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Las encuestas que auguran el ascenso del PSOE marcan el inicio de la campaña en las ciudades gallegas

El anterior ciclo electoral trajo consigo en Galicia cosas que nunca habían pasado y una única constante. Las elecciones europeas de 2014 las ganó el PP entre el electorado gallego, pero la emergencia de Podemos, especialmente en las áreas urbanas, había hecho girar a la izquierda el cómputo total de sufragios. En las municipales de 2015 las mareas municipales habían impulsado el primer fracaso electoral evidente del PPdeG con Feijóo al frente y las generales del mismo año habían apuntado a un declive popular que frenó en las nuevas generales de 2016, año en el que regresó la constante: el PP retuvo a la Xunta.

Las elecciones generales adelantadas del pasado 28 de abril abrieron inesperadamente el nuevo ciclo electoral y, en el caso gallego, el resultado fue inédito. El PP no fue el más votado en Galicia por primera vez desde que Manuel Fraga refundó con estas siglas la vieja Alianza Popular. El PSdeG aprovechó el desplome de los de Feijóo, la división del espacio político de las mareas y la dinámica política estatal para alzarse con la primera posición. Con este impulso afronta una carrera municipal que, tras el comienzo marcado por el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba, ha quedado este lunes definitivamente lanzada al son de las encuestas del fin de semana.

En ausencia de una casa de encuestas pública que juegue en Galicia el papel del CIS a nivel de Estado, del CEO en Catalunya o del Euskobarómetro en Euskadi -la Xunta sólo hizo algo semejante, fugazmente, en los tiempos de la coalición de PSdeG y BNG-, los sondeos que una campaña más marcan la dinámica interna de las fuerzas políticas en el inicio de la carrera electoral son los elaborados por Sondaxe, la empresa demoscópica del Grupo Voz. Concretamente, los divulgados para los siete principales ayuntamientos de Galicia.

Los trackings (encuestas diarias) que la compañía publicará en su periódico cada día dentro del plazo legal -la ley sigue vetando su publicación en los cinco días previos a los comicios- pero que seguirán siendo elaborados durante toda la campaña dibujan lo que sería un cambio inédito en la historia reciente de la Galicia urbana. Tras múltiples elecciones municipales en las que la cuestión había venido siendo si existía o no una alternancia en el poder entre el PP y una o varias formaciones de la izquierda, el panorama demoscópico habla ahora, con la única excepción de Pontevedra, de que el principal interrogante será ver hasta dónde sube en los ayuntamientos la ola del PSdeG impulsada desde el 28A por Pedro Sánchez, que este martes visita A Coruña y Vigo.

Siempre según esas encuestas, los socialistas no sólo estarían en condiciones de consolidar las alcaldías que ya tienen -con una victoria todavía más aplastante de Abel Caballero en Vigo y un primer puesto que permitiría a Lara Méndez gobernar en Lugo con mucha más comodidad-. También podrían aspirar a las actuales tres alcaldías urbanas de las mareas -A Coruña, Ferrol y Santiago- y al único bastón de mando urbano del PP, Ourense.

Las fotografías que ofrecen las encuestas van desde una tendencia a empates técnicos -en A Coruña con el PP y la Marea Atlántica, con los populares en Ferrol y con PP y Democracia Ourensana en Ourense- a una clara primacía como punto de arranque de la campaña en Santiago. Pontevedra sería el sitio distinto pero no por un triunfo del PP, sino porque el BNG que encabeza Miguel Anxo Fernández Lores estaría otra vez al borde de la mayoría absoluta.

El diagnóstico vigués lo comparte el sondeo de Infortécnica para Radio Vigo. Mientras, la misma compañía augura para La Región que el PP podría seguir en Ourense como más votado y, de este modo, aspirar a retener la alcaldía.

Los enfoques de los partidos

Con la demoscopia cómo música de fondo el que aparece como principal beneficiario de los pronósticos urbanos, el PSdeG, llama como en la campaña de las generales a no caer en la “confianza”, en palabras de su secretario general, Gonzalo Caballero. “No queremos ganar las encuestas, queremos ganar las elecciones”, reitera el líder socialista, quien asegura confiar en poder gobernar las siete ciudades gallegas aprovechando el impulso de las generales, otra vez con las elecciones autonómicas de 2020 en el horizonte.

En las mareas gobernantes el sentimiento imperante es que todo está por decidir y que en la configuración de las nuevas corporaciones influirá de manera crucial el desarrollo de la campaña electoral y, muy especialmente, el contacto directo de sus respectivos candidatos con el vecindario y en el contraste del perfil de Xulio Ferreiro o Martiño Noriega con los socialistas Inés Rey y Xosé Sánchez Bugallo. Más allá de las cifras dibujadas en las encuestas -que sorprendieron especial y negativamente en el entorno de Compostela Aberta, cuyo candidato habla abiertamente de “distorsión”- la percepción es la de tendencias a la igualdad con los socialistas en la pugna por las alcaldías con un PP a la baja al que eventuales sumas por la derecha no le llegarían para gobernar.

En el PP el mensaje verbalizado por Feijóo en cada mitin es prácticamente idéntico con independencia de la localidad, la llamada insistente a “unir el voto” de toda la derecha en torno a los candidatos del PP. Esta idea la complementó este fin de semana su número dos en el partido, Miguel Tellado, admitiendo su disposición a completar mayorías en las ciudades con el partido de extrema derecha Vox en las ciudades en caso de que obtuviera obtenga y de que estas alianzas a la andaluza pudiesen dar lugar a mayorías de gobierno.

Por parte del BNG la posibilidad de que Lores consiga la mayoría absoluta en Pontevedra satisface especialmente y refuerza una de las ideas fuerza de su campaña, la de los municipios en los que ya gobierna como “aval” para sus candidaturas donde es oposición. La líder de la formación, Ana Pontón, considera en todo caso que no pueden “confiarse” mientras reitera su análisis de un Bloque al alza con posibilidades de incrementar su cuota de poder municipal después del 26M.