Como en 2012, cuando fue proclamado candidato entre comparaciones con Fraga y sin Mariano Rajoy, por ser “un acto para los gallegos”. O como en 2016, cuando fue aclamado en el Congreso autonómico del PP como aspirante a la segunda reelección otra vez sin presencia de Rajoy y reiterando “Galicia, Galicia, Galicia”. Y lejos de lo sucedido en 2009, cuando Rajoy sí había sido coprotagonista de la proclamación de Alberto Núñez Feijóo. Este sábado Pablo Casado no viajó a Galicia y la única referencia estatal del partido ha sido Ana Pastor.
Una vez completado, el pasado martes, el ritual de escenificar ante la Junta Directiva del PP gallego su intención de concurrir a las elecciones que él mismo había convocado veinticuatro horas antes para hacerlas coincidir con las vascas, este sábado Feijóo ha celebrado el primer mitin de su precampaña a modo de acto de proclamación declarándose “libre” de su propio partido. Por primera vez, en Vigo, rodeado de banderas gallegas al modo de su toma de posesión de 2016 -acto sí compartido con Rajoy-, con un par de banderas españolas y una de Venezuela agitadas desde el público y un montaje en el que, una campaña gallega más, resulta difícil hallar el logotipo del PP en un primer vistazo.
En la escenografía con la que el PP ha celebrado su primer acto desde la convocatoria electoral destaca la línea gráfica empleada por el partido en los últimos meses, con la palabra Galicia como protagonista, escrita en una tipografía muy parecida a la marca que utiliza la Xunta desde hace nueve años. Como primer lema, Galicia é moito [Galicia es mucho], el msimo que el partido utilizó en el vídeo de su candidato con el actor Luis Zahera a finales del pasado diciembre, cuando el PPdeG evidenció que la precampaña estaba en marcha.
Mientras la, este sábado, ausente cúpula estatal del PP continúa hilando sus alianzas con Ciudadanos para Euskadi y Catalunya, los populares gallegos han insistido en la idea de situar a Feijóo por encima de un esquema clásico de partidos. Feijóo no es un candidato de un partido y mucho menos de un “bloque de partidos”, sino de Galicia. Así lo ha querido hacer ver el aspirante a la reelección en su discurso.
Los restantes líderes sí representan a partidos pero él, no. “No soy rehén de ningún partido, ni siquiera del mío”, proclamó en un mensaje con destino tanto interno como externo. Un “candidato libre” y, de ser reelegido, un “presidente libre”, asegura.
Y mientras el electorado puede esperar “todo” del candidato -del PP- de Galicia, Feijóo proclama que de la izquierda, a la que ahora denomina “multipartito de la oposición”, no puede “esperar nada”. Tampoco del Gobierno de España del PSOE y Unidas Podemos, al que sitúa “contra los ciudadanos de un lugar”, de Galicia, “por no haberlos elegido a ellos”, afirmó aunque en las últimas elecciones generales socialistas y UP sumaron 12 escaños en Galicia y el PP, 10.
Con el Gobierno en pleno y su delegada viguesa, Corina Porro, en primera fila y con confetti al modo americano para cerrar el acto en el recibidor del Palacio de Congresos Mar de Vigo, que cargos y militancia popular han llenado sin problemas, Feijóo se lanza a intentar emular las cuatro mayorías consecutivas de Fraga. Él, asegura, es sinónimo de Galicia y de “estabilidad”.
Según el discurso del candidato popular, lo que está en juego el 5A es caer o no en el “enfrentamiento”, en las “imposiciones”, la “intransigencia” o la “inestabilidad”. O, por el contrario, si la candidatura que él encabeza logra un nuevo apoyo “extraordinario”, la mayoría absoluta, y queda así “preservada” la “normalidad”.