El fuego arrasa pequeñas aldeas en Galicia y obliga al desalojo de más de mil personas

La aldea de O Vilar, en el corazón de la sierra de O Courel, es historia. Las llamas han devorado la práctica totalidad de sus casas. Entre ellas, la de O Ferreiro, donde Xan do Vilar había ido acumulando patrimonio etnográfico relacionado con los oficios tradicionales disponible para ser visitado. “El mejor museo popular de Galicia”, se lamentaba en las redes sociales el catedrático de la Universidade de Santiago y especialista en historia agraria Lourenzo Fernández Prieto. El incendio que ha arrasado O Vilar -hasta ayer, uno de los ejemplos mejor conservados de aldea gallega de montaña- ha consumido ya 5.000 hectáreas de una zona con altísimo valor ambiental y ha obligado a la evacuación de varios núcleos de población. No es el único. En las últimas horas, unas 80 aldeas y unas 1.400 personas han tenido que abandonar sus viviendas en el oriente de Galicia debido a las llamas.

El diario El Progreso, cuya redacción central se encuentra en Lugo, informaba este martes de la tardanza en llegar de los medios de extinción a la zona de O Vilar. Vecinos de la comarca, asegura la asociación ecologista Adega, han pedido a la Xunta “equipos de protección individual”. “Si no hay personal por el Gobierno gallego, que por lo menos suministre esos trajes especiales a la gente para luchar contra el fuego”, dice Adega.

La de la falta de medio es una protesta que se repite en otros lugares cercados por el fuego, como O Barco de Valdeorras (Ourense), y de la que se ha hecho eco la oposición política al Gobierno del PP. En esa comarca, el incendio se ha llevado por delante 7.500 hectáreas, afecta al parque natural de la Serra da Lastra y amenaza a Candeda (Carballeda de Valdeorras), con unos 20 habitantes. Varias carreteras de la zona permanecen cortadas desde este lunes. Quince casas de la parroquia de Alixo (O Barco de Valdeorras), donde residen unas 50 personas, ardieron en la noche del domingo, apenas unas horas después de haber sido evacuadas. Lo mismo ha sucedido con por lo menos otras dos en Río de Bois (A Pobra de Brollón, Lugo). La Xunta explica que un total de 85 inmuebles han sido afectados, aunque “la mayoría no son viviendas”, 10 en O Courel y el resto en Valdeorras.

Las lluvias que este martes han comenzado a aparecer por el oeste de Galicia no han llegado a los incendios más graves, como es el caso de Valdeorras, O Courel, Vilariño de Conso (Ourense) -casi 3.000 hectáreas en el parque natural de O Invernadoiro- o varios en Oímbra (Ourense) -más de 1.500 hectáreas-, en la frontera gallega con Portugal. Las agencias de metereología tampoco prevén que lo hagan. Sí han contribuido a apagar el fuego en Palas de Rei (Lugo), en el centro del territorio gallego. Las llamas se cebaron aquí con las riberas del río Ulla a su paso por Frádegas o Mácara. 375 hectáreas, incluido bosque autóctono de gran valor ambiental, sucumbieron al fuego.

La Xunta: “No funcionan las técnicas de extinción”

La tensión a la que los incendios están sometiendo a comarcas enteras de Galicia se ha trasladado a la política institucional. La ola de fuegos comenzó el pasado jueves, tras una inaudita sucesión de tormentas con aparato eléctrico y en medio de temperaturas extremas. Alfonso Rueda, el presidente de la Xunta, se desplazó este lunes por primera vez a las zonas afectadas. Habló de los rayos y anunció ayudas, y aseguró, en respuesta a las numerosas críticas llegadas de que el dispositivo antiincendios se encuentra totalmente desplegado. Su conselleiro de Medio Rural, José González, afirmó en la Radio Galega que las llamas “tienen un comportamiento que nunca se había visto en Galicia, sobre todo en las horas centrales”. Según González, “quedan fuera de la capacidad de extinción” y hacen “que no funcionen las técnicas de extinción”.

La oposición de BNG y Partido Socialista lleva años denunciando la precariedad laboral de las brigadas. Estos días también han criticado la lentitud de reacción del Gobierno gallego y acusado a Alfonso Rueda de, en palabras del diputado socialista Julio Torrado, “estar más preocupado en buscar excusas que en buscar soluciones”. La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, pidió este martes desde o Barco de Valdeorras la declaración de zona catastrófica “para las áreas más afectada por la ola de incendios” y reclamó “ayudas especiales y específicas”. Y recordó que, a su ver, “los incendios se apagan en invierno con ordenación, lmpieza y prevención”. “Todo lo que vemos ahora se va a agravar con el cambio climático”, concluyó.

El presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, visitará esta tarde el puesto de mando avanzado de Viloira, en O Barco de Valdeorras, desde el que la Xunta coordina los trabajos de extinción de incendios.