En Galicia, no hay nada más importante que el Xacobeo. Al menos, para el Gobierno de la Xunta. O eso parecía. Sin embargo, el proyecto fundamental en el que primero Núñez Fejióo y ahora su sucesor, Alfonso Rueda, se volcaron para captar fondos Next Generation podría ser incompatible con la principal etiqueta del Camino del Santiago: su declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Las asociaciones en defensa de la ruta han alzado la voz de alarma sobre un problema “que no es local, es de ámbito mundial” mientras denuncian el “absoluto silencio” de las instituciones ante lo que consideran “una bomba atómica” a un kilómetro de la principal vía de peregrinación: el Camino Francés a su paso por Palas de Rei.
“Es necesario recordar que, cuando se reconoció que el Camino fuese Bien Cultural, incluido en la Lista de Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Gobierno se comprometió a su protección”, recuerda el texto de un modelo de alegación respaldado, entre otras entidades, por Camino Francés Federación (CFF) o la Plataforma Ulloa Viva. “Si no se cumple la protección, la distinción correría peligro” y puede llegar a “retirarse” si se pierden los “valores excepcionales” por los que fue incluido en la lista.
Esta catalogación reconoce al Camino “un valor universal excepcional” y obliga al Estado a “identificar, proteger, conservar y revalorizar y transmitir a las generaciones futuras” tanto la ruta como su entorno y los bienes culturales que lo configuran. La pérdida de uno de estos bienes, cita el texto, “constituye un empobrecimiento del patrimonio de todos los pueblos del mundo”.
Por eso, echan en falta que el proyecto industrial de la portuguesa Altri no haga “referencia” a los detalles del Plan Director de los Caminos de Santiago de la Comunidad Autónoma de Galicia 2022-2027, donde se destaca que “el Camino Francés requiere esfuerzos, sobre todo, en la integración de la industria dispersa (naves, almacenes…), que representan una afección negativa a su paisaje, y en el tratamiento de las plantaciones de especies alóctonas, comunes a la totalidad de las etapas desde Portomarín a Santiago de Compostela”.
Silencio institucional
José Antonio de la Riera, vocal de comunicación de la Fraternidad Internacional de Amigos del Camino, se pregunta dónde están la Dirección Xeral de Patrimonio, el propio Xacobeo, la Academia Xacobea –que preside el exconselleiro Xesús Palmou– o el Consello da Cultura Galega, aunque recuerda que, en el caso de Castro Lupario –lugar clave en el mito del Apóstol y la fundación de Santiago, sobre el que está proyectada una línea de alta tensión– de nada sirvió el “contundente” informe del Consello.
“Hemos vivido cosas parecidas con el polígono industrial de O Pino y con la mina de Touro”, que llegó a provocar “la primera manifestación mundial de peregrinos”, pero “ni de broma es algo como lo de la celulosa, esto es inimaginable”.
“El informe del ICOMOS influyó muchísimo para que se paralizase el tema”, asegura de la Riera. El ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, en sus siglas en inglés) es el organismo encargado de evaluar las candidaturas a la Lista de Patrimonio Mundial. Un informe negativo por su parte puede mover al Camino de Santiago a otro inventario, el del patrimonio en peligro, “la lista de la vergüenza”, normalmente reservada “a monumentos del tercer mundo”.
Estupefacción mundial
Su situación es de absoluta “estupefacción”. “Transmitir esto fuera es muy difícil. Los estadounidenses, los brasileños, los italianos no dan crédito. Es inimaginable que se quiera hacer algo así a estas alturas del siglo XXI”.
“Es la estocada final al itinerario más importante e histórico, el Camino de Santiago Francés. Tras sufrir durante los últimos años atentados de todo tipo, como construcciones de polígonos industriales, parques eólicos y fotovoltaicos, dejadez por parte de las instituciones y destrucción del trazado por diversos motivos, asiste ahora al ataque más dañino perpetrado por la propia Xunta de Galicia”, insiste el presidente de CFF, Miguel Pérez.
Los argumentos económicos –que prometen 500 empleos directos en la planta y otros 2.000 indirectos– tampoco calan. “En los 30 años desde el primer Xacobeo (1993), el Camino viene trayendo muchísima vida a esta comarca”. La de Palas de Rei a Melide es una etapa clásica del Camino Francés, la quinta desde O Cebreiro, la puerta de entrada en Galicia y a sólo tres más de la Catedral. Como está dentro de los últimos 100 km, por allí pasan todos los que quieren utilizar esta vía, la más transitada, para ganar la compostela.
“Bomba atómica” al patrimonio
“El Camino no es una burbuja, con dos metros a cada lado, por la que transcurre la gente: es un territorio y con esta bomba atómica, te lo cargas”. De la Riera cita el propio estudio de impacto de la empresa que declara una “alta afección” a la ruta. A una distancia de un kilómetro y medio se levantará la gran chimenea de 75 metros de altura, la misma que la de la Catedral compostelana, “pero es que a su lado hay otros edificios que alcanzan los 60. Nadie va a querer caminar al lado de polígonos industriales y monstruos medioambientales”.
Aunque otras vías xacobeas están creciendo “vertiginosamente”, el Camino Francés sigue siendo “el de excelencia” y puede verse directamente afectado. “Los propios alcaldes”, como el de Palas de Rei, declarado municipio de interés turístico hace casi una década, “deberían reaccionar”, si no quieren ver cómo los peregrinos optan por otras rutas, como el Camino de Invierno o el Primitivo.
“Aún así, creemos que esto tiene que pararse. No concebimos que la respuesta para impedir la visión directa sea poner una cortina de sabugueiras (saúcos). Hablamos de una zona de afectación del ruido y el polvo en suspensión, de que durante la construcción pasarán por la zona 200 camiones diarios”, una cifra que la Federación del Camino Francés eleva a tres mil vehículos –en su mayoría, ligeros– en cada jornada. Y algo que consideran clave: “que Inditex se haya echado atrás en la compra de fibras a Altri dice muchísimo”.