“Valió la pena”. A tres días de que se conmemore el 40º aniversario de la Revolução dos Cravos, Otelo Saraiva de Carvalho relató en Pontevedra, en el marco de la Semana Gallega de Filosofía, su experiencia en la acción que derribó la dictadura en Portugal. “El 25 de abril está en la memoria de todos los portugueses y para orgullo nuestro es considerada la revolución más bonita y más romántica conocida en todo el mundo”, destacó, desgranando durante una hora de conferencia las decisiones, anécdotas y triunfos que llevaron al éxito de la revolución.
Los organizadores destacaron el valor de contar con su presencia en esta semana de celebraciones y de múltiples actividades en Portugal, y destacaron que Saraiva de Carvalho “ha hecho un esfuerzo, por el aprecio que tiene hacia Galicia, para contarnos cómo se hace una revolución”. Los y las asistentes a la conferencia interpretaron, al final, puestos en pie, el Grândola Vila Morena.
Sin embargo, del 25 de abril no solo se narra en pasado. La Associação 25 de Abril, en la que participa activamente junto a otros muchos de los militares que encabezaron la revolución hace 40 años, mantiene sus reivindicaciones. En este año ha llamado una vez más a preservar y a recuperar “los valores de abril”, empleando el lema “vencer el miedo”. “Hay miedo en la sociedad portuguesa” –dijo– “miedo a perder el empleo, miedo a no conseguir un trabajo. El pueblo portugués es un pueblo sumiso, humilde, habituado a la obediencia, al paternalismo”. Por eso Otelo Saraiva de Carvalho alerta de que “el camino está abierto para cualquier dictador paternalista que aparezca por la derecha”.
“Ese es nuestro primer objetivo: acabar con el miedo a construir aquello que falta construir para el futuro. Se hizo mucho, pero faltan muchas cosas por hacer”, afirmó. Denunció, asimismo, que “el gobierno intenta dividir a la sociedad portuguesa, a los viejos contra los jóvenes, a los empleados contra los desempleados, a los campesinos contra el proletariado industrial, al norte contra el sur”. “Somos ciudadanos libres en un país que está dejando de ser libre, el país está perdiendo soberanía”, concluyó en referencia a las imposiciones de la troika.
Tuvo, igualmente, palabras muy críticas con el proceso de construcción de la Unión Europea y con la “partitocracia” que domina Portugal: “No me gusta la partitocracia, tienen mucho poder en Portugal y defienden solo sus intereses, no los intereses del pueblo. Si alguien quiere un empleo, solo tiene que afiliarse al PS o al PSD”.
La Associação 25 de Abril ha rechazado participar en los actos oficiales organizados por el Gobierno portugués para conmemorar el 40º aniversario de la revolución “porque no ha sido satisfecha la reivindicación para hablar sobre los 40 años de la revolución y sobre aquello que fue alcanzado y aquello que quedó por hacer, que es mucho”. Asimismo, el colectivo señaló que el actual gobierno PSD-CDS-PP “está certificando la muerte del 25 de abril”. El Gobierno, dicen, tiene “miedo a ser expuesto por los Capitanes de Abril”.
La revolución vivida
La revolución es el tema alrededor del que giran todas las intervenciones de esta Semana Gallega de Filosofía, aportaciones académicas o activistas, de movimientos políticos o sociales, la mayoría de ellas centradas en un análisis teórico de las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución. Sin embargo, Otelo Saraiva de Cavalho vivió una auténtica revolución. Es más, la organizó, como responsable de la exitosa estrategia militar que en solo 17 horas acabó con una dictadura de cinco décadas. Eso sí, reconociendo que “la guerra colonial fue determinante para que el 25 de abril fuera posible” y que “Salazar fue, entonces, el principal agente de la Revolución”.
Saraiva de Carvalho calificó el 25 de abril de 1974 de “día memorable” y de “operación militar hecha con rigor y eficacia” que consiguió “reconquistar la libertad, reconquistar la dignidad, reconquistar el concepto de ciudadanía de unos ciudadanos que se sentían libres, en un país libre”. Sin embargo, después del 25 de abril llegó el 26, el día después, y la cuestión de cómo organizar la revolución ganada. Saraiva de Carvalho lamentó la contrarrevolución viviva, y los pasos atrás que desde 1974, y sobre todo en los últimos años, se produjeron desde los derechos conseguidos en la revolución.
“Colegas míos consideran que deberíamos haber conservado el poder durante más tiempo, mientras no hubiera una clarificación de la situación de poder en Portugal”, señaló. “Sin embargo, buscamos evitar la impresión, o las acusaciones internas o externas, de que el MFA estaba liderando una nueva dictadura militar. Y por eso desde el primer momento nos comprometimos a convocar elecciones constituyentes para la redacción de una nueva constitución, en el plazo máximo de un año, y a convocar elecciones legislativas en el plazo máximo de 2 años”, explicó. En ese sentido subrayó que “el PS aprovechó su éxito en las elecciones constituyentes, que no esperaba, para ganar posiciones y comenzar a hacer oposición al Gobierno del MFA”.
En cuanto a su participación directa en política Saraiva de Carvalho señaló que “me hace gracia cuando dicen que 'lo que estropeó a Otelo' fue la ambición política”, y destacó que hubo entre los líderes del MFA y especialmente en él mismo una “total falta de apetencia por ocupar el poder político”. “Yo rechacé muchas veces ser ascendido a general o la posibilidad de convertirme en primer ministro”, añadió. “Valió la pena: se hizo mucho, pero falta mucho por hacer”, concluyó.
Conferencia íntegra de Saraiva de Carvalho