Por fin, piensa Benito Portela. El alcalde de Sada, ayuntamiento donde se localiza el Pazo de Meirás, llevaba más de un año reclamándole al Gobierno de Pedro Sánchez que presentara la demanda contra los Franco para exigirles la recuperación del inmueble. La pasada semana, la Abogacía del Estado presentó por fin en un juzgado de A Coruña, ciudad donde llevaba décadas archivado, el acta notarial que los letrados consideran clave para desmontar el “fraude” llevado a cabo por el dictador y que ha permitido a sus herederos mantener la propiedad de las Torres a día de hoy. Aunque se enteró por la prensa de la iniciativa judicial del Gobierno, el pasado 18 de julio, el Concello recibió un oficio del juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña donde se le informaba de la medida. El Ayuntamiento, encabezado por Sadamaioría en coalición con el BNG y Alternativa dos Veciños, decidió así personarse en el procedimiento “al tener interés directo y legítimo en el resultado de la demanda”.
Supongo que el regidor de Sada sabría algo ya de la presentación inminente de la demanda antes de que se produjese.
En el Ayuntamiento no sabíamos nada. Yo me enteré por los medios de comunicación y no tenía conocimiento de que ya estaba presentada la demanda... Digo 'ya' pero debería decir que 'por fin' estaba presentada, porque llevábamos un año reclamando que se hiciese.
El hecho de que el documento, por lo visto clave, para presentar por fin la demanda estuviese tan cerca, en A Coruña, ¿no es muestra de que ha faltado voluntad política durante mucho tiempo?
No sé cuál fue la razón por la que la Abogacía del Estado ha decidido presentar justo ahora la demanda ni por qué han tardado tanto, pero este documento, en realidad, no cambia las cosas sino que, más bien, refrenda lo que ya sabíamos que había pasado. Era y es obvio que tuvo que haber una compraventa antes de que se hiciera ese acto de donación público que tuvo lugar en diciembre de 1938.
¿La lucha social fue importante para que se lograra, aunque tarde, este avance por parte del Estado?
Ha sido clave toda esa gente que durante estos años ha trabajado por que el Pazo de Meirás fuese público. Es de justicia agradecer y felicitar a todos esos colectivos para la recuperación de la memoria histórica que, además, han conseguido que la demanda se convirtiese en un clamor, ahora sí, social, sobre la injusticia que supone que los herederos de un dictador sigan teniendo la propiedad de las Torres.
¿Cree que ha cambiado la percepción social?
Creo que está cambiando, sí. Antes había gente que permanecía indiferente ante la situación del Pazo, pero ahora todo el mundo se ha dado cuenta de la verdadera injusticia que se cometió durante el régimen fascista y de que es una vergüenza que 44 años después de la muerte del dictador, su familia continúe siendo la propietaria de este inmueble.
¿Qué le ha parecido la actuación de la Xunta respeto del Pazo desde que éste fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC)?
Creo que desde la Xunta no se ha mostrado el interés suficiente que había que tener respecto a todas las irregularidades que se han cometido en lo que tiene que ver con el incumplimiento de la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia en el Pazo. Por lo demás, lo que sí es grato ahora es ver cómo el apoyo a la recuperación del inmueble es unánime en el Parlamento gallego y que todas las fuerzas se unen en una reivindicación sobre una propiedad que nunca debió dejar de ser pública.
¿Siguen los Franco cumpliendo con el régimen de visitas obligado por la condición de BIC del inmueble?
El régimen de visitas sigue igual y suponemos que la familia cumplirá. Lo que sí ha sido siempre habitual es que, en el mes de agosto, los Franco adoptasen cambios en los horarios de visita de forma unilateral y sin avisar a nadie.
¿Pasará eso este año?
Esperemos que no y que se pueda visitar el Pazo con total normalidad, mientras el espacio no sea patrimonio público.
La batalla judicial, ante la posibilidad de recursos, parece que será larga. ¿Qué espera?
No soy el más indicado para responder porque no sé los plazos que tendrá la justicia en este caso; lo que sí puedo decir es que el Ayuntamiento de Sada ha previsto estar presente en todo el proceso, porque tenemos que luchar hasta el final para que por fin se haga justicia.
¿En qué le gustaría que se convirtiese el Pazo?
Ya lo he dicho más veces y, aunque no me gusta mucho dar en esto una opinión personal, sí que creo que un inmueble que puede considerarse que fue el epicentro del franquismo durante tantos años, podría convertirse en el epicentro de la recuperación de la memoria histórica para todo el Estado.