La Organización Marítima Internacional (OMI), un organismo de las Naciones Unidas, concluye en un informe que retirar los pellets de plástico en el mar cuando hay un vertido desde un barco no se ha demostrado una estrategia útil. El texto, elaborado en febrero de 2023, hace alusión a varios episodios de contaminación que comparten características con el que afecta a Galicia y las costas del norte de España: vertidos de pellets que se producen por la pérdida de carga o el hundimiento de un barco en el mar y llegan a la costa. Indica que atajar el problema en el agua es una medida efectiva para minimizar el impacto en los vertidos de petróleo y derivados, pero para el caso de las bolas de plástico, “hay varios motivos por los que la recuperación en el mar es improbable que lo sea [efectiva]”. “En los casos ocurridos hasta la fecha, la respuesta en el mar se ha iniciado en raras ocasiones, y cuando se ha hecho, no se ha demostrado efectiva”, se puede leer en el documento.
El documento cuestiona la argumentación de la Xunta, que desde que este martes rectificó y accedió a activar el nivel dos de emergencia para poder solicitar medios del Estado para las labores de limpieza, repite el argumento de que es el Ministerio de Transportes el que debe poner en marcha un dispositivo para sacar los sacos del mar. Aguas adentro, la competencia es exclusiva del Estado, repiten cargos del Gobierno autonómico. En la costa, sin embargo, el sistema de respuesta involucra a todas las administraciones, que se activan por niveles desde la local a la autonómica y la estatal. Sin embargo, un conselleiro, el responsable de Mar, Alfonso Villares, admite en una carta que la estrategia que defiende la Xunta no es factible: “Debido a sus características, no resulta posible la retirada de este residuo en el mar, ya que no se encuentra en la superficie, por lo que estas labores deben ser acometidas una vez que alcanzan la costa”.
La cita textual es de la carta que remitió el 4 de enero a los alcaldes para indicarles que había habido un vertido de pellets de plástico, decirles que las competencias de la limpieza de playas son municipales y trasladarles un modelo para que anotasen los datos de los trabajos desarrollados para después poder reclamar el pago a la empresa armadora.
La OMI señala que cuando se pierde en el mar un contenedor cargado de pellets se pueden dar tres situaciones: que el contenedor se rompa ya a bordo o al chocar con el agua y que se libere su carga directamente; que se hunda sin abrirse o que incluso flote durante un tiempo y termine por romperse posteriormente y perder el contenido; o que se quede en el lecho marino intacto. En este último supuesto no hay un vertido de inmediato, pero si permanece en el mar durante un largo periodo de tiempo, “la integridad estructural de un contenedor sumergido se puede ver comprometida y, posteriormente, puede producirse un vertido de su contenido.
En los dos primeros escenarios, en los que el material se libera de inmediato o en poco tiempo, “lo más probable” es que la notificación “sea recibida demasiado tarde” para permitir medidas efectivas de contención y recuperación de la carga, añade el documento. Si, además, el contenedor se pierde cerca de la costa, el trabajo para retirar el material directamente en el agua se puede volver “inviable”, como ocurrió con el hundimiento del X-Press Pearl en Sri Lanka en 2021.
El informe señala que los plásticos son arrastrados y su avance se ve afectado por las corrientes, el comportamiento del océano y las condiciones meteorológicas. Así, considera que lo esperable es que se dispersen rápidamente alejándose del punto del vertido. “Como resultado de esta dispersión, así como de los desafíos descritos para ver los pellets que están flotando, es improbable que la recuperación en el mar sea efectiva, si es que se intenta”, agrega.
El documento da recomendaciones sobre cómo proceder si el contenedor se queda intacto en el lecho marino. En este caso sí pide actuar cuanto antes en el lugar y tratar de retirarlo de las aguas. No es lo que ha ocurrido, sin embargo, con el contenedor de pellets perdido por el Toconao, cuya ubicación se desconoce, pero del que sí se tiene en las costas la evidencia de que se ha abierto.