Hace mucho tiempo que el PSdeG no vive un Congreso Nacional que sea común en el sentido más literal del término. Desde la abrupta pérdida del Gobierno de la Xunta, en 2009, a la casi endémica problemática interna del partido se añadió la reubicación de las piezas en el regreso a la oposición. Apenas un mes después de salir de San Caetano más del 95% de los participantes en la cita congresual de Pontevedra llevaban a la secretaría general a Pachi Vázquez, el único candidato. En marzo de 2012 Vázquez revalidó el cargo, esta vez por 33 votos frente a la candidatura encabezada por la ex ministra Elena Espinosa y apadrinada por la práctica totalidad de su posición interna. Este domingo el de O Carballiño deja el cargo sin que en su expediente figure ninguna derrota interna. Desde ese día a máxima responsabilidad le corresponderá la quien desde mayo de 2012 es líder del partido en Lugo, José Ramón Gómez Besteiro.
Después de muchos meses recorriendo agrupaciones de la formación Besteiro llega al Congreso Nacional extraordinario con la seguridad que le otorgan los votos de la militancia. Más del 70% de los participantes en la pionera experiencia de las primarias consultivas, celebradas el pasado día 7, decidieron que el también presidente de la Diputación de Lugo tome las rentas del partido. En el mediodía de este domingo iniciará una empresa que es cualquier cosa menos sencilla: encabezar un “reto colectivo del PSdeG hacia la sociedad gallega” que, en última instancia, convirta lo la formación en alternativa de Gobierno en Galicia. “Hay que empezar a pensar como el Partido Socialista puede ganar las próximas elecciones para transformar la sociedad desde lo Gobierno”, resumía el pasado marzo en una entrevista con Praza Pública.
Sin tensión ninguna por la secretaría general el primer reto de Besteiro tiene el propio Congreso como escenario. Allí tendrá que dar a conocer de que manera cuadra las piezas internas para conformar la nueva Ejecutiva Nacional, un organismo que, ya avanza, será más reducido que en la actualidad, renovado en su práctica totalidad y en el que asegura, primará la integración de los diferentes sectores. En este sentido, algunas de las incógnitas que están sobre la mesa pasan por saber si la siempre convulsa agrupación de Vigo asumirá algún cargo de relevancia o se habrá asiento para alguien próximo a Pachi Vázquez. El que sí es de esperar es que su adversario en las primarias y alcalde de la Illa de Arousa, Manel Vázquez, sea considerado para alguna responsabilidad. Para comenzar, será el encargado de presidir el congreso en virtud de una propuesta impulsada por los secretarios generales saliente y entrante.
Una vez compuesto el rompecabezas de la Ejecutiva Besteiro tendrá que tomar también una decisión inmediata que no es menor: quién será la voz de la nueva línea política del partido en el Parlamento, dada la dificultad de partida que supone no tener escaño en el Pazo del Hórreo lo que le impide, por ejemplo, participar en los vis a vis parlamentarios con el presidente de la Xunta. En este sentido, parte de los vistazos están puestas en el actual secretario general del PSdeG en la Coruña, Francisco Caamaño, actualmente portavoz en materia lingüística en un grupo parlamentario en el que también hace falta encajar al propio Pachi Vázquez. Por el momento, Besteiro ya tiene a su disposición el cargo del actual portavoz, Abel Losada.
A medio plazo al nuevo secretario general le corresponderá también comandar el proceso de conformación de las candidaturas para las municipales de 2015, unas elecciones que, a priori, serán las primeras en las que la nueva dirección socialista mida sus posibilidades reales a cara descubierta a las autonómicas, que habían debido celebrarse en 2015. En este sentido las frentes abiertas serán varias, a comenzar por ponerles rostro a los carteles electorales de ciudades como Santiago, Ferrol, A Coruña, Ourense e incluso Lugo, donde el futuro de Xosé López Orozco, junto a quien Besteiro comenzó su andadura política, es aún un interrogante.
Estos y otros asuntos ocuparán los primeros meses de un secretario general que rechaza, por el momento, abordar la cuestión de se él incluso dará el paso de intentar optar a la Presidencia de la Xunta. “Tenemos que liberarnos de esa ansiedad” y “empezar a hacer un trabajo, a lo mejor, como se hacía hace treinta años: mirando más a las agrupaciones y relacionándonos con la sociedad”, porque “recuperar la confianza lleva tiempo”. La clave, sintetiza, es “hacer muchas cosas bien durante mucho tiempo”, porque “el electorado de la izquierda es muy exigente”. “Aunque sea más duro -resume- yo prefiero la izquierda frente a la derecha”. Le llegó la hora.