El pasado 6 de enero, la lotería del Niño dejaba 120 millones de euros en Monforte de Lemos, incluidos los 40 millones del premio especial a un décimo. Una lluvia de dinero en esta villa ferroviaria de unos 20.000 habitantes, afectada como tantas por la crisis y que vio cómo la fortuna le sonreía gracias al 76.254, un número repartido entre cientos de vecinos agraciados.
Pero además de en festejos y felicitaciones, algunos de los premiados prefirieron pensar más allá y cavilaron juntos sobre cómo conseguir que este regalo de la fortuna acabara por revertir en la ciudad y en su futuro. En cómo conseguir que al menos una parte de esos millones que llegaron como regalo de Reyes acabaran también por tener un beneficio colectivo para una villa y una comarca necesitadas, como tantas otras, de un mejor horizonte.
Tres fueron los monfortinos que se pusieron manos a la obra y que trasladaron su idea al alcalde, Severino Rodríguez, que contactó con varias figuras vecinas de Monforte o con relación con la ciudad y que representaran a diversos sectores profesionales y ámbitos sociales de la villa para que fueran ellos los encargados de lanzar la iniciativa y darle forma a la idea: la de crear una fundación “que administre, en beneficio del progreso de la ciudad, fondos procedentes del premio de la lotería de Reyes y de aportaciones de particulares”. Un colectivo abierto a todos y todas para lograr que esa inyección económica revierta en la zona y le dé a los monfortinos un mejor y más esperanzador futuro. Desde todos y para todos.
Entre ese grupo, la ex presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas –oriunda y asidua de Monforte, donde su abuelo tiene una calle– o Julia Otero, periodista monfortina afincada en Cataluña. Ellas dos se comprometieron desde un principio y ejercieron como caras visibles de un proyecto en el que comprometieron su implicación personal y económica. La magistrada fue de las primeras que descolgó el teléfono para llamar a posibles interesados en una futura fundación que maneja ya el nombre de Semente (en gallego, “Semilla”) de Monforte de Lemos.
“Tiene un fin social y de desarrollo económico. Es una iniciativa de monfortinos agraciados pero abierta también a monfortinos no agraciados y a la participación de todos”, explicaba María Emilia Casas en la presentación del proyecto. Ramón Casanova, profesor jubilado y otro de los integrantes del grupo fundacional, explica que el proyecto “está empezando a andar” y que la idea ahora es constituir lo antes posible una primera asociación que sería el germen de esa futura fundación. Será este primer colectivo, y habida cuenta de los apoyos recibidos, el que determinará si el proyecto final sale adelante. Por el momento, ya han sido varias las personas premiadas por la lotería que han llamado para interesarse por la idea y comprometer una aportación. “Pero cualquiera puede ayudar, haya sido agraciado o no o viva en Monforte o no”, aclara Casanova.
“Esto no es caridad, sino una apuesta de futuro, un intento de revertir el dinero en Monforte”, explica quien cuenta que entre las ideas que se meditan también está la de que esos futuros proyectos que salgan de la fundación, y siempre que vayan por buen camino, puedan ayudar de vuelta al proyecto para seguir creando riqueza en la villa. Una rueda que gire para no parar de moverse. Pero para eso aún falta.
La asociación que se creará de manera inmediata desaparecerá para dar paso a la fundación, siempre que se consiga una aportación de dinero importante para ponerla en marcha. De lo contrario, todo lo recaudado irá, en todo caso, destinado a entidades sociales. Pero el propósito es mucho más ambicioso.
El primer objetivo de Semente de Monforte de Lemos sería, en el campo social, el de invertir parte del dinero recaudado en alimentos, artículos de primera necesidad o ayudas para la vivienda para las personas más necesitadas del municipio, así como en la creación de una línea de becas para financiar los estudios universitarios de la juventud con pocos recursos económicos. “Porque la gente joven tiene que aprovechar todo su potencial, no puede quedarse por el camino”, dice Casanova.
En el campo laboral y de apoyo a emprendedores, la fundación financiará proyectos empresariales a ser desarrollados en Monforte. Para esto se creará una página web a través de la cual personas de todo el Estado podrán presentar proyectos que serán estudiados y valorados por una comisión integrada por expertos y expertas de la villa y de las universidades gallegas. “La idea es revitalizar la ciudad y dar opciones y apoyo a tanta gente que tiene tantas buenas ideas que muchas veces no son capaces de llevar a cabo por falta de dinero”, insiste quien piensa ya en que, si todo sale bien, esas nuevas empresas que se creen em la villa puedan “revertir en la propia fundación” y continuar colaborando en otros proyectos.
Porque esa es la clave de la idea: crear el futuro para seguir creando más futuro. “Y aquí contamos todos, porque además serían los donantes, los que hagan aportaciones los que decidirían; es el pueblo quien tiene la palabra y quien manda”, remata Casanova, que forma parte de este grupo promotor con otra gente vinculada a la educación, como Sara Fernández y Manuel López Eiriz; a la empresa, como César Vázquez y Ovidio Pérez; o a la cultura, como Pilar López y Ramón Rodríguez.