Cuando todavía no han transcurrido 13 de los 21 días que la Xunta anunció que, como mínimo, estarían en vigor las actuales restricciones, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ya ha anunciado que se levantarán en parte la semana que viene. Lo ha hecho antes de la reunión del comité clínico que asesora al Gobierno gallego, prevista para el martes, después de una semana sin encuentros.
“Es posible que a mediados o finales de la próxima semana podamos dar algún respiro”, ha dicho, sin esperar a escuchar la opinión de los expertos médicos que asesoran al Gobierno gallego desde que empezó la pandemia. Feijóo fue uno de los mandatarios autonómicos que más insistió en conocer los nombres del comité de expertos de la COVID-19 del Gobierno central.
El presidente de la Xunta ha avisado de que las medidas para tratar de frenar los contagios de coronavirus serán progresivas y no se van a anular completamente “de un día para otro”. El comité clínico analizará el martes los datos ayuntamiento a ayuntamiento para hacer una previsión de la curva, pero no dará a conocer nuevas restricciones ni la eliminación de las que se están aplicando desde el 27 de enero, que suponen el cierre perimetral de todos los municipios y que la hostelería no puede abrir.
Prácticamente a la misma hora a la que Feijóo hacía estas declaraciones, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, hablaba ante los medios tras visitar la UCI del hospital de Ferrol y rechazaba avanzar si la semana que viene se retirarán algunas de las limitaciones vigentes: “Creo que es pronto para decir lo que vamos a hacer la semana que viene”. Ha destacado que la situación es “crítica” en las unidades de cuidados intensivos, en especial en las de Ferrol y a Coruña.
El presidente gallego también ha aludido a la presión en los hospitales, que sigue sin bajar pese a que sí lo hacen los nuevos casos de coronavirus detectados. En las UCI hay 254 pacientes ingresados, por encima del pico de la primera ola, mientras que en planta permanecen 1.063 enfermos. Estos datos no permiten, según Feijóo, que habla de un “optimismo condicionado”, dar por superada la tercera ola. Las restricciones, ha insistido, no empezarán a desaparecer hasta que un porcentaje elevado de la población haya recibido la vacuna