Como este jueves hicieron abogados defensores de Adif y Renfe con los peritos de parte del maquinista accidentado en la curva de Angrois, este viernes abogados del conductor y de las víctimas del siniestro han intentado rebatir en el juzgado de Santiago las afirmaciones que allí hicieron dos peritos designados por la primera de las empresas públicas. Estos ratificaron presencialmente los peritajes que habían entregado por escrito el pasado enero en los que afirman que la línea de AVE Ourense-Santiago en la que ocurrió el accidente cumplía con la normativa de seguridad.
En la instrucción del accidente el juez sospecha que Adif y Renfe no evaluaron como debían el riesgo de la curva, que carecía de ningún sistema que evitase o paliase un exceso de velocidad por un despiste de un maquinista como el que ocurrió el 24 de julio de 2013 provocando 80 muertes, cuestión por la que están imputados seis técnicos además del maquinista. El pasado junio un informe de la Agencia Ferroviaria Europea incidió en la necesidad de realizar evaluaciones específicas de riesgo tanto cuando Adif y Renfe desconectaron en 2012 a bordo de los Alvia el sistema de control de la velocidad que dejaba en manos del maquinista toda la responsabilidad de frenar como cuando se diseñó la seguridad de la línea de AVE Ourense-Santiago antes de su inauguración en 2011 y se recortó unos kilómetros antes de la curva.
La visión contraria por parte de Adif la ratificaron este viernes en el juzgado sus peritos: Esther Mateo, que era directora de instalaciones de la empresa pública cuando emitió en enero su informe y que acaba de ser ascendida a directora general de Seguridad; y Antonio Puyol, ingeniero industrial dedicado a la evaluación de la seguridad en el sector ferroviario con su empresa familiar, que participó como consultora de seguridad de la línea Ourense-Santiago en la que ocurrió el accidente y que según admitió él mismo en la sala ha recibido “contratitos” de Adif. A las puertas del juzgado víctimas del siniestro dudaron de su independencia y les reclamaron que no pongan por delante los intereses de la empresa pública.
En sus peritajes los dos coinciden en indicar que la seguridad en el sistema ferroviario está fragmentada entre diversos responsables, incluidos los maquinistas, y que Adif actuó de manera correcta en la línea Ourense-Santiago a pesar de permitir que no hubiera ningún sistema automático que frenase los trenes en el caso de un error humano como el ocurrido. Según Puyol, la aplicación del reglamento europeo que establece cómo evaluar la seguridad “no sería preceptiva en el momento de la puesta en servicio [de la línea Ourense-Santiago] debido al avanzado estado de desarrollo de las obra”. Y añade que “aún en el supuesto de realizarse una EIR [Evaluación Integral de Riesgos] involucrando a todos los subsistemas estructurales, los resultados no serían diferentes” y, según él, el riesgo de un accidente por despiste del maquinista como el que ocurrió sería “un suceso de frecuencia increíble”.
Puyol sí admite que ese reglamento europeo sí sería aplicable al subsistema de control, mando y señalización (CMS), porque había sufrido un cambio entre su diseño inicial y el que finalmente funcionó, pero descarta que ese incumplimiento fuese importante porque dice que las exigencias de ese reglamento fueron aplicadas igualmente a través de otro procedimiento, según insistió también este viernes.
Por su parte, Mateo defiende que su empresa “actuó de acuerdo con los procedimientos que incorpora el Sistema de Gestión de la Seguridad” y que la línea fue ejecutada “de acuerdo con las normas técnicas que eran de aplicación a cada subsistema”, matizando que un tipo de análisis de riesgos, el denominado Hazard Log o registro de riesgos, “sólo es preciso en el caso del subsistema de Control, Mando y Señalización, y así se hizo”.
Este viernes, en su ratificación verbal ante el juez, Mateo, según varios asistentes, explicó que Adif no tiene en cuenta el factor humano ya que ese es un cometido de Renfe, como empresa de la que dependen los maquinistas.
Los dos peritos de Adif comparecieron este viernes en el juzgado durante varias horas después de que este jueves lo hicieran dos peritos designados por el abogado del maquinista accidentado: Ángel Luis Sanz Cubero, maquinista con una larga experiencia en la formación de otros conductores, y Pilar Calvo, psicóloga especializada en el análisis de errores humanos. Los dos se ratificaron en los peritajes que, como este viernes los de Adif, ya habían entregado por escrito en 2015 (el juez no consideró necesario ratificarlos presencialmente hasta ahora). En ellos, a partir del análisis de cuestiones ferroviarias y psicológicas muy distintas coinciden en que era previsible, y Adif debió tomar medidas para evitarlo, un accidente en la curva de Angrois.
Este viernes tanto los abogados de las víctimas como del maquinista coincidieron en la necesidad de que comparezcan en el juzgado para una ratificación verbal similar los expertos de la Agencia Ferroviaria Europea que el pasado junio emitió un duro informe sobre los incumplimientos en la evaluación de riesgos. Consideran que los técnicos comunitarios, a diferencia de los de Adif, son los “únicos imparciales” con capacidad para pronunciarse sobre la cuestión.
La declaración de estos cuatro peritos se produce después de la comparecencia este miércoles como investigado del gerente de Seguridad en la Circulación de Adif para el noroeste, Fernando Rebón. El juez lo imputó en su momento por considerar que la omisión de medidas de seguridad y de evaluación del riesgo que se le atribuyen al principal imputado además del maquinista, el director de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, pueden ser extensibles a Rebón como subordinado suyo. Este miércoles, por el contrario, Rebón negó tener competencias sobre el diseño de la seguridad de la línea y dijo que se limitaba a evaluar su funcionamiento, recordando que el máximo responsable era Cortabitarte.