Casi tres meses después de que se celebrasen las elecciones municipales, en el pequeño municipio de Castro Caldelas, en Ourense, no ha habido ni cambio de equipo de gobierno ni revalidación de los responsables anteriores. Es el único de los 313 ayuntamientos gallegos que no se ha renovado tras la cita del 28 de mayo. La Junta Electoral Central ordenó en junio repetir las elecciones, pero no puso nueva fecha para que los vecinos acudiesen a las urnas y, con el mes de agosto ya mediado, sigue sin hacerlo. La alcaldesa en funciones, Sara Inés Vega, señala que lo único que puede decir es que continúan a la espera de indicaciones para poner el proceso en marcha.
El origen de la situación está en las sospechas sobre 118 votos enviados por correo. Son uno de cada diez en un municipio con 1.123 electores inscritos para las municipales del pasado 28 de mayo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), y en el que se depositaron presencialmente en la jornada electoral 834 papeletas (808 en apoyo de alguno de los partidos, siete en blanco y 19 nulas). Los sobres pendientes podrían hacer cambiar el resultado, pero no se contaron. El recuento aquella noche dio al PSOE de nuevo la mayoría absoluta, con cinco de los nueve ediles. El PP consiguió los restantes asientos en el pleno y el BNG, con 39 votos, se volvió a quedar fuera. Pero la distancia entre socialistas y populares fue de solo 27 apoyos (398 frente a 371).
Dos días antes de la jornada electoral, la Junta Electoral de Zona puso en conocimiento del Juzgado de Primera Instancia de A Pobra de Trives un supuesto fraude en el voto por correo en la residencia de ancianos. Ese mismo día se devolvió a cuatro de los mayores de este centro la facultad de votar en urna –en ese momento los plazos para hacerlo por correo ya estaban vencidos–.
Un escrito de Correos a la junta comunicaba una incidencia en la residencia. El PP de Castro Caldelas, encabezado por César Enríquez, conocido como Cachín, insistía aquellos días en que se habían cometido infracciones de la normativa en el proceso. Aseguraba que no se había identificado a los votantes de forma personal y directa. El partido solicitó que estas papeletas remitidas por correo no se introdujesen en la urna en la jornada electoral y, efectivamente, no se contabilizaron aquel día por decisión de la Junta Electoral de Zona, que buscaba evitar que el PP impugnase todas las mesas.
El 15 de junio fue la Junta Electoral Central la que se pronunció sobre el caso. Declaró nulas las elecciones en Castro Caldelas y ordenó repetirlas. Una “grave decisión” adoptada, argumentó, porque no se mantuvo la cadena de custodia de los 118 votos emitidos por correo. El PSOE había reclamado primero que los votos fuesen contabilizados directamente por la Junta de Zona porque consideraba que se privaba del derecho al sufragio a estos electores. Con las papeletas ya en Madrid, pidió que se encargase del recuento la Junta Electoral Central, que lo rechazó: “No ha lugar ya, a esta altura del proceso”. Habían pasado más de dos semanas desde la votación y los votos habían experimentado “inusuales avatares”, manifestó.
Con esta situación el equipo de gobierno sigue en sus puestos en funciones. La alcaldesa, la socialista Sara Inés Vega, asegura que trabajan “con normalidad” y que la principal limitación es que no pueden aprobar unos nuevos presupuestos, de modo que están prorrogados los últimos. Sostiene que esto no es un problema porque Castro Caldelas no tiene deuda y cuenta con “un remanente más que suficiente”. Por el momento no ha tenido ninguna comunicación de la Junta Electoral Central sobre la nueva fecha o indicando cómo será el procedimiento para votar de nuevo.
Una vez conocida la decisión de repetir las elecciones, sobre Castro Caldelas planeó la posibilidad de que la nueva convocatoria se hiciese coincidiendo con las generales de julio, pero eso no ocurrió. En el calendario no están marcadas otras citas por el momento y los siguientes comicios –los autonómicos y los europeos– están previstos ya para 2024. “No tenemos ninguna pista. Cuando nos lo comuniquen, actuaremos”, dice la regidora en funciones. Vega ataca el “secuestro de votos” que considera que se produjo al no introducirse el pasado 28 de mayo los sobres enviados por correo en las urnas. “El problema es que estuvieron los sobres abiertos durante una semana en un despacho y se perdió la cadena de custodia”, critica.
El PP, por su parte, defiende su denuncia. Tras conocerse la decisión de la Junta Electoral Central de que las elecciones debían repetirse, César Enríquez consideró que se hacía “justicia”. La intención del PP era “intentar garantizar que todos los vecinos de Castro Caldelas pudiesen votar de una forma honesta, legal y transparente”, justificó. Pidió disculpas por las molestias de una repetición a los vecinos, que esperan a que finalice agosto para que la vuelta a la actividad les traiga novedades.