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Feijóo cedió a una entidad privada máquinas donadas por Amancio Ortega a la Xunta para el tratamiento del cáncer

Beatriz Muñoz

18 de marzo de 2023 22:21 h

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El Centro Oncolóxico de Galicia es una clínica que se encuentra en la ciudad de A Coruña. A pesar de su carácter privado, en esas instalaciones hay máquinas punteras que aporta directamente la sanidad gallega. Algunas de ellas fueron adquiridas, de hecho, con las donaciones del empresario Amancio Ortega, destinadas al sistema público. Las circunstancias de este centro y su relación con el Servizo Galego de Saúde (Sergas) son especiales y están reguladas por un concierto singular por el cual la clínica se convierte en el lugar de referencia para tratar a pacientes oncológicos que remiten los profesionales de la sanidad pública. Sin embargo, en sus instalaciones son atendidos con los mismos medios también quienes llegan a través de un seguro privado.

La situación ha provocado críticas del Consello de Contas (el ente que fiscaliza a las administraciones públicas en Galicia) en varias ocasiones. Es el caso del último informe en el que aborda el tema, difundido en diciembre de 2022. Lo que analiza es el proceso, iniciado en 2013, con Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta, para que el Sergas contratase la renovación de máquinas de alta tecnología en el sistema público por 88 millones de euros. Cuando, en 2015, Amancio Ortega anunció una de sus donaciones para la lucha contra el cáncer, el entonces presidente del Gobierno gallego agradeció la aportación como la mayor “que tuvo el Servizo Galego de Saúde, no solo a nivel cuantitativo, sino cualitativo”. Recalcó que el dinero, 17 millones, se integraría en ese programa de renovación.

Ahí, entre las necesidades del sistema público, se incluyeron las del Centro Oncolóxico y Contas pone objeciones a que fuese así. Su participación en ese contrato, dice en sus conclusiones, “no está debidamente justificada” porque “se trata de una entidad privada que presta servicios de naturaleza sanitaria en condiciones de mercado”. Como consecuencia de ese programa llegó un acelerador lineal adquirido con dinero entregado por el empresario. Posteriormente llegó otra máquina del mismo tipo también financiada con fondos aportados por el fundador de Inditex. La Fundación Amancio Ortega se limita a señalar al respecto que hizo la donación, pero la decisión sobre en qué centro se instalan las máquinas es competencia del Sergas. La Xunta no respondió a las preguntas de este diario sobre el tema.

El Centro Oncolóxico depende de una fundación (Fundación Centro Oncológico de Galicia José Antonio Quiroga y Piñeyro), en cuyo patronato están la Xunta y el Ayuntamiento de A Coruña. Funciona en la práctica como el centro de referencia de los pacientes de la pública para tratamientos oncológicos en el área. Sin embargo, su memoria de actividad de 2021 recoge también el peso de la parte privada: se hicieron casi 10.000 consultas en sus servicios ese año, de las que el 63,1% fueron de personas que pagan a una aseguradora. Ese año había 4.501 pacientes en seguimiento, de los que el 59,8% procedían del Sergas y el 38,6%, de aseguradoras privadas. El porcentaje restante corresponde a otros pacientes. En el centro se atiende también a los trabajadores del Ayuntamiento de A Coruña, que es el propietario del edificio en el que está. Entre las personas que llegaron por primera vez para ser atendidas en 2021 un 19,6% lo hicieron a través de un seguro privado. El documento indica que fueron tratadas 2.540 personas con radioterapia externa ese año. De ellas, 228 (el 9%) procedían de hospitales privados. El resto fueron derivadas desde la sanidad pública, fundamentalmente de las áreas de A Coruña, Ferrol y Lugo.

El informe del Consello de Contas analiza el contrato, que está pensado para renovar e incorporar aparatos de alta tecnología para el diagnóstico por imagen y medicina nuclear, para intervencionismo guiado por imagen y para radioterapia, técnicas centradas en los pacientes con cáncer. El proceso para la contratación comenzó en 2013 pero las adjudicaciones, en tres lotes, no se resolvieron hasta 2015. El documento señala que el Sergas pidió para esta clínica en ese contrato un acelerador lineal, con un precio en la licitación de 1,9 millones de euros, y un aparato para tomografías por emisión de positrones, con un valor de 1,4 millones.

La compensación al Sergas

Contas pone varias objeciones relacionadas con el Centro Oncolóxico. El informe explica que el último concierto con el Sergas se formalizó en abril de 2017 (abarcaba hasta 2021, con un desembolso de 45 millones de euros para el periodo, y desde entonces está prorrogado). En ese contrato, añade, hay una cláusula para que la clínica abone una “compensación” por “disponibilidad de uso, mantenimiento, formación, etc” que asciende a 723.000 euros anuales. Además de considerar que hay un defecto en la forma de contabilizar esos ingresos, el ente fiscalizador concluye que “no se puede valorar si se está produciendo una ganancia o una pérdida para el Sergas como consecuencia de esta cesión”. Además, indica que el precio a pagar se fija a tanto alzado. Es decir, una cantidad pactada previamente, en lugar de la que se derive de la facturación por los servicios. Esto, dice Contas, “podría estar amparando de forma indirecta una subvención”.

En informes de años anteriores sobre el Sergas, este organismo de fiscalización incluye reiteradas referencias a la situación del Centro Oncolóxico, sobre el que recuerda que está previsto que se integre en el Consorcio Oncolóxico de Galicia, lo que supondrá que pase a ser un centro propio del sistema público de Galicia, algo que aún no ha ocurrido.

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