Muere Antía Cal, la pedagoga progresista gallega que defendió la educación laica e igualitaria en plena dictadura

Daniel Salgado

30 de marzo de 2022 11:58 h

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La pedagoga Antía Cal, que había nacido en La Habana en 1923 hija de emigrantes de Muras (Lugo), ha muerto este miércoles en Vigo, la ciudad en donde residió buena parte de su vida y donde organizó el tal vez proyecto de su vida: la Escola Rosalía de Castro. Galleguista y progresista, su figura fue una referencia de la enseñanza alternativa y la renovación pedagógica en medio de la tiniebla franquista.

El colegio Rosalía de Castro abrió sus puertas en 1961, laico, mixto e igualitario. Cal se había inspirado en las tesis del pionero pedagogo suízo Johan Heinrich Pestalozzi, un ilustrado que prescribía acompañar al niño en su aprendizaje, no adelantarse al mismo. Las aulas del centro vigués tenían nombre y su onomástica sirve para resumir los horizontes de Antía Cal: Bertrand Rusell, Luís de Camões, Alexandre Bóveda -secretario general del Partido Galeguista, asesinado en 1936-, el poeta Eduardo Pondal -autor de la letra del Himno Galego- o el pintor represaliado Carlos Maside. También las había dedicadas a los marineros o a los labradores.

El Rosalía de Castro se convirtió así en impulsor de tendencias progresistas en la educación, y agrupó a cierto alumnado procedente de la exigua burguesía antifranquista existente en Galicia. Todavía existe, pero sus instalaciones se encuentran alejadas de la céntrica calle Pizarro original.

Antía Cal se casó en 1947 con el oftalmólogo Antón Beiras García, otro galleguista significado, próximo al Partido Comunista y tío de uno de los líderes fundamentales del nacionalismo gallego de izquierdas, Xosé Manuel Beiras. En 2006, Cal publicó sus memorias, Este camiño que fixemos xuntos (Editorial Galaxia) [Este camino que hicimos juntos], y 12 años después, la Deputación de Lugo recuperó la hermosa encinclopedia secreta que había preparado para educar a sus hijos, O libro dos nenos, dividida en cuatro partes: Formación do mundo, Xeografía descriptiva, Galiza y Sobre da hixiene. Miguel Piñeiro, su sobrino, le dedicó el filme documental A palabra xusta. Sus últimos años fueron pródigos en reconocimientos, el último de ellos el Premio Otero Pedrayo en 2018, concedido por las diputaciones provinciales.