El gran fracaso de Feijóo con las cajas gallegas: la fusión que promovió se tragó 8.000 millones y acabó con los directivos en prisión

Daniel Salgado

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De entre todas las afirmaciones imprecisas, descontextualizadas o directamente falsas que empleó el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su debate con Pedro Sánchez en Atresmedia, una resultó especialmente estridente: aquella en la que acusó al presidente del Gobierno de “quebrar Caja Madrid” por ser entonces, como edil socialista en el Ayuntamiento de Madrid, miembro de la asamblea general de la entidad. Feijóo lo aseguró a pesar del gran cadáver político económico que guarda en su propio armario, la fusión de las cajas de ahorro gallegas que él mismo impulsó, se tragó 8.000 millones y acabó con sus directivos en la cárcel.

Un auto de la Audiencia Nacional conocido hace algo menos de tres años puso negro sobre blanco la realidad de lo que había pasado con la desastrosa operación que desembocó en la desaparición de Caixa Galicia y Caixanova. “Caixanova nunca habría sido intervenida si no se hubiera visto obligada a fusionarse con Caixa Galicia, dando lugar a NovaCaixaGalicia”, señaló el documento judicial. La nueva caja resultante, convertida en banco, fue a parar a las manos de un banquero venezolano, Juan Carlos Escotet, que la rebautizó como Abanca en 2013. Le costó mil millones de euros. Las ayudas públicas que había recibido hasta ese momento ascendían a 9.000 millones.

El entonces presidente de la Xunta de Galicia se llamaba Alberto Núñez Feijóo, y había comprometido su palabra en que la fusión daría lugar a “una entidad gallega y solvente”. Ni una cosa ni la otra. Su gabinete se apoyó, explicó en aquel tiempo, en la consultora KPMG. “La auditoría externa encargada por la Xunta de Galicia a KPMG avala la solvencia de la fusión de las cajas gallegas”, dijo el Gobierno gallego. Tampoco era verdad. La propia empresa aclaró más tarde que no se trataba de una auditoría, sino de “un diagnóstico acelerado de la viabilidad de la fusión” que no recomendaba, ni dejaba de hacerlo, la unión de las entidades. El trabajo costó al erario público un millón de euros.

El oscurantismo presidió todo el proceso. El Parlamento de Galicia habilitó una comisión de investigación a comienzos de 2013. Diez años después, no ha emitido ningún dictamen y el PP, grupo mayoritario en la Cámara, la ha paralizado y activado a su antojo. Los sucesivos gabinetes de Feijóo se negaron además durante años a entregar a la oposición la documentación en la que estaban basadas sus decisiones. Solo a finales de 2020, y después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia condenase al Gobierno gallego por violar los derechos parlamentarios del exdiputado de Alternativa Galega de Esquerda Antón Sánchez al no atender a sus peticiones, parte de esos papeles se hicieron públicos. El informe de la Xunta que argumentaba a favor de la fusión ni siquiera mencionaba el estudio de KPMG y estaba elaborado únicamente a partir de los datos aportados por las entidades. Las cúpulas de las mismas acabaron en prisión debido a las indemnizaciones millonarias que se atribuyeron cuatro de sus miembros, 19 millones de euros que, además, tuvieron que devolver.

Escotet completó así uno de los negocios de su vida. Solo durante el primer año, Abanca ganó 1.157 millones de euros, más de lo que el banquero había invertido para hacerse con una entidad que poseía un 45% de la cuota de mercado en Galicia. Esta se ha convertido en la firma financiera de referencia para los ejecutivos del Partido Popular en la comunidad, que sufraga sus cajeros en zonas rurales o respalda la instalación de la primera universidad privada bajo su patrocinio.

La turbulenta historia de cómo las cajas gallegas desaparecieron y, convertidas en un banco y a precio de ganga, fueron a parar a la cartera de Escotet, estuvo plagada de ocultaciones y medias verdades por parte de los gobiernos autonómicos de Feijóo. Nada de eso le impidió este lunes culpar a Pedro Sánchez de lo sucedido en Caja Madrid. “Usted era consejero de una caja y la quebró […] un consejero de Caja Madrid dándole lecciones al presidente de la Xunta sobre el problema financiero de las cajas de ahorro. Es el mundo al revés”, se atrevió a decir Feijóo.