El Festival de Annecy, en Francia, es el más importante del mundo en sector del cine de animación. Más de 3.000 películas se han presentado para pasar el exigente corte de selección y solo 10 estarán en la competición oficial. Entre ellas se encuentra Unicorn Wars, el segundo largometraje del cineasta gallego Alberto Vázquez, una de las grandes promesas de la animación europea. El azar hará que este alegato antibelicista en el que lleva seis años trabajando coincida con la guerra de Ucrania. “Cuando iniciamos el proceso de producción nadie podría imaginar que iba a llegar una guerra a Europa”, comenta el director, que cuenta las horas para el esperado estreno internacional, dentro de pocos días. Vázquez califica su película como “un Vietnam imaginario, con todos perdidos en la jungla”, y tira de referencias clásicas para situar al espectador: “Entre Apocalypse Now, Bambi y la Biblia, partiendo del género bélico para romperlo”.
El dibujante, ilustrador y director de animación Alberto Vázquez (A Coruña, 1980) es, junto con Luis Tosar, el gallego que más premios Goya ha ganado, con tres estatuillas. En 2017 marcó un hito al ser reconocido en el mismo año como ganador del mejor largometraje de animación, por Psiconautas, los niños olvidados, que parte de una novela gráfica de la que es autor, y del mejor cortometraje con Decorado. Antes, en 2012, había ganado también el galardón al mejor cortometraje de animación por Birdboy, y fue finalista en 2014 y 2020. Por el medio, suma más de 100 premios internacionales, ha estado presente en los mejores festivales del mundo: de Annecy a Cannes pasando por Toronto, los EFA Awards o Clermont- Ferrand. Sus trabajos como ilustrador y dibujante de cómics se han publicado en diversos países del mundo, como Francia, Italia, Turquía, China y Corea.
La obra de este creador se caracteriza por los universos tenebrosos, la presencia de seres antropomórficos, un irreverente sentido del humor y un punto de reflexión ecológica, ingredientes que también están presentes en Unicorn Wars. “Es mi película más ambiciosa y punki, pero seguramente mi obra más sólida”, reflexiona el dibujante sobre su filme, que parte de una lucha ancestral entre ositos y unicornios. El problema se desencadena cuando los unicornios son expulsados del Bosque Mágico y estalla un conflicto político e irracional. En este mundo de animalitos tiernos en apariencia, con aires de fábula y cuento clásico, emergen figuras violentas y crueles, una constante en la obra de este autor, con querencia por los personajes deleznables.
“Hay una guerra externa, pero también una guerra interna entre dos hermanos mellizos, que encarnan el mal y la violencia. He querido indagar sobre el origen de los conflictos, sobre todo de las guerras provocadas por los conflictos religiosos”, explica sobre su película. Dice que también quiere denunciar “una crítica al sistema de control de la opinión pública que la religión ejerce sobre la sociedad”. Vázquez ha buscado una película de contrastes, remarcando la bondad y la maldad y, sobre todo, el hombre y la mujer. “Todos los animales del bosque son femeninos, para acentuar la lucha entre hombres y mujeres, de una parte la violencia y de la otra el poder sanador”, destaca el director coruñés.
“Es un salto brutal de calidad con respecto a su anterior película, a todos los niveles”, dice Chelo Loureiro, la gran productora de la animación en Galicia, que se ha embarcado en este proyecto con su empresa Abano Films, asociada a Iván Miñambres, de Uniko, y Nicolas Schmerkin, de la productora francesa Autour de Minuit. La película tiene numerosas escenas complejas técnicamente, con grandes batallas, efectos especiales y hasta 1.400 fondos diferentes. “Ha sido una locura para el equipo de arte, con una producción muy compleja”, explica Loureiro sobre esta cinta de animación en la que han trabajado más de 60 personas. A Coruña ha sido el epicentro de la producción, pero en coordinación con otros estudios en Bilbao, París y Angoulême, la gran capital internacional del cómic, con la dificultad añadida de un contexto pandémico. El presupuesto supera ligeramente los 3 millones de euros, una cantidad tirando a baja para una película de animación, en la que “se ha rentabilizado mucho cada euro invertido y parece una película de 8 millones”, añade, orgullosa, la productora.
“Mi anterior película, Psiconautas, era más intimista y esta es más ambiciosa, con un punto de espectacularidad, pero he tratado de no perder mi mirada de autor, entre lo salvaje, lo épico y lo bélico”, indica Vázquez. Con Psiconautas, su debut en los largometrajes de animación, entró por la puerta grande en los Goya. Él dice que no le amedrenta el peso del éxito. “En ningún caso me pesa la responsabilidad de los Goya ni de mi anterior película. Solo me pesa la responsabilidad con mi equipo y a ese nivel estoy muy contento con el trabajo”, sentencia Vázquez.
La buena cosecha de películas de animación a nivel internacional también tiene sus efectos en España, donde este año habrá hasta nueve obras de animación. “Es algo que no sucedía hace mucho tiempo, parece que se hicieron muchas durante la pandemia y ahora salen todas”, reflexiona Vázquez. “Estar en Annecy y haber sido seleccionados entre más de 3.000 proyectos de todo el mundo es un paso enorme que augura un buen recorrido a la película”, avanza la productora Chelo Loureiro. Unicorn Wars ya se ha vendido a grandes países como Estados Unidos o Japón, “lo cual es un gran logro, porque Japón tiene una gran tradición en animación y habitualmente es un territorio muy cerrado a las producciones occidentales”, explica Alberto Vázquez, muy satisfecho de la aceptación que está teniendo en el mercado internacional. “De aquí en adelante la película ya no me pertenece y hay que esperar su recorrido”, dice el creador. El recorrido acaba de empezar con éxito. Hasta otoño no está previsto su estreno en los cines españoles, aunque es muy probable que pase previamente por algún otro festival de prestigio internacional.