La Xunta de Galicia ya tiene sobre la mesa el segundo de los informes encargados para conocer los riesgos de la sustancia que compone los pellets de polímero que están inundando por millones las playas de Galicia. Los resultados de este segundo informe, cuyo contenido ha avanzado el diario El País, suponen un giro a las conclusiones optimistas del primer estudio, sobre el que el equipo de Alfonso Rueda armó un argumentario de urgencia que la conselleira de Medio Ambiente resumió con la siguiente frase, en referencia a las bolas de plástico que arriban a los arenales: “No son tóxicas ni peligrosas”. Ahora, el Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (CETIM) dice algo diferente: “En caso de vertido accidental, se indica no inhalar el polvo, evitar el contacto con la piel, los ojos y la ropa cuando se proceda a la limpieza del vertido”.
Este nuevo estudio llega a sus conclusiones sin haber analizado el polímero en laboratorio y, al igual que el primero, simplemente estudiando las especificaciones técnicas que el fabricante desvela sobre las 26 toneladas de producto que perdió en el mar frente a las costas de Galicia. El nuevo texto supone una discrepancia científica con su precedente, en cuyas conclusiones se podían leer cosas como la siguiente: “El producto es apto para el uso alimentario”.
El Gobierno central ha reclamado de la Xunta la remisión de ambos informes, sin que hasta la fecha la Xunta haya compartido sus hallazgos, uno en sentido tranquilizador y otro en la dirección contraria. Las nuevas conclusiones en manos del Gobierno gallego activan la alerta sobre los riesgos que corren los voluntarios que en los últimos días se han asomado a las playas gallegas para limpiar por su cuenta los restos de plásticos transparentes vertidos por el buque Toconao.
Según la ficha técnica de este segundo informe, además de los dos componentes principales, los pellets tienen otros dos ingredientes secundarios en pequeña proporción y uno de ellos, el pentaerythritol tetrakis, no es inocuo: “Se trata de una sustancia con toxicidad aguda cutánea y toxicidad acuática crónica, indicándose que puede ser nocivo en contacto con la piel y nocivo para los organismos acuáticos, con efectos nocivos duraderos”.