“La mayoría progresista de A Coruña sabe que la Marea Atlántica no traiciona sus principios, que es su referencia”

Xulio Ferreiro se muestra confiado y, a pesar de las encuestas, está convencido de repetir en la alcaldía de A Coruña. “Es absolutamente factible”, asegura el regidor, que destaca el modelo de ciudad, la política social o el cambio de rumbo en el futuro del puerto. Reconoce errores en el gobierno, pero asegura que “ninguna” decisión “ha traicionado” los valores de la Marea Atlántica, a la que pone de ejemplo de unidad. Ante el impulso que las generales han dado al PSOE, con quien parece jugarse el bastón de mando, es claro: advierte de que “no todo se puede fiar a Pedro Sánchez” y avisa de que hubo cosas en el pasado “que no pasaron por casualidad”. “El caso Someso o el del Conde de Fenosa pasaron en un sistema de gobernanza donde el Partido Socialista era fundamental en alianza con poder fácticos”, recuerda en referencia a alguno de los escándalos urbanísticos de la época de Francisco Vázquez. 

¿Qué sensaciones está teniendo en esta campaña? ¿Se ve de nuevo en la alcaldía?

Estamos haciendo una campaña como gobernamos: estando en la calle, hablando con la gente y mirándole a los ojos, defendiendo la acción de gobierno y el proyecto de ciudad, que es absolutamente defendible. Las sensaciones son buenas. Manejamos datos de encuestas que son buenos, que nos dicen que estamos ganando y que es absolutamente factible renovar la alcaldía, pero esto hay que pelearlo hasta el último día y el último voto y no podemos bajar la guardia. Nuestros rivales prefieren hacer campañas por arriba, en medios y pegadas a Santiago o a Madrid.

Las encuestas pueden errar, y de hecho erran muchas veces, pero también marcan tendencia. Las de A Coruña no le dan la victoria...

Sabemos que hay encuestas que se publican simplemente para orientar el voto, pero también están diciendo que hay un 30% de indecisos o que, a medida que nos separamos de las generales y nos acercamos a las municipales, la tendencia cambia, por lo que, incluso en esas encuestas hay datos muy positivos para nosotros y hay que leerlos también. Es cierto que el sentido de algunos sondeos sólo es el de orientar el voto, pero con tanto indeciso hay que hablar con todo el mundo hasta el último día, escuchar las razones de esa indecisión o decepción... Si fueron votantes nuestros en el pasado, debemos saber cuál es la razón de su incertidumbre; si piensan que cometimos errores, para no volver a cometerlos, y si creen que no conseguimos todavía cosas, para explicarles que las vamos a seguir intentando porque sabíamos que no iba a ser fácil. Desde luego, que les quede claro que hay cosas que los únicos que las vamos a seguir intentando somos nosotros. Cuando hay rivales que tejen alianzas fuertes con determinados medios, uno lo que se pregunta es cuál es la contrapartida que hay detrás porque esas facturas después hay que pagarlas. Y eso es complicado.

¿Qué le está explicando a esos indecisos?

Les explico. Y lo que percibo es que hay gente que desconoce muchas cosas que hemos hecho en estos cuatro años. La campaña es eso: muy informativa, de lo que hacemos y de lo que queremos hacer, del proyecto. Cuando la gente lo escucha, podemos vencer a la indecisión. Ese es el trabajo. Me gustaría hablar con todos los indecisos de la ciudad y con todos los vecinos, pero es obvio que no hay tiempo, pero tenemos cientos de voluntarios en la calle que hablan con todo el mundo y que pasan horas escuchando. Esa es nuestra fuerza, la fuerza de la cercanía, y en eso confiamos.

Parece claro que el éxito de Pedro Sánchez ha impulsado al PSOE, ¿es la campaña la oportunidad de la Marea Atlántica para detener esa ola?

Nosotros siempre supimos, desde que se colocaron las elecciones municipales un mes después de las generales, que iba a haber influencia fuese cual fuese el resultado. Lo que sí creo es que a medida que se acerca el día 26, el efecto Sánchez baja y el efecto Coruña sube. Lo que nos interesa es hablar de A Coruña. Si hablamos de A Coruña, de los candidatos y de los proyectos, ese contexto es ganador para nosotros. Lo vemos en los debates, en los actos e incluso notamos cierto desánimo en el PSOE coruñés a medida que pasan los días, porque creo que se les está haciendo un poco larga la campaña. No todo se puede fiar a un Pedro Sánchez que ya vimos lo que ha hecho cuando ha tenido que tomar decisiones fundamentales sobre la ciudad desde el Ejecutivo central... Y lo digo con pena y cierta desilusión.

¿Desilusión?

Estaba muy esperanzado con que el cambio de gobierno en Madrid supusiese una relación diferente con A Coruña. La ha supuesto porque hay más diálogo, pero no en temas concretos. La ría del Burgo sigue igual, lo de Alcoa no sigue igual, sino que está peor porque cada día que pasa es un día menos para una solución; la cuestión portuaria no se ha movido, mientras para Valencia se buscan soluciones... Ese es el peso que tiene el PSOE de A Coruña o de Galicia sobre el Gobierno de España. No sé si es la falta de peso o el hecho de que la candidata en A Coruña fuese susanista y eso influye, no lo sé, pero lo cierto es que no se ha movido nada. Bastante trabajo tiene Pedro Sánchez con ocuparse desde Madrid de los asuntos que tiene en A Coruña pendientes, que son muy importantes.

¿Hay mucha diferencia entre el PSOE de A Coruña y el PSOE de Sánchez?

Es que hay mucha diferencia entre los diferentes PSOEs de A Coruña. Hay militantes y votantes socialistas con los que es muy fácil hablar, compartir y tener una visión común, pero luego sabemos que el PSOE de A Coruña tiene los enganches y las mochilas que tiene. Las cosas aquí no han pasado por casualidad: el caso Someso no pasó por casualidad, ni el del Conde de Fenosa, ni el del Agra de San Amaro... Esto pasó en un sistema de gobernanza donde el PSOE de A Coruña era fundamental en alianza con dos o tres poderes fácticos de la ciudad. Despegarse de eso es complicado. De hecho, en relación con el puerto, es más fácil hablar con el PP --cierto es que desde que está en la oposición-- en cuanto a la titularidad pública de los terrenos que con el PSOE. El Partido Socialista votó en el pleno en contra de la titularidad pública, ese fue el punto fundamental del voto negativo, cuando en la Diputación y en el Parlamento gallego había votado a favor... Es difícil de entender.

La Marea Atlántica, seguramente, tuvo mucho voto prestado de antiguos votantes socialistas en 2015 y el PSOE de Sánchez ha recibido mucho apoyo de votante de la Marea hace un mes, ¿es el flujo entre esos votantes la clave este 26M?

Los votos son todos prestados y hay que ganarlos cada elección, en el día a día. No se puede entender la política cuando se vota como cuando eres de un equipo de fútbol. Yo voy a ser del Deportivo siempre, lo haga bien, mal o regular, pero en el resto, todos cambiamos en función de lo que vemos, se dice y se hace.

Pero no me negará que hay trasvase...

Sí, se vota de otra manera. Yo apelo a las personas progresistas, preocupadas por lo social, por el medio ambiente, por la cultura... Toda esta gente sabe que su referencia en A Coruña es la Marea Atlántica. Es cierto que el 28 de abril se votó con ese temor a que llegase esa derecha de tres cabezas que pudiese suponer una involución en muchos sentidos, pero ahora hay que votar en clave de A Coruña, de qué ciudad queremos para el futuro, de quién está en condiciones de construir ese modelo y, sobre todo, de quién ha demostrado siempre aquí que las cosas se pueden hacer, mejor o peor, pero sin alejarse del camino correcto, sin cambiar los valores ni sus principios, sin traicionarlos. Aquí creo que somos nosotros los que podemos presentarnos de esta manera.

¿De qué está más orgulloso tras cuatro años en el gobierno?

Estoy muy orgulloso de la política social que hemos hecho, de que el Ayuntamiento de A Coruña sea una referencia para las personas que peor lo pasan, de habernos convertido en la ciudad gallega que más invierte en lo  social, de haber abierto en serio el debate metropolitano, que ya no tiene vuelta atrás, de darle la vuelta --porque había una ciudad detrás que así lo quería-- a la cuestión de los terrenos portuarios... Nosotros llegamos al gobierno con un sentido común instalado de que eso había que venderlo, privatizarlo y con eso pagar el puerto exterior. Hoy el sentido común de la ciudad es otro: si punta Lagosteira es un puerto de interés general, debe ser el Gobierno del Estado, con fondos europeos o con lo que sea, quien tendrá que pagarlo, debe asumirse esa deuda de la Autoridad Portuaria y diseñar el espacio que se libere de acuerdo con los intereses de la ciudad y no con los intereses de financiación de puerto exterior. Ese fue el gran cambio en este caso en estos cuatro años.

¿Y de qué se arrepiente?

Soy poco de arrepentirme, no porque no aprenda, que aprendo de los errores y claro que se han cometido, pero esos se ven a posteriori. Cuando uno toma las decisiones, las toma en un contexto, con una información y con unos elementos de juicio. Visto en retrospectiva, siempre piensas que igual habrías hecho cosas de otro modo o que ciertas decisiones tomadas en un principio las habrías matizado por las consecuencias, pero ninguna decisión que tomamos ha traicionado nuestros valores, principios o ética y eso ya es mucho decir. Siempre hay cosas que aprender y cosas mejorables, y en cuatro años aquí se aprende mucho. Hemos puesto en marcha proyectos y hemos cambiado el rumbo de la ciudad, por eso estoy seguro de que, añadiéndole ese aprendizaje, el cambio en los próximos cuatro años va a ser espectacular.

¿Qué proyectos son los que más desea ver completados en el futuro inmediato en A Coruña?

Estos próximos cuatro años tienen que servir para canalizar el futuro del puerto. Hemos cambiado el rumbo de la ciudad y ahora tenemos que construir. Después de cuatro años de bloqueo con el Gobierno de Rajoy y de inacción con el de Sánchez, estos próximos cuatro años tienen que ser diferentes. Tampoco la Xunta puede pasarse cuatro años más bloqueando y estoy seguro de que ahí vamos a encontrar puntos de encuentro porque el interés de Galicia también es que A Coruña siga siendo lo que es, el principal motor económico del país. Y A Coruña necesita que desde el poder autonómico se le permita tener su papel en el sistema urbano y territorial de Galicia, algo fundamental. Luego también hay un montón de proyectos y obras que hemos encauzado y que tienen que verse ya, como tirar el viaducto de la Ronda de Nelle, la renovación de tres mercados municipales, la construcción de nuevas equipaciones deportivas, poder tener ese Museo de Arte Contemporáneo que siga la estela del MAC, consolidar el Noroeste como festival urbano de referencia... Además, debemos seguir dando protección a nuestra ciudadanía, ampliar el servicio de dependencia y de ayuda en el hogar, mejorar las escuelas infantiles... Hay muchas cosas encauzadas y que van por el buen camino y a mí me apetece mucho disfrutar de poder verlas realizadas.

Sobre todo en los dos primeros años, los acuerdos con el PSOE fueron difíciles o incluso  imposibles en algún caso, ¿qué parte de culpa ha tenido ahí la Marea? ¿Qué se hizo mal?

Hace cuatro años entendimos que era el momento de gobernar en solitario y el PSOE, también, porque no planteó otra opción diferente. Fue la decisión que tomamos todos y creo que el PSOE tendría que haber sido coherente con esa decisión y no investir a un alcalde para, al día siguiente, retirarle en la práctica su apoyo y empezar a votar con el PP: de cuatro presupuestos, tres en contra con el PP, la ordenanza de mercados, contra la creación de una bolsa de alquiler público, contra la remunicipalización de las bibliotecas... Eso es lo que ha pasado. De los cuatro años, sólo ha habido diez meses con un entendimiento normal con el PSOE y fueron diez meses buenos y positivos, donde se aprobó un presupuesto y sacamos cosas importantes adelante. Pero claro, cuando uno escucha cosas como que se tienen que distanciar de nosotros o que no nos pueden apoyar porque los vecinos estarán contentos y no podrán ganar las elecciones... Pues pasa lo que pasa.

¿Se ha aprendido la lección, de uno y otro lado, de cara al futuro?

Estoy convencido de que sí. Todos hemos aprendido.

Gane quien gane, ¿habrá un gobierno de coalición?

No lo sé. Es un poco pronto  y hay que ver qué dicen los ciudadanos el día 26. Hay que leerlo y los grupos municipales deberán actuar en consecuencia con el mandato ciudadano. Hace cuatro años ese mandato fue muy claro: había una mayoría de progreso y la gente estaba harta del PP y se nos encomendó a esa mayoría de progreso, liderada por la Marea Atlántica, hacer las cosas diferentes. No se respondió a ese mandato durante los cuatro años más que en el día de la investidura en cuanto a los apoyos. A partir de ahí, yo siempre supe a dónde mirar para apoyarme en los grandes proyectos de ciudad y en las cuestiones relevantes, que es a la mayoría progresista que existe en esta ciudad y que se demuestra elección tras elección y con escasísimas excepciones. Además, creo que al electorado progresista le gusta que nos pongamos de acuerdo, pero debe ser que después en la izquierda siempre hay cierta intención a llevarle la contraria.

La Marea Atlántica suele quejarse de cierta presión de esos poderes fácticos de A Coruña...

Mire, aquí los grandes empresarios que cumplen con la legalidad, que no buscan atajos y que también piensan en el bien común, han tenido una magnífica relación con este Ayuntamiento y no ha habido problemas. Sí ha habido ciertos problemas con aquellos que entienden que los poderes políticos están para servir intereses personales o que creen que pueden darles órdenes. Lo que se encontraron fue un gobierno municipal que no agachó la cabeza, que puso el interés general por encima y que vino a acabar con una forma de hacer las cosas, con esa forma de gobernanza entre tres o cuatro, de diseñar la ciudad en una servilleta o de ver el territorio como un lugar de enriquecimiento. Esa fue la historia de esta ciudad. Cuando se encuentran con gente libre de esos vasallajes, de hipotecas y sin mochilas, no les gusta. Hubo voces que se han escuchado muy alto que creo que no son mayoritarias ni responden al sentir de la mayoría del empresariado coruñés. Aquí, cuando hubo que apoyar empresas importantes para que pudiesen seguir en la ciudad, lo hemos hecho, pero por el libro, siempre por el libro. Eso es el importante.

Se ha alejado de la política gallega tras el conflicto interno de En Marea a pesar de que la Marea Atlántica sí puede presumir de que no ha tenido esos problemas que sí hay en otros lugares. ¿Hay algún secreto?

Casualidad no es. Es trabajo, hablar, intentar representar a todo el mundo, que la gente se sintiese cómoda. La Marea Atlántica es la organización humana más bonita en la que he participado, aunque digan que pueda quedar cursi decirlo. En ninguna organización política o sindical, donde he estado muy a gusto también, me he encontrado como nos encontramos en la Marea Atlántica. Aunque tengan doble militancia, las personas están también a gusto aquí y esto ha hecho mucho. El ambiente, las metodologías que aquí se crearon, pasando también momentos tensos y complicados, ha logrado crear un buen clima. Fue importante lograr lo que en otros lugares no se ha conseguido, que es mantener un espacio de unidad y cohesionado.

¿Cree que en Galicia se podrá conseguir ese espacio, esa unidad alguna vez?

Es lo que la gente nos pide. La gente a la que ilusionamos en 2015, en 2016 o ahora en las municipales de A Coruña en 2019. Es lo que nos piden y hay que escucharlo.

¿Que no haya estado Pablo Iglesias en la campaña en A Coruña tiene algo que ver con esa falta de unidad?

Nosotros hemos tomado una decisión que fue la de formular estas elecciones en clave local, y estamos siendo coherentes con eso, porque debemos hablar de A Coruña. A nuestros rivales les interesa hablar en otra clave, pero nuestro hecho diferencial es que somos una fuerza de A Coruña. Dicho esto, sabemos a qué espacio político pertenecemos y es cierto que en el momento que ese espacio político se empieza a disgregar, la posición de quien quiere mantener la unidad dentro de su espacio municipalista se complica un poco, pero más allá de eso, no hay ninguna razón más que el hecho de que queríamos una campaña local. Creemos que somos los únicos que tenemos un proyecto de ciudad y que todo lo que sea elevar el discurso a cuestiones estatales sólo beneficia a quien no tiene nada que decir de A Coruña.

Si cree que va a ganar las elecciones, supongo que el 15 de junio se ve con el bastón de mando en María Pita.

Sí.

¿Y cuatro años más tarde?

No. Me comprometí por dos mandatos máximo y creo que es muy sano que haya rotación en los cargos públicos, que nadie se eternice en las administraciones públicas porque uno no es tan diferente a los demás. Si a todo el mundo le pasa, que se empieza a confundir cuando pasan los años, estoy seguro de que a mí también me puede pasar, así que yo prefiero mantener mi palabra.