Un formador de maquinistas insiste en que cada conductor “improvisaba” reglas para frenar en la curva de Angrois
El formador de maquinistas Manuel González Sánchez, ha declarado en la sesión de este jueves en el juicio por el accidente de tren de Angrois que esa línea estaba marcada por la “improvisación”, ya que cada conductor generaba sus propias reglas para recordar cuándo empezar a frenar para entrar en la curva. De hecho, ha indicado que interpretaban la señal de vía libre previa a ese punto como el momento para empezar a reducir velocidad, lo cual, ha considerado que es “una contradicción”. El riesgo que había ahí, ha insistido, afectaba “a cualquier maquinista”, incluido él mismo, ha dicho.
Ante la jueza ha relatado que él también recibió el correo electrónico con el que el maquinista jefe José Ramón Iglesias Mazaira alertaba de una señalización deficiente en la curva en la que se produjo el accidente, con 80 víctimas mortales y 145 heridos. Aceptaron la curva porque concluyeron que no había otra alternativa tras enviar el aviso a los responsables de Renfe y recibir una respuesta “tajante” de que el tramo, tal y como estaba, era “legal”. “Aceptamos curva como animal de compañía”, ironizó.
El testigo, propuesto por la defensa del maquinista que iba a los mandos el día del accidente, contradijo lo sostenido en la jornada anterior por el cargo de seguridad de Renfe Ángel Lluch. Este último manifestó que no había recibido el aviso de Iglesias Mazaira. González Sánchez replicó: “Le dije: ¡Coño, cómo no lo vas a recibir si lo tenemos todos!”.
En otro momento, este testigo subrayó que “para nada” el cuadro de velocidades máximas indica el punto en que hay que comenzar a frenar y resaltó que los maquinistas no tenían “contacto alguno” con Adif. Sobre el uso del teléfono -el maquinista tuvo una llamada de 100 segundos con el interventor justo antes de descarrilar- señaló que era obligatorio llevar el terminal corporativo operativo. Dijo, como otros comparecientes, que había en aquel momento solo una guía de buenas prácticas sobre su uso y aseguró que “eso no es algo que tenga que saber obligatoriamente -el maquinista- y aplicar”, ya que “son recomendaciones”. “¿Coger el teléfono en ese punto suponía algún riesgo?”, le preguntaron. “No, entiendo que no. Si tengo barreras que mitigan el riesgo, entiendo que no”, contestó.
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