasos reclamados por unanimidad en el Parlamento en el último tramo de la legislatura del bipartito. Aquel compendio fue formalmente asumido por el Gobierno de Feijóo al llegar el poder y, en el propio año 2009, los populares señalaron dos grupos prioritarios de competencias: uno que ya había comenzado a negociar el Gobierno de la izquierda -museos, bibliotecas y archivos, bolsas de estudio e inspección de trabajo- y otro con diez competencias más, entre ellas todas las ahora prometidas en el programa de 2016.

A pesar de lo específico de estas promesas, la primera legislatura con Feijóo en la presidencia se cerró sin sumar traspaso alguno. No obstante, en su programa de 2012 el PPdeG aseguraba “mantener como hoja de ruta en el campo del traspaso competencial” las competencias pactadas por el Parlamento y aseguraban que iban “a continuar negociando” su aprobación, además de “trabajar para avanzar en fórmulas de coparticipación en las decisiones y de cogestión en el Estado de las Autonomías”. Cuando, en 2014, esta promesa aún no había dado fruto, los populares se vieron obligados a tomar posición al hilo de una iniciativa del BNG en la Cámara sobre el traspaso de la competencia de meteorología. En aquella sesión el portavoz del PP, Pedro Puy, admitía que su partido había dado por “agotados” los traspasos de competencias. Ahora “lo que hace falta para mantener el autogobierno es mantener la solvencia de la comunidad autónoma”, explicó.

Apenas dos años después de este claro cambio de posición, el programa popular -coordinado por el propio Puy-, vuelve a la posición de salida. La explicación del nuevo cambio es que “la mejora de la situación económica y de los ingresos de las administraciones públicas” permite “estar en condiciones de negociar transferencias de competencias que hasta ahora habían quedado relegadas a causa de las limitaciones presupuestarias que dificultaban su financiación”. No obstante, los presupuestos tanto de la Xunta como del Gobierno de España son ahora más limitados que en 2009 por, entre otros aspectos, la caída de la recaudación tributaria y las restricciones impuestas desde la UE.

Del mismo modo, las posiciones parlamentarias y gubernamentales del PP en los últimos años cuando se trató de concretar traspasos de competencias a Galicia contradicen lo ahora prometido. Así, por ejemplo, el PP evitó en varias ocasiones apoyar en el Congreso de los Diputados y desde el Gobierno central la transferencia de la AP-9 que aseguran defender en Galicia. Del mismo modo, los conservadores se abstuvieron en 2010 en la votación para el traspaso a Galicia de la gestión del tráfico en una sesión en la que su voto afirmativo habría obligado al Gobierno central, entonces dirigido por el PSOE, a poner en marcha la transferencia. Adicionalmente, el propio Feijóo ha desdeñado la posibilidad de retomar la reforma del Estatuto de Autonomía.