El Panteón das Galegas e os Galegos Ilustres saldrá por fin del limbo jurídico. Uno de los principales símbolos del galleguismo, situado en el corazón histórico de Santiago de Compostela y donde reposan los restos de ilustres intelectuales de la historia de Galicia -Rosalía de Castro o Castelao entre ellos-, dependerá de una fundación del Parlamento autonómico. Los tres partidos con representación en la Cámara, PP, BNG y Partido Socialista, han registrado una proposición de ley conjunta para regular sus usos y accesos. Desde que en 2006 el Tribunal Supremo delimitara las propiedades de la zona, era el Arzobispado de la ciudad el que permitía o no su utilización. Dejará de ser así.
El texto de la iniciativa califica el lugar, en el interior de la iglesia gótica de San Domingos de Bonaval, de “símbolo de la identidad del pueblo gallego y de su continuidad histórica, el espacio físico destinado a honrar y perpetuar la memoria de las personas que han contribuido significativamente a la afirmación de la identidad de Galicia, al conocimiento de esa identidad y a su defensa”. Además de Rosalía de Castro y Castelao -este murió en 1950 en el exilio y regresó a Galicia en 1984 en medio de fuertes protestas de una parte de la izquierda y el nacionalismo-, en el Panteón están enterrados Alfredo Brañas, ideólogo del regionalismo y precursor del nacionalismo, el poeta Ramón Cabanillas y el geógrafo Domingo Fontán, que en el siglo XIX mapeó Galicia.
Escenario de innumerables actos políticos, civiles y culturales, la Diócesis de Santiago decidía ahora cuando se abría y no. Al Consello da Cultura Galega, un organismo público e independiente, le preocupaba la situación e inició, hace años, conversaciones con el Parlamento de Galicia para buscar una fórmula. Finalmente ha tomado la forma de ley, que se tramitará en la Cámara gallega antes de que acabe julio. La fundación que se creará a tal efecto estará presidida por la persona titular de la Presidencia del Parlamento, y en su patronato se sentarán, además de los miembros de la Mesa de la institución, el presidente de la Xunta de Galicia, la alcaldesa de Santiago de Compostela y el arzobispo. Habrá además una comisión asesora de expertos de diferentes entidades.
La fundación se encargará de elaborar un reglamento de usos del espacio “que garantiza una utilización respetuosa y decorosa apropiada a sus finalidades” y otro de “honras, protocolo y ceremonial que prevea los requisitos mínimos que justifiquen la concesión de nuevas honras” en el Panteón que ahora pasa a llamarse de Galegas e Galegos Ilustres.