¿Debe una institución pública -un ayuntamiento- participar en un acto religioso, teniendo en cuenta que vivimos en un Estado aconfesional y con separación entre la Iglesia y el propio Estado? ¿Dónde debe estar un alcalde? ¿Cuál es su función? En los últimos días se ha hablado mucho de la negativa de los nuevos regidores de A Coruña y Compostela, Xulio Ferreiro y Martiño Noriega, a asistir a la Ofrenda al Santísimo Sacramento del Antiguo Reino de Galicia, que este domingo se celebró en Lugo. Un acto católico en el que se lleva a cabo una procesión bajo palio y una ofrenda que “resultan contrarias” a su “principio de neutralidad religiosa”, como señalaron Marea Atlántica y Compostela Aberta.
En la ofrenda, la alcaldesa de Mondoñedo, Elena Candia (PP), hizo varias referencias críticas a la ausencia de Ferreiro y Noriega, y apeló a la necesidad de mantener las “tradiciones”. “Un pueblo que huye de sus tradiciones y de su conciencia renuncia a su identidad y a su alma”, dijo. “Estamos aquí rindiendo homenaje al Santísimo Señor Sacramentado, pero también a nosotros mismos como pueblo, y eso es algo que no debemos olvidar o confundir”, añadió.
Candia concluyó su intervención expresándole al Santísimo Señor Sacramentado la “gratitud y reconocimiento por la protección que nos brindaste desde el origen de los tiempos, y como constatación de la devoción y del profundo respeto que os profesamos”. Asimismo, le pidió “ser fuertes e inflexibles con aquellos que siguen haciendo una política corrupta” y también ayuda para “ser constantes en el empeño de recuperar una acción política que les permita a los más desfavorecidos sumarse al bienestar económico, social y personal”. En el acto también participaron los regidores de Lugo, Lara Méndez (PSdeG-PSOE); Ourense, Jesús Vázquez (PP); Tui, Enrique Cabaleiro (PSdeG-PSOE); y Betanzos, Ramón García Vázquez (PSdeG-PSOE).
En un ambiente alcanforado, propio de otros tiempos y ante la presencia de autoridades civiles y militares, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, criticó “la indiferencia religiosa, el olvido de Dios, la ligereza con la que se cuestiona su existencia” y señaló que “la invitación a esta celebración” es “universal”, aunque “no todos la aceptan”. Barrio, junto con los obispos de Lugo, Tui-Vigo y Ourense, difundió la pasada semana un artículo en el que defendía que la propia “laicidad” del Estado obliga a los representantes públicos a asistir a este tipo de ceremonias religiosas, acusando de forma velada a los regidores ausentes de imponer su “ateísmo”.
Mientras, en A Coruña...
Mientras todo esto sucedía en Lugo, en A Coruña tenía lugar un acto bien distinto, dos maneras de hacer política y de entender la función pública y el mandato democrático. En su primer acto público como alcalde, Xulio Ferreiro participó en el homenaje que se le realizó en el Paseo de la Ciencia del Parque de Santa Margarida a la matemática coruñesa María Wonenburger, en el primer aniversario de su fallecimiento. En el acto estuvo estuvo acompañado por el concejal de Cultura, Deportes y Conocimiento, José Manuel Sande, y por los científicos Tino Fraga y Ana Tarrío.
Ferreiro afirmó que “el alcalde está hoy donde tiene que estar, en un homenaje a la ciencia, al conocimiento y a una de las coruñesas más ilustres”. El regidor habló, al igual que Elena Candia, de tradición y memoria, pero de una memoria y tradición muy distintas: “Hace un día llegamos al gobierno local una nueva generación; pero novedad no significa que no tengamos memoria. Y nuestra memoria tiene mucho que ver con figuras como la de María Wonenburger, que nos demuestra que antes que nosotros hubo muchos coruñesas y coruñeses que lucharon por un mundo más justo”, destacó Ferreiro, que también recordó la faceta “rebelde” de la homenajeada, especialmente por su condición de mujer, ya que “las mujeres en su tiempo pero también ahora siguen a ser consideradas intrusas en algunos ámbitos, sufriendo techos de cristal que impiden alcanzar las cuotas de igualdad que debería haber en la sociedad”.
Doctora por Yale, primera mujer española becada con una Fullbright, profesora durante varias décadas en la universidad estadounidense de Indiana, y catedrática desde los años 70, María Wonenburger fue una de las referencias internacionales en el mundo del álgebra, pero a pesar de esto y de haber regresado a Galicia ya en 1983, tuvo que esperar hasta los últimos años de su vida para recibir reconocimientos y homenajes públicos.
Si Ferreiro estuvo “donde tenía que estar”, tampoco el nuevo alcalde de Santiago, Martiño Noriega, acudió a la ceremonia religiosa. Ya la pasada semana Noriega había recordado en un artículo su apuesta por “una institución laica para Santiago, posición justificada en la separación Iglesia-Estado y en la necesidad de que todos los actos institucionales donde participe el Ayuntamiento tengan una naturaleza civil”. Asimismo, destacaba que “no le corresponde a un alcalde pedirle al Apóstol que termine con el desempleo y con la corrupción. Lo que le toca es ser capaz de impulsar políticas de transparencia y de fomento del empleo”.