Ningún subordinado de Renfe le informó de que un maquinista jefe había avisado un año y medio antes del accidente de que algo así podía ocurrir en la curva de Angrois. Tampoco Adif le comunicó el riesgo por un exceso de velocidad que podía existir en la línea de AVE Ourense-Santiago. Y su decisión de desconectar a bordo de los trenes Alvia el sistema de control constante de la velocidad porque fallaba se debió a que el sistema convencional de respaldo, a su modo de ver, era más seguro. Esos fueron los tres grandes argumentos empleados este martes por el director de Seguridad en la Circulación de Renfe, Antonio Lanchares, en su declaración en el juzgado como imputado por el accidente del tren Alvia que el 24 de julio de 2013 dejó 80 muertos y 144 heridos en la curva de Angrois a la entrada de Santiago.
En el auto de su citación como investigado, antigua figura del imputado, el juez instructor había avanzado dos grandes cuestiones por las que quería preguntar a Lanchares. Por una parte, la instrucción intenta aclarar quién fue el responsable de no analizar correctamente, como obliga la normativa europea, el riesgo que existía en la curva de Angrois, después de que el director de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, también imputado, dijese que él se limitaba a convalidar lo que le transmitía la consultora pública Ineco y apuntase que en todo caso la responsabilidad de Adif sería compartida con Renfe. Por otra parte, Lanchares fue quien pidió a Cortabitarte permiso en junio de 2012 para desconectar a bordo de los trenes Alvia el sistema de control constante de la velocidad propio del AVE, el ERTMS, porque fallaba. La avería se prolongó más de un año hasta que ocurrió el accidente, en el que el maquinista no frenó a tiempo sin que hubiese ningún sistema activo que evitase o paliase su error humano.
Sin embargo, en su comparecencia de este martes Lanchares, que durante algo más de una hora sólo respondió a preguntas del juez, el fiscal y su abogado, pero no del resto de partes, comenzó introduciendo una tercera cuestión que había quedado aparcada en los últimos meses en la instrucción. El director de Renfe, según relatan varias fuentes presentes en la sala, se refirió a la advertencia que un año y medio antes del accidente, a los pocos días de inaugurarse la línea, realizó a sus superiores un maquinista jefe de Ourense, José Ramón Iglesias Mazaira, de que en la curva de Angrois podía producirse un accidente por exceso de velocidad y despiste del maquinista como el que acabó ocurriendo. Según dijo Lanchares, esa advertencia no se gestionó por las vías reglamentarias y él nunca fue conocedor de ella, con lo que hizo responsable al superior inmediato de Mazaira y subordinado suyo, José Luis Rodríguez Vilariño, de que esa “anomalía” detectada quedase sin resolver.
En su momento, tanto Mazaira como Vilariño y otro responsable intermedio de Renfe, Ángel Lluch, ya habían declarado en la causa asegurando que habían comunicado y habían evaluado la advertencia por las vías adecuadas. El segundo también había dicho que la había reenviado a sus superiores, pero a lo largo de estos más de cuatro años de instrucción nunca se intentó aclarar hasta dónde había llegado esa alerta dentro de Renfe. Este martes, Lanchares aseguró que si la hubiese recibido la habría trasladado a Adif como responsable de seguridad en las vías.
Sobre el análisis de riesgos que se tenía que realizar en la línea Ourense-Santiago, Lanchares atribuyó la responsabilidad del mismo a Adif y dijo que esa otra empresa pública no lo avisó de ninguna “exportación de riesgos” por exceso de velocidad a los maquinistas.
Lanchares también fue preguntado por su decisión de pedir a Adif permiso para desconectar el sistema de control constante de la velocidad ERTMS a bordo de los Alvia porque fallaba, avería que se mantuvo más de dos años. El director de Renfe aseguró que era más seguro circular al amparo del sistema de respaldo convencional, el ASFA de control puntual de la velocidad, que hacerlo con el ERTMS averiado. Sin embargo, el ERTMS averiado habría limitado la velocidad de viaje tren y el ASFA se demostró insuficiente para evitar el exceso de velocidad en la curva de Angrois. En 2014, cuando compareció en la subcomisión de mejora del sistema ferroviario creada en el Congreso, Lanchares había atribuido a las empresas fabricantes la demora en la reparación del ERTMS.
Tanto a su entrada como a su salida de los juzgados de Santiago, Lanchares ha sido increpado por víctimas y familiares de fallecidos en el accidente.
Técnica de Ineco
Junto con Lanchares, también están citados a declarar tres técnicos de la empresa pública Ineco, que evaluó la seguridad del AVE Ourense-Santiago. Este martes, tras la comparecencia del directivo de Renfe, fue el turno de Laura López, quien aseguró que Ineco no evaluó el riesgo de la curva de Angrois porque Adif no se lo encargó, mientras que este miércoles están citados Salvador Arriaga y Jorge Merino. En el auto de su citación como investigados el juez instructor destacó que “la función de tales técnicos no se limitaba a una mera función auditora exenta de capacidad decisoria o propositiva sino que eran dichos técnicos los encargados de efectuar la evaluación de riesgos” de la línea ferroviaria.