Para la secretaria general del PP gallego y diputada en el Parlamento, Paula Prado, donar órganos entre personas vivas y los vientres de alquiler son dos realidades equiparables. Que una mujer geste un bebé para otra persona es, según sus palabras, “donar capacidad reproductiva”.
Prado defendió así la posición de su partido en un debate en el Parlamento de Galicia de una proposición no de ley presentada por el PSdeG para rechazar los vientres de alquiler. A la número dos de los populares gallegos le parece reprochable que los dos grupos de la oposición -los socialistas y el BNG- hablen de “compra” de bebés porque asegura que hay casos de acoso escolar a los niños nacidos de esta manera.
La diputada del PP recurrió al concepto de la donación altruista: “Se donan también órganos. La donación de órganos entre vivos existe y hay quien dona riñones y partes del hígado a vivos, no a muertos”. De la misma manera, razonó, “hay gente que está dispuesta a donar su capacidad reproductiva”. Intentó también cuestionar el argumento de que la maternidad es un deseo y no un derecho. En ese caso, preguntó, “¿cómo pueden defender que el aborto es un derecho?”. Prado fue la encargada de defender el que fue el primer texto legislativo aprobado en el Parlamento gallego -con los votos del PP- tras la primera victoria de Feijóo en las elecciones autonómicas, en 2009. Era una iniciativa promovida por Redmadre, una asociación antiabortista, para crear una red “de apoyo a la mujer embarazada”.
Entender la maternidad como un deseo y no como un derecho llevaría, sostuvo Prado, a eliminar de la cartera de servicios de la sanidad pública la fecundación asistida. Dentro del debate ella misma aclaró que no estaría de acuerdo con tal supresión.
La diputada socialista que defendió la iniciativa, Noa Díaz, consideró “absolutamente delirante” la intervención de Prado: “Me faltan calificativos”. Si firmasen un contrato para una donación de órganos, replicó la portavoz del PSdeG, “estarían en la cárcel”. Díaz preguntó cuál es la libertad de las mujeres gestantes en el alquiler de vientres. “No pueden moverse libremente, ni comer ni beber ni mantener relaciones sexuales. No son alquilados sus vientres, son alquiladas sus vidas”, agregó.
La diputada del BNG Olalla Rodil ironizó con que “gracias a dios”, el PP está dividido en esta cuestión y dentro de la formación todavía predomina el ala más conservadora. Se dirigió a los diputados del PP para decirles que, dado que pueden votar libremente, opten por mostrar su rechazo a los vientres de alquiler.