En el supermercado se puede encontrar envasada bajo marcas como Larsa, Central Lechera Asturiana, Puleva o President, pero detrás de cada tetrabrik hay más de 6.400 familias gallegas asfixiadas que están vendiendo su leche por debajo del precio que les cuesta producirla. Los costes de las materias primas se han disparado durante la pandemia y en el caso de los piensos, fundamentales en el modelo de ganadería intensiva que predomina en Galicia, los precios han aumentado hasta un 25% en menos de un año. En cambio, el precio de compra que mantienen multinacionales como Lactalis o la cooperativa asturiana CAPSA sigue estancado: “Nos están pagando el litro de leche a 32 céntimos, pero nos cuesta producirlo entre seis y ocho céntimos más. La situación es insostenible”, explica Xesús Vázquez, ganadero de la comarca da Ulloa (Lugo).
Los testimonios de productores recogidos para este reportaje coinciden en que la ganadería gallega está “trabajando a pérdidas”. Las estrategias que están utilizando para sobrevivir pasan solicitar créditos, renegociar las condiciones de los que ya tienen y, para quien cuente con ellos, acudir a los ahorros. “El sector lechero está en la cuerda floja. Si un ganadero cierra su explotación y vende las vacas, es muy poco probable que pueda realizar la inversión necesaria para volver a abrirla cuando los precios se ajusten. Por eso es importante que se aceleren las negociaciones, el tiempo es fundamental”, explica Roberto García, secretario general de Unións Agrarias, el principal sindicato del primer sector en Galicia.
Ante el inmovilismo de las dos principales compradoras del sector lácteo gallego –Lactalis y CAPSA–, sindicatos agrarios y asociaciones de productores emprendieron, hace ahora tres semanas, protestas e intervenciones simbólicas frente a fábricas y dentro de supermercados por toda Galicia. Han vertido cientos de litros de leche a través de los muros de sus factorías; han sacado las marcas más conocidas de sus compradores de los estantes de los supermercados; y hasta organizaron un reparto masivo de 2.000 kilos de pollo en pleno centro de la ciudad de Pontevedra. El secretario general de Unións Agrarias ha explicado que, en este momento, los criadores de pollo gallegos están cobrando 18 céntimos el kilo, mientras que para cubrir gastos ese precio no debería bajar de los 23 céntimos: “Casi nos sale más rentable regalar el pollo que venderlo”. Las acciones en los supermercados han sido registradas en vídeo por Campo Galego, el principal diario del sector y uno de los altavoces de las reivindicaciones de los ganaderos gallegos.
Las obligaciones de la Ley de la Cadena Alimentaria
Desde Unións Agrarias acusan a Lactalis y CAPSA de “estar vulnerando la Ley de Cadena Alimentaria”, que obliga a todos los eslabones del sector a comprar los productos agrícolas siempre cubriendo los costes de producción. “Llevamos meses en esta situación y la ley es muy clara en este sentido. Es fundamental que los organismos competentes [la Agencia de Información y Control Alimentarios] tomen cartas en el asunto y fuercen las subida de precios”, explica Roberto García. Si la rendición de cuentas de estas empresas llega con meses de retraso, lo más probable es que, para entonces, muchas granjas ya hayan desaparecido. Este activista agrario reconoce que la mesa de diálogo está en punto muerto. “El grupo CAPSA ni se sienta a negociar y aunque Lactalis sí lo ha hecho, no están dispuestos a modificar los contratos”, añade García.
Sin embargo, esta semana puede que haya un cambio de rumbo en las negociaciones. Los representantes de la cadena alimentaria a nivel español, desde el sector primario a la distribución y la industria, se han comprometido este lunes en una reunión presidida por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, al “cumplimiento efectivo” de la Ley de la Cadena Alimentaria tras analizar la difícil situación que atraviesa el sector. “La medida más concreta que ha salido de esta reunión es el cumplimiento efectivo de la Ley de la Cadena, donde todo el mundo se ha declarado dispuesto a hacerlo”, ha avanzado Planas al término de la reunión.
La importancia de la ganadería en el rural gallego
Uno de los pilares fundamentales de la economía del rural gallego es la ganadería, asociada principalmente al vacuno de leche. Según los datos de los sindicatos, al comienzo de la pandemia, en Galicia había activas 6.857 explotaciones lácteas. En este tiempo, ya han echado el cierre alrededor de 400. Las causas, apuntan, están vinculadas en su mayoría a la subida de las materias primas. “No solo somos los ganaderos. Si cerramos, detrás de nosotros irán cayendo nuestros empleados, transportistas, vendedores de pienso, maquinistas... Nosotros solo somos la punta del iceberg”, explica Manuel Pereira, ganadero de la comarca de Bergantiños.