Las mascarillas desechables omnipresentes en la pandemia afectan, al degradarse, al entorno natural. Un estudio del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la Universidad de Cádiz ha confirmado que el impacto se refleja en varios genes, relacionados con la reproducción y la respuesta metabólica, del pez cebra (Danio rerio), un organismo considerado modelo en la investigación para estudiar respuestas biológicas, también en el ser humano.
El trabajo ha sido publicado en el Journal of Hazardous Materials. Los investigadores analizaron el efecto de las mascarillas quirúrgicas como fuente de contaminación en los sistemas acuáticos y los organismos que los habitan. La investigación se hizo con mascarillas fabricadas en China y compradas en una farmacia local y con 240 larvas de peces cebra. Se analizó el efecto de una mascarilla en una fase de degradación inicial (con trozos cuadrados de dos milímetros) y lo que ocurre cuando la degradación del material está avanzada (para eso se molieron trozos). Los investigadores los mantuvieron en agua dulce durante una semana con una exposición de luz UVC de ocho horas al día.
Una de las investigadoras, Marta Sendra, señala que, al analizar el agua, se encontraron con una “pequeña liberación” de hierro, cobre, zinc y otra de tres compuestos orgánicos. En el estudio con los peces, los resultados mostraron que la exposición a fragmentos de mascarilla o agua que ha estado en contacto con esos trozos afecta a genes del animal relacionados con la reproducción. Con materiales altamente degradados se encontraron 40 genes afectados que intervienen en el desarrollo de gametos, el reconocimiento esperma-óvulo y la fertilización, expone Sendra.
La investigadora del grupo e Inmunología y Genómica del Instituto de Investigaciones Marinas explica que las mascarillas están hechas con un tejido de microfibras de distintos polímeros plásticos, aditivos orgánicos e inorgánicos. En el medio ambiente, donde se degradan, pueden ser una fuente de microfibras y dejar su correspondiente huella química en sistema, añade.
“Los resultados sugieren que los procesos biológicos afectados por los fragmentos de mascarillas quirúrgicas no solo podrían ocurrir a nivel individual, sino también a nivel de población a través de problemas reproductivos y de fertilidad. Sin embargo, estos efectos dependerán del grado de degradación de las mascarillas quirúrgicas”, concluye el estudio.