Feijóo obvia en La Habana su exigencia de “libertad” al gobierno cubano y elogia que se “actualice”
Desde que Mariano Rajoy es presidente apenas ha realizado gestos públicos de acercamiento a Cuba, aunque la postura de su Ejecutivo sí haya girado notablemente hacia una distensión que se escenificó el pasado febrero, con el Gobierno ya en funciones, durante la visita la La Habana del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Lo que no se ha producido, ni siquiera se ha sugerido, ha sido un viaje de Rajoy a territorio cubano, visita que el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sí ha realizado en dos ocasiones en apenas tres años, la última durante el pasado fin de semana. El viaje culminó, como ya lo había hecho en 2013, con una reunión con el presidente de la república caribeña, Raúl Castro, tras el cuál Feijóo ha realizado un balance que se aleja mucho de los reproches que durante años le dedicó al Gobierno cubano y a los dirigentes que se acercaban a él, incluyendo a la Xunta de la etapa del bipartito (PSdeG-BNG), para exaltar lo que define como “actualización”.
Tras reunirse con Castro en una visita que ha sido ampliamente reflejada en medios de la isla, el presidente gallego se ha mostrado “agradecido” con su homólogo, tanto por su “cordialidad” como por su “interés”, dijo, en “colaborar” con Galicia en diversos sectores económicos. “Agradezco al presidente Raúl Castro la deferencia que ha tenido de volver a recibirnos y de poder tener una larga reunión durante la cual hemos hablado de la evolución de Cuba y del nuevo momento político que está viviendo la isla, de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y, por supuesto, de Galicia”, ha resumido.
“Una vez se ha concretado la forma de saldar la deuda que Cuba tenía con España -el Gobierno español acordó la condonación de unos 1.500 millones de euros a comienzos de este año- el lógico es empezar haciendo negocios con Galicia”, afirma Feijóo que le transmitió Castro. “Y yo, espero que así sea”, afirma, entre elogios al “nuevo período de entendimiento y de cooperación entre España y Cuba”. Esos resultados, agrega el titular de la Xunta, comenzarán con la redacción de un memorando de entendimiento con hasta nueve ministerios de Cuba “para concretar las actividades económicas que se pueden llevar a cabo con Galicia” en campos como “la biotecnología, en materia energética y en el sector de las TIC, así como en otro tipo de actuaciones relacionadas con el transporte o el turismo”.
Reproches a Touriño por no pedir “democracia”
Las buenas palabras tras el encuentro con Raúl Castro o el hecho de personalizar en él la “cordialidad de que hayamos podido utilizar el antiguo Centro Gallego de la Habana para la reunión institucional histórica de todos los centros gallegos” -el plenario del Consello de Comunidades Galegas se ha celebrado en el histórico recinto- contrasta con la actitud del propio Feijóo cuando, como líder de la oposición, en el año 2007, le pidió cuentas a quien entonces era presidente, Emilio Pérez Touriño, por sus actividades desarrolladas en Cuba y, sobre todo, porque no hubiese aprovechado la oportunidad para, con “valentía”, exigir “libertad” en la isla.
La visita del mandatario socialista se había producido con motivo de la celebración del centenario del himno gallego, interpretado por primera vez en el Centro Gallego de La Habana, aunque el PP había especulado con la posibilidad de que Touriño hubiese viajado para, simplemente, “poner tierra de por medio” y evitar conflictos políticos en Galicia. Apenas diez días después de su regreso del viaje, el 18 de diciembre, Touriño compareció en el Parlamento para explicar el viaje e indicar que, ante los “mandatarios cubanos”, había detallado “que Galicia respeta la autonomía del pueblo cubano y de sus instituciones para encontrar su camino a la democracia, sus propias vías de evolución y futuro”.
En su respuesta Feijóo no condenó la totalidad del viaje, ya que consideraba que seguía “la senda marcada” por Manuel Fraga, pero sí explicaba que “había echado en falta” algunos aspectos en la estancia del presidente socialista, tanto en lo referido a la situación “muy delicada” de la comunidad gallega en la zona como, sobre todo, “un poco más de valentía y determinación”. Touriño, acusaba, había perdido la oportunidad de realizar “un gesto más concreto con el pueblo cubano apoyando sus ansias de democracia y libertad. ”No es incompatible -afirmaba- mantener y profundizar en las relaciones con las autoridades cubanas con un posicionamiento claro en favor de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos en Cuba“.
Esta línea argumental continuó siendo desplegada por Feijóo y otros cargos del PPdeG en los meses siguientes. Así, el entonces portavoz parlamentario popular y actual alcalde de Ribeira, Manuel Ruiz Rivas, especulaba sobre la “coincidencia” de que el Gobierno cubano “encarcelase disidentes” durante el viaje del presidente de la Xunta y poco después el actual presidente del Puerto de Vigo, Enrique López Veiga, llevaba al Parlamento una enmienda a una iniciativa apoyada por PSdeG y BNG a favor del acercamiento entre la UE y Cuba. En este caso, los populares le reprochaban a la Xunta que no defendiera “el respeto a los derechos humanos” y lo atribuían la que los “referentes” del Bloque eran “Afganistán, Cuba y Venezuela”.