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Feijóo utiliza a Castelao para cargar contra los alcaldes de las mareas gallegas en un acto oficial

Feijóo, durante su discurso en la entrega de las medallas

Marcos Pérez Pena / David Lombao

“No es casual que al padre del galleguismo que da nombre a este galardón le debamos una de las definiciones más hermosas de la tradición. La tradición es la eternidad, dice Castelao (...) Esa brillante pléyade de patriotas nunca olvidó la tradición, ni mucho menos pretendió destruirla. En ese amplio abanico de tradiciones civiles, religiosas, mitológicas o populares, no vieron nunca un obstáculo a remover sino un punto de apoyo en el que impulsarse”. El presidente de la Xunta, Albereto Núñez Feijóo, aprovechó este domingo el acto de entrega de las Medallas Castelao para, apoyándose en la figura del histórico político e intelectual galeguista, atacar a los alcaldes de las mareas gallegas.

En un acto al que acudieron dos de estos regidores, los de A Coruña y Ferrol, el jefe del Gobierno gallego estiró la figura de Castelao para criticar implícitamente que los nuevos gobiernos locales hayan decidido no acudir oficialmente a actos religiosos. Según Feijóo, estos alcaldes deberían recordar que Castelao tuvo “una humildad que debemos seguir teniendo presente. Humildad para aceptar tradiciones ancestrales que no fueron impuestas por nadie, sino cultivadas por el conjunto del pueblo como respuesta a inquietudes, esperanzas y devociones”. “No entenderlas o no compartirlas, no exime de no respetarlas como parte del acervo común. Respetar lo que no se entiende o comparte, siempre fue una de las mejores manifestaciones del espíritu democrático”, añadió.

El presidente de la Xunta afirmó que “la antítesis del tradicional no es lo moderno, sino lo fugaz” y que “hace falta no olvidarlo en una época en que las corrientes sociales son vertiginosas y en el que lo nuevo y lo bueno se asocian automáticamente”. Y destacó, finalmente, que “la Galicia de hoy está erigida sobre instituciones que apelan a una legitimidad popular y otra tradicional. 

Núñez Feijoo estiró la metáfora de las tradiciones hasta incluso ligarla a los recientes atentados yihadistas: “Galicia y el resto del mundo civilizado asisten con estupor a una ofensiva del fanatismo contra las tradiciones culturales, artísticas y sociales de sus víctimas. Más allá del horror que sentimos ante esa barbarie, ese holocausto está alertándonos de la importancia de preservar ese tesoro de la memoria que se esconde en cada tradición”. “La tradición nos hace libres. La tradición nos incorpora a un pueblo con mayúsculas del que no solamente forman parte los coetáneos, sino también nuestros ancestros y los que vendrán después de nosotros. La tradición nos hace tolerantes, y limita la tentación de pensar que antes no hubo nada apreciable”, finalizó.

Un acto proclive al uso partidista

Esta no es, ni mucho menos, la primera ocasión en la que Feijóo aprovecha este acto para ligar la figura del histórico galleguista a la agenda política de la Xunta o del PP gallego. Así, por ejemplo, en 2009, en la primera ceremonia de las Medallas que le correspondió presidir a Feijóo, el evento se celebró en plena controversia por los planes del PP para recortar la presencia del gallego en la enseñanza, como finalmente sucedió. En aquel acto el presidente identificó a Castelao -y a los galeguistas históricos en general- con quienes “descartan la tentación de convertirse en dirigentes de pequeñosos cenáculos gobernados por dogmas inflexibles”. Entre menciones a personajes como Nelson Mandela o Barack Obama proclamó que “los problemas identitarios existen y se agudizan en los pueblos privados de libertad”, pero “no en aquellos que disfrutan de una democracia”.

En este contexto, uno de los discursos de Feijóo sobre Castelao que resultó más controvertido fue el del pasado 2014, cuando la entrega de las Medallas se produjo pocos días después de la coronación de Felipe de Borbón cómo nuevo rey de España. Desde el Panteón de Galegos Ilustres el titular de la Xunta colmó de elogios a la Monarquía: la Corona, explicó, amparó “el establecimiento del autogobierno, el incremento del bienestar, el asentamiento de nuestra identidad y el florecimiento de nuestra cultura”. También la “superación de los traumas del pasado” tras un tiempo en el que los “caprichos de la historia”, en referencia al golpe franquista y a la Guerra Civil, impidieron que los “ideales” de Castelao“ se pudieran ”cumplir en la desafortunada República“.

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