Desde 1960, quien gana en Ohio gana las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Este estado es uno de los swing states que suele cambiar de manos entre demócratas y republicanos y, curiosamente, siempre lo hace en la dirección del ganador final de los comicios. En España hay algunas localidades en las que se viene dando esta misma circunstancia (una gran parte de ellas en Aragón), coincidiendo el ganador en ellas con la fuerza más votada a nivel estatal. Y en Galicia, el Ohio es -desde hace bastantes años- el ayuntamientos de Betanzos.
Sea por su carácter de villa de mediano tamaño, entre lo rural y lo urbano, entre la costa y el interior... en Betanzos viene coincidiendo no sólo el partido ganador de las elecciones en Galicia (hasta ahora siempre había sido el PP), sino la distribución de los apoyos entre unas y otras fuerzas. Así sucedió en las elecciones generales de 2015 y 2016 y así volvió a ocurrir el pasado domingo.
En el conjunto de Galicia el PSOE obtuvo el 32,1% de los votos, el PP el 27,4%, En Común el 14,5%, Ciudadanos el 11,2%, el BNG el 5,7% y Vox el 5,3%. Y en Betanzos los resultados fueron, en el misma orden: 32,9%, 25,3%, 14,6%, 12,1%, 5,8% y 5,4%. Apenas unas décimas de desviación en cada candidatura, excepto en el PP, donde la diferencia fue de dos puntos.
En las jornadas electorales cuentan que el propio Manuel Fraga solía exigir inmediatamente los resultados en este municipio (“¡Háganme el test de Betanzos!”) para tener una idea certera del resultado final en el conjunto del país. Hace unos años la periodista Carmen Cotelo publicó el libro Betanzos, magic town (Biblos), en referencia al film del mismo nombre protagonizado por James Steward. Cotelo concluía que en muchos aspectos, Betanzos es una “ciudad matemáticamente perfecta”, una muestra fiel del universo gallego, lo que la lleva a calcar los resultados electorales y las variaciones en el voto de los partidos.