La llamada surgió en varias ocasiones a lo largo de la campaña electoral de las municipales y eclosionó después de los buenos resultados de las candidaturas de unidad en ciudades como A Coruña, Santiago y Ferrol. La posibilidad de articular una Marea Galega para las elecciones generales y autonómicas es una constante en el debate político de Galicia desde el 24M. Las llamadas a la unidad se suceden, cada cual con sus matices, desde múltiples ámbitos de la izquierda, tanto desde la soberanista como la de corte federal.
Esa dinámica, que obviamente afecta también a Podemos, se está convirtiendo en el primer obstáculo de entidad en la estrategia territorial diseñada por la dirección que encabeza Pablo Iglesias para las elecciones generales, que pasa por convertir en “innegociable” que sus siglas sean el punto básico de la confluencia.
Este viernes y sábado la “Ruta del cambio” diseñada por Podemos pasa por Galicia. En una agenda de día y medio en la que se incluyen dos mítines, en Ferrol y Vigo, Iglesias se ha citado con los representantes gallegos de su partido pero, sobre todo, con los cabezas visibles de las mareas que triunfaron en las municipales y también con las fuerzas políticas que las apoyan.
Una de las citas señaladas de la agenda ya se ha celebrado y ha sentado a la misma mesa a Iglesias, a Xosé Manuel Beiras, líder de Anova, y a la coordinadora de Esquerda Unida, Yolanda Díaz. Tras el encuentro todas las partes coindiden: tanta cordialidad en el ambiente y acuerdo en el “diagnóstico” como distancia en el modo de articular el proceso y de presentarse a las elecciones.
Beiras, Díaz e Iglesias son viejos conocidos. No en vano, el secretario general de Podemos ejerció en 2012 como asesor en la campaña electoral de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalición de Anova, EU, Equo y los ecosocialistas que se convirtió en la revelación de aquellas elecciones. Tres años después de aquellos comicios, el proceso previo al 24M ha situado a AGE como prácticamente amortizada y sus referentes, comenzando por el propio Beiras, subrayan que su apuesta para las generales pasa por “el pueblo gallego como sujeto político” para formar una alternativa en la que participen “fuerzas políticas con presencia en Galicia, las mareas y el tejido asociativo”. Los partidos “no podemos condicionar nada, debemos dejar construir”, reflexiona Yolanda Díaz.
Estas posiciones han estado sobre la mesa en una reunión en la que, según las fuentes consultadas, Pablo Iglesias ha apelado reiteradamente a lo aprobado en la asamblea fundacional del partido, en la madrileña plaza de VistAlegre, para subrayar que no contempla ninguna fórmula que no pase por que las siglas de Podemos estén en las urnas, escenario en el que cabría que tras su nombre figure un “guión” y “otra cosa”, como ha explicado en diversas intervenciones públicas en las últimas semanas.
Esa 'otra cosa' daría cabida a “otras sensibilidades”, dice Iglesias, y podría traducirse en un “grupo parlamentario gallego” en el Congreso, “no separado, pero sí distinto”. En todo caso, que el punto de confluencia sea su partido es “imprescindible”.
En este contexto, tanto Anova como Esquerda Unida coinciden en mantener abiertos los canales de diálogo abiertos con Iglesias, dadas las “coincidencias sobre el momento político en el que estamos”, si bien desde ambas organizaciones se recuerda que Podemos ha participado en las mareas sin sus siglas y esta circunstancia no le ha debilitado, sino todo lo contrario.
No obstante, en los entornos de Beiras y Díaz, así como desde los de la Marea Atlántica y Compostela Aberta -Pablo Iglesias se reúne este sábado con el alcalde de Santiago, Martiño Noriega-, cobra fuerza la posibilidad de que no llegue a formarse una “alternativa electoral conjunta” con Podemos, toda vez que la “marea gallega”, destacan, debe nacer “de la ciudadanía”, “sin tutelas”, como “sujeto político propio” que “se ponga nombres y apellidos” a sí mismo.
Este posible escenario facilitaría la formación de una Marea Galega en la que también participase el BNG. Daría lugar, además, a la paradójica circunstancia de que Podemos se lanzaría a competir electoralmente con las mareas a las que apoyó en las municipales y con las que los de Iglesias dicen estar dispuestos a confluir de nuevo para las elecciones gallegas, previstas para 2016.