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Los dos migrantes que intentaron salvar a Samuel Luiz, asesinado a golpes, despedidos de forma improcedente

Daniel Salgado

25 de enero de 2023 18:03 h

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La misma empresa cuyo propietario se mostró “impresionado por la humanidad y heroicidad” de los dos migrantes senegaleses que intentaron salvar a Samuel Luiz, el joven víctima de un asesinato de tintes homófobos en A Coruña en julio de 2021, los ha despedido de forma improcedente. La propia firma, Puertas Betanzos, ubicada en Oza-Cesuras (A Coruña), admite esa improcedencia en la carta del 22 de diciembre en las que les comunica la decisión. El sindicato CIG denuncia además que la fábrica sometía a los trabajadores a jornadas de 10 y 12 horas y les debe entre 4.000 y 5.000 euros de indemnización, liquidación y atrasos de convenio.

Puertas de Betanzos niega la mayor y ha anunciado acciones legales contra la central por “intromisión ilegítima en la reputación”. También rechazan prácticas ilegales o que percibieran “un salario más bajo que el establecido en el convenio”. La CIG no afirmó tal cosa, sino que les pagaban “el sueldo más bajo del convenio” y que el despido les llegó cuando ambos iban a viajar a Senegal de vacaciones en Navidad. La carta remitida a los dos senegaleses afirmaba que la razón del despido eran “las causas económicas”. “Pero no las argumentaban ni justificaban. De hecho, reconocían la improcedencia, aunque ahora digan que se debe a que necesitan empleados más cualificados”, explica a elDiario.es Mario Maceiras, responsable de la Federación de Construción de la CIG.

La empresa asegura, a través de las declaraciones de un portavoz a Europa Press, que los ha echado para sustituirlos por personal “polivalente”. Y que se les pagó “lo que les correspondía”. Y añade que “actuó de buena fe” cuando en 2021 les ofreció un contrato. Lo que sí obtuvo entonces la firma -en la que trabajan unas 40 personas- fue el foco mediático, entonces dirigido a todo lo relacionado con el crimen de Samuel Luiz. Los obreros, expone el sindicato, creen ahora que aquello fue “una acción publicitaria para aprovechar la notoriedad que habían adquirido”. Entonces, el Gobierno les concedió permisos de residencia y trabajo.

“Puertas Betanzos ha metido la pata hasta el fondo y está en una huida hacia adelante. Con sus amenazas no nos va a amedrentar. Que les pague lo que les debe y se acabe el tema”, concluye Maceiras.