Tan polémico como interesante y tan vehemente cómo didáctico, el doctor Richard Stallman, programador y fundador del movimiento del software libre, visitó hace unos días Galicia para explicar su filosofía en una conferencia en la Facultad de Informática de A Coruña. Doctor honoris causa por un gran número de universidades y miembro del Salón de la Fama de Internet, no es difícil ver su cara en carteles que simulan la mítica figura del Che Guevara. Revolucionario de la Red, lanzó su movimiento en 1983 y no duda en definirlo como una opción “política e ideológica” aplicada al ámbito informático. Del resto, también opina, tal y como hizo en esta entrevista durante la cual decidió descalzarse los pies. “No me gusta que me digan lo que tengo que hacer”, advierte antes de una ponencia que es semejante a la que ofrece en otros lugares, pero en las cuales, advierte, suele añadir reflexiones más domésticas.
¿Por ejemplo, cuáles?
Lo que relato en las conferencias es casi siempre lo mismo, aunque cuando estoy en España suelo mencionar también que el Estado español es antidemocrático.
En el ámbito informático, quiere decir...
No solo en este ámbito, en otros muchos también. Según la ley Sinde, por ejemplo, en España se puede eliminar cualquier sitio de internet sin aviso previo y esto es censura, algo incompatible con la libertad y con la democracia. Pero además, me parece que la nueva ley de seguridad ciudadana también es antidemocrática y yo le hago una sugerencia a los españoles: que pongan letreros en sus casas en los que diga: “la ley de seguridad insulta a España”... Es natural, porque este Ejecutivo es un gobierno de ocupación de los gangsters, extranjeros fundamentalmente, que se imponen a los españoles. Estas cosas pasan en muchos más lugares, obviamente.
¿También en cuanto al ámbito informático?
No conozco la situación en la mayoría de los países, pero no sé si en muchos estados europeos los gobiernos tienen la facultad de acabar con sitios web arbitrariamente. Sé que algunos sí, pero creo que no muchos.
Usted asegura que el software libre es fundamental para garantizar la libertad...
En la informática sí, obviamente. Hay muchos otros campos de la vida donde se precisa luchar por la libertad, pero este es mi ámbito y tengo que luchar por él. La informática es muy importante, pero cada vez que aparece un nuevo campo en la vida, tenemos la necesidad de nuevos derechos humanos que se añadan a los derechos fundamentales ya existentes. Hoy en día, la libertad informática es esencial, pero España, por ejemplo, intenta forzar a todo el mundo a participar en su guerra injusta contra compartir archivos en la Red. Cada ciudadano debería, por ejemplo, tener la responsabilidad de montar redes wifi sin cables. Poner una clave a tu red te convierte en soldado del Estado en su guerra injusta.
En seguida le dirían que hacer eso no garantiza la seguridad...
La seguridad informática se hace a través de la encriptación entre tu máquina y cualquier servidor u otra máquina con la que te comunicas. Con una buena encriptación, no tiene importancia quién puede mirar los paquetes en tu red. Si usas la red en un restaurante o en un aeropuerto es lo mismo. Si no crees que sea intolerable usar la red de un aeropuerto, evidentemente no crees que haga falta una clave para la seguridad.
¿Cuál es su modelo de democracia?
Habría muchos aspectos que analizar y modelos diferentes a los que aludir. En cuanto a la adopción de leyes, Suiza me parece un buen modelo porque los ciudadanos votan directamente para aprobar muchas normativas, aunque antes habría muchas otras cosas en las que reparar. En cuanto al derecho de manifestación, por ejemplo, creo que hace cinco años la legislación española en ese ámbito era más idónea.
¿Y su modelo ideal para la informática e internet?
Hay varios asuntos en este ámbito y unir todos en un único modelo no sería coherente. Una de las claves es tener el control de tu propia informática y para tenerlo tienes que hacerla con tus copias de programas libres. Si usas un programa privativo, tu informática está bajo el control del dueño de ese programa y eso es injusto. El software debe ser libre y debemos rechazar el software como servicio según el cual el dueño de un servidor te invita a confiarle tu informática a su servidor para que se haga con la copia de varios programas. Sean libres o privativos, tú no tienes el control de las copias. No debes confiar tu informática al servidor de otro, aunque sea mi propio servidor. Tú debes tener el control, no yo. Esto no quiere decir que todos los servidores sean malos, pero que el dueño de un servidor sepa todo lo que haces es una locura. Esto nos llevan también al asunto de la vigilancia...
¿Estamos cada vez más vigilados?
Tenemos en nuestra sociedad un nivel de vigilancia mucho más alto que el que había en la antigua URSS, que ya fue excesivo. Si el Estado lo supiera todo de nosotros, podría atrapar directamente a todos los criminales, excepto en el caso de los bancos, porque en ese caso los delitos serían tolerados. El Estado no impediría los desahucios, pero sí la defensa contra los desahucios. El Gobierno está del lado de los ricos y en contra de los no ricos. Que el Estado lo supiera todo de nosotros sería un arma más para los ricos, que quieren robar lo máximo posible de quienes no lo son. La democracia no se basa en los métodos de adopción de leyes, este solo es un mecanismo. La democracia es la unión de los que no son ricos para ser más fuertes que los poderosos y mantenerlos en una posición de no dominio.
Habla de la lucha de ricos y no ricos, suele aludir a la “solidaridad social” del software libre... ¿Lo suyo es pura ideología y política, o no?
Sí, porque estoy por la democracia y no apuesto por eliminar la posibilidad de hacerse rico, para nada, pero los ricos no deben poder dominar la sociedad, porque es un peligro. Estamos olvidando la necesidad de asegurarnos de que no nos dominen. Nos están dominando y tenemos que recuperar la democracia, también en el ámbito informático, donde hay otros muchos peligros contra la libertad, como la censura, que avanza rápidamente. En varios países de Europa se bloquea el acceso a varios sitios web y yo no creo que eso sea justo ni democrático.
Las instituciones públicas que basan sus sistemas informáticos en software privativo, ¿no acaban siendo rehenes de las empresas que lo producen?
Son rehenes, están secuestrados por las empresas. El dueño de un programa privativo ejerce su poder sobre los usuarios de este programa y eso es injusto, sea quien fuere el usuario. Si eres tú, están dañando tu libertad, pero si es el Estado el que lo usa, es aún peor porque está dañando al pueblo. Tenemos el derecho a mantener el control de nuestra informática y el Estado debería garantizarlo y no tolerar la presencia de un programa privativo en su actividad informática.
En Galicia, el Parlamento y la Xunta exigen que sus ordenadores vengan con Windows preinstalado...
No conozco este caso particular, pero puede ser consecuencia de la inercia social. La mayoría usa Windows y la Xunta sigue el mismo camino, quizás por ignorancia.
Pero es mucho más caro.
Eso es un detalle secundario. El Estado debe mantener su soberanía informática, aunque cueste dinero y aunque otras alternativas libres costaran más. Pero hay un tipo de corrupción que suele ser legal y que se hace. Por ejemplo, Microsoft, de vez en cuando, amenaza a los países con trasladar sus empresas y puestos de trabajo a otro lugar si ese país no adopta la política que le exige. En otros casos, ofrece establecer un centro de investigación en una región o invierte dinero a cambio de que se acepten las políticas que quiere imponer.
Pero los gobiernos suelen aludir a razones de seguridad para no migrar a software libre.
Eso es una mentira. Un programa privativo no tiene seguridad ninguna. Aquí lo que hay es bastante ceguera en cuanto a la seguridad porque suele hablarse de la seguridad contra terceros y no prestar atención a la seguridad hacia el dueño del programa, que no existe. Cualquier programa privativo tiene seguridad cero hacia su dueño. Sabemos que Microsoft enseña a la NSA los errores de seguridad en Windows antes de corregirlos, así que Windows tiene seguridad cero de cara a los Estados Unidos. El uso de Windows por parte de un país es como abrirle las puertas de todos sus despachos, es una locura.
¿Qué opina de Android?
Android es un caso curioso porque teóricamente es software libre, aunque Google no emplee ese término. Pero solo una parte de Android es libre, porque contiene partes privativas, por ejemplo Google Play, el programa para acceder a la tienda de Google, que es privativo, espía y tiene una puerta trasera... No debe usarse. Los programas privativos suelen tener puertas traseras y Windows tiene una.
¿Qué se puede hacer con estas puertas traseras?
Pueden hacer lo que quieran. La puerta trasera en Windows es universal y Microsoft puede instalar cambios de software a distancia sin pedir permiso, y puede acceder al dueño del ordenador. Cualquier funcionalidad malévola que no esté ahora en Windows podría ser impuesta por la fuerza mañana.
¿Tiene usted teléfono móvil?
Tengo teléfonos en mi despacho conectados de una forma que cuando no uso el teléfono no me controlan, pero no tengo móvil, nunca lo llevo. Siempre hablo desde el despacho o desde los teléfonos de otros. No quiero llevar encima un dispositivo de seguimiento y espionaje que siempre sabe dónde estás. Además, los dispositivos móviles de Apple y Microsoft son cárceles porque el usuario no puede instalar libremente las aplicaciones que quiere. Son plataformas para la censura y esa práctica debería ser ilegal. Habría que prohibir su distribución.
¿Estamos tan controlados?
Controlan a todo el mundo y es deber de todo el mundo poner el dedo en el ojo del Gran Hermano. Yo solo cumplo con mi deber. Estoy en contra de que controlen a todo el mundo y mi deber es resistir. Debería ser el deber de todos, pero yo no decido por los demás, decido por mí.
¿Se ha sentido amenazado por su trabajo por parte de gobiernos o empresas?
Nunca me he sentido amenazado por mi trabajo. Supongo que será porque no los amenazo bastante (se ríe). Hace falta más gente para que los poderosos tengan más miedo. Yo no quiero que el Estado pueda saber todos los secretos de la gente, porque todo el mundo tiene secretos. Yo no defiendo los míos porque no tengo muchos, pero defiendo el derecho de todo el mundo a tenerlos. Si esperas a tener un secreto para comenzar la resistencia, resistirás solo y no será suficiente para ganar. Tenemos que resistir juntos y ahora.
El software libre y su desarrollo suele estar muy vinculado a la defensa de lenguas minoritarias como el gallego, que es incluido en los programas más habituales. ¿Es esto también una muestra de democracia?
Estoy a favor de la conservación de los idiomas porque cuando se pierden es para siempre jamás. Es como si perdieras una especie, una pérdida irreparable. Hay que defender todos los idiomas, por muy minoritarios que sean. La posibilidad de traducir la interfaz de un programa a otro idioma, como el gallego u otro, es un ejemplo de la libertad que el software libre implica, porque permite distribuir una copia modificada del programa. Hay muchos motivos para desear cambiar el programa y distribuir versiones modificadas, también la de quitarle funcionalidades malévolas como la posibilidad de espiar el usuario.
También critica el reparto de tabletas en los colegios...
Los libros de texto y las obras educativas también deben ser libres en el mismo sentido que el software libre. La libertad es tener el control de tu vida. El plan del Estado español de distribuir tabletas con software privativo es fatal. Restringe el uso de los libros para poder entregar obras con menos libertad que cualquier libro impreso. Ni tan siquiera son propiedad de quien lo compra, porque se puede borrar después de un año y no se pueden prestar. Es un plan orwelliano y hay que rechazarlo. Los padres deben decir que no solo no van a pagar estos libros, sino que no deberían permitir que estas tabletas entraran en sus casas porque es una injusticia. Son programas injustos por ser privativos y por sus funcionalidades malévolas, porque imponen libros de enseñanza bajo condiciones injustas ya que, aunque el texto sea igual a otro, distribuirlo así es injusto. Afortunadamente, hay obras con licencia libre en español y también permiten su traducción. El trabajo principal está hecho y ahora solo queda aprovecharlo.