El fin de los envíos de papeletas a domicilio ahorraría hasta 1,7 millones por elección en Galicia

Es una escena clásica antes de cada convocatoria electoral. Los buzones de los hogares se llenan de sobres, muchas veces dirigidos a cada habitante de la vivienda con nombres y apellidos, con los logotipos de las fuerzas que concurren a las elecciones. En su interior se pueden encontrar trípticos con algunos mensajes electorales o la imagen del candidato o candidata. Algunos partidos incluso optan por simular un contacto directo con el electorado, incluyendo en la misiva una carta del líder con una reproducción de su firma. En lo que coincide la práctica totalidad es en acercar un sobre de votación y una papeleta de su candidatura, la misma que se encuentra en los colegios electorales. Esta práctica, además de no ser inocente, no le sale gratis a la ciudadanía.

Según establece la legislación electoral, el “envío directo y personal a los electores de sobres y papeletas electorales o propaganda y publicidad electoral” está subvencionado para aquellas organizaciones políticas que obtengan representación en el Parlamento de Galicia, si se trata de unas autonómicas, o en la Cámara que corresponda en otro tipo de elecciones. Así, por ejemplo, en las últimas elecciones gallegas esta aportación económica ascendió a 16 céntimos por integrante del censo electoral, formado por 2.697.717 personas a 1 de junio de 2012, fecha de referencia para esa convocatoria.

Dado que las cuatro formaciones que actualmente se sientan en el Pazo do Hórreo (PP, PSdeG, AGE y BNG) obtuvieron representación por las cuatro circunscripciones electorales gallegas -coincidentes con las provincias-, todas tuvieron derecho a una aportación económica idéntica para sufragar estos gastos, esto es, 431.634,72 euros, lo que supone un total de 1,7 millones de euros. No obstante, no todas declararon los mismos gastos ni recibieron la misma subvención por el envío de papeletas y propaganda.

Según el informe de fiscalización de las cuentas electorales realizado por el Consello de Contas sobre los comicios del 21-O, la fuerza parlamentaria que más fondos recibió por este concepto fue el BNG, con una subvención de 431.442,08 euros. Esta ayuda les sirvió a los nacionalistas para sufragar la mayor parte de sus 2,7 millones de envíos, si bien tuvieron que pagar algo más de 17.000 euros por envíos “no cubiertos por la subvención”. Quien también tuvo que pagar envíos de su bolsillo fue AGE, en su caso por importe de más de 37.000 euros fuera de la subvención, que quedó en 367.869,44 euros, la misma que recibió el PSdeG, partido que sólo pagó 7,50 euros en envíos no subvencionados. Por su parte, el PP justificó 2,3 millones de envíos, con un gasto de 293.430 euros, exactamente lo mismo que recibió de subvención.

En este contexto, ya surgen voces políticas que apuestan por una reforma de estas subvenciones no solo en aras del ahorro, sino también por una mayor limpieza electoral. El primero en proponerlo ha sido el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, cuyo portavoz en la comisión del Consello de Contas, Juan Carlos González Santín, trasladó este martes su reivindicación ante el consejero mayor del organismo, Luciano Fariña. En opinión de los socialistas, el fin de los envíos electorales no sólo permitiría dejar de gastar dinero, sino que haría mucho más difícil la práctica de “llevar a la gente a votar”, la popular carretaxe. “En el siglo XXI todo el mundo sabe coger la papeleta en el colegio electoral”, argumenta, por lo que reclama que las papeletas estén solo en los colegios.

Del mismo modo, los socialistas consideran que el Consello de Contas también debería poner el acento en el control de otra “práctica antidemocrática”: “la propaganda electoral encubierta” que va “sospechosamente camuflada” en “campañas publicitarias” oficiales “en torno a las fechas electorales”. Así, señala Santín, mientras “los partidos se mantienen bajo el límite del 20%” de los gastos en propaganda en prensa y radio -el PP declaró gastos por 252.000 euros, el PSdeG 201.000, AGE 1.052 euros y el BNG, 80.000- no se verifican las campañas electorales financiadas por las instituciones amigas“. ”Es tan sencillo como comparar el gasto en publicidad en los meses más próximos a la campaña electoral con el mismo período del año anterior“. Esta propuesta ”fue sistemáticamente rechazada por el PP“, subraya Santín, por lo que deduce que ”tendrán algo que esconder“.