A principios de julio de 2021 el asesinato del joven Samuel Luiz Muñiz en A Coruña, golpeado hasta que quedó tendido en una acera, desató una ola de protestas por la violencia contra las personas LGTBI. La víctima, de 24 años, había salido de fiesta por la ciudad en una de las primeras noches de reapertura de las discotecas tras las restricciones de la pandemia. La joven que lo acompañaba relató una y otra vez aquellos días que uno de los principales agresores pensó que lo estaban grabando con el móvil cuando lo que ellos estaban haciendo era una videollamada a otra amiga y que lo que escuchó inmediatamente antes de que su amigo empezase a recibir golpes fue: “Para de grabarnos si no quieres que te mate, maricón”. Los hechos, ocurridos en una zona céntrica con varios locales de copas, quedaron registrados en varias cámaras situadas en la vía pública y en algunos establecimientos. En la primera semana la Policía detuvo a seis personas, dos de ellas menores de edad. El séptimo y, por el momento, último arresto relacionado con el caso, fue a finales de septiembre.
Los agentes reconstruyeron a través de los vídeos y declaraciones de testigos e implicados la larga noche de los agresores de Samuel, que se dispersaron tras la paliza y se volvieron a reunir en dos puntos distintos de la ciudad en las horas siguientes, en unos encuentros en los que hablaron del linchamiento y pusieron de manifiesto que ya les había llegado la información de que el joven había fallecido. Según la reconstrucción, hubo discusiones y reproches. Los investigadores, que creen que los implicados borraron algunos de los mensajes que intercambiaron aquellos días, acaban de recibir autorización de la Justicia de Estados Unidos para acceder a los datos de sus redes sociales. Este domingo se cumple un año del asesinato. Esta es la situación en la que se encuentran los detenidos y la investigación.
La paliza
La noche del 2 al 3 de julio de 2021 era una de las primeras tras la reapertura de las discotecas y los pubs, cerrados durante meses a causa de la pandemia. El local en el que estuvieron tanto el grupo con el que salió Samuel como el de sus agresores, el Andén, cerraba a las 3.00 horas, así que minutos antes unos y otros fueron saliendo. En el exterior, en unas gradas del paseo marítimo, la víctima y su amiga Lina estaban haciendo una videollamada. Detrás, uno de los agresores se dirigió a ellos para decirles que dejasen de grabarlo. Lina relató después que, tras llamarle “maricón” a Samuel, este replicó: “¿Maricón de qué?”. Y empezó la agresión. Se forma un tumulto al que se van sumando personas. Samuel cruza la calle, pero lo persiguen y vuelven a golpearlo. Queda tendido en el suelo ante el número 2 de la avenida de Buenos Aires, donde minutos después los servicios de emergencia intentan reanimarlo. Cuando están a punto de dar las 4.00 deciden trasladarlo al hospital y muere poco después. Según la autopsia, presentaba numerosos golpes en el cuerpo, los más graves en la cabeza. Durante la agresión, solo dos personas, dos hombres de origen senegalés, intentaron ayudar al joven y parar el linchamiento.
Dos menores condenados y cinco jóvenes a la espera de juicio
La Policía identificó en sus investigaciones a un grupo de trece jóvenes de entre 16 y 26 años implicados en el linchamiento, pero consideró “activos” en la agresión solo a parte de ellos. Fueron detenidos siete: cinco mayores de edad y dos menores. Estos últimos han sido condenados por un delito de asesinato a tres años y medio de internamiento tras llegar a un acuerdo las partes. Cumplirán la pena en un centro específico en régimen cerrado. Cuando salgan, estarán otros tres años en libertad vigilada, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
De los cinco detenidos mayores de edad, tres están en prisión provisional, en dos cárceles gallegas distintas, la de Bonxe y la de Monterroso, ambas en la provincia de Lugo. A los tres los detuvo la Policía en la semana siguiente al asesinato. Son D.M.M; A.F.G. y K.A.S.C., investigados por un delito de homicidio o asesinato. Al último de ellos se le atribuye también la sustracción del móvil de Samuel. La única mujer detenida, C.S.B., fue puesta en libertad con cargos con la obligación de comparecer periódicamente ante el juzgado. En su declaración negó haber agredido al joven. El último arrestado, A.M.R., fue puesto en libertad en noviembre de 2021, tras algo más de un mes en prisión. Entonces la Audiencia Provincial interpretó que no había motivos para mantenerlo encerrado. Sigue estando investigado en el caso y también tiene la obligación de comparecer de forma periódica.
Los delitos que afectan al crimen
El avance del proceso judicial determinará los delitos por los que terminan acusados los investigados. El caso de los menores, condenados por asesinato y no por homicidio, marca una referencia para los tres adultos que están en prisión. En el Código Penal el homicidio aparece recogido en el artículo 138, que lo define como “el que matare a otro” y para el que establece penas de entre 10 y 15 años de prisión. El asesinato tiene un castigo superior, de entre 15 y 25 años y se define como “el que matare a otro concurriendo alguna de las circunstancias siguientes: con alevosía; por precio, recompensa o promesa; con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido; para facilitar la comisión de otro delito o para evitar que se descubra”. La Fiscalía y las acusaciones particulares acusan de asesinato a los cinco adultos detenidos.
Otro delito entra en juego en este caso. Es el de odio. Si quedase probado ante el tribunal que fue un crimen homófobo, la pena sería superior, puesto que, cuando concurren dos delitos se impone el castigo del más grave en su parte superior. Las amigas de la víctima han defendido desde el principio que hubo homofobia en el brutal ataque a Samuel. A las declaraciones de Lina sobre lo que dijo el primer agresor antes de empezar a golpear al joven se suman varios testimonios recogidos en el sumario judicial que apuntan a la homofobia y que detallan declaraciones posteriores de esta misma persona, D.M.M., justificando la paliza. Una testigo declaró haberlo oído decir “puto maricón, si era un maricón de mierda” en respuesta a su novia cuando esta le recriminó lo que había hecho.
A los detenidos por el asesinato del joven los juzgará un jurado popular.
La información de las redes sociales
La magistrada del Juzgado de Instrucción número 8 de la Audiencia Provincial de A Coruña, que investiga el caso, pidió colaboración a la Justicia estadounidense para que Facebook dé aceso a los archivos de las cuentas de WhatsApp e Instagram de los implicados. La investigación quiere comprobar qué mensajes se enviaron aquella noche y en las horas posteriores los investigados. Sospecha que una parte fueron borrados. Uno de los jóvenes que están en prisión hizo referencia a esas comunicaciones entre miembros del grupo que dio la brutal paliza a Samuel Luiz.
Esa comisión rogatoria enviada al país norteamericano ha recibido una respuesta positiva. Los datos a los que se tendrá acceso ahora serán analizados por la Policía Nacional, que elaborá un informe al respecto.