Hace ocho años, tras las elecciones municipales de 2011 en las que no fue capaz de recuperar la alcaldía de Vigo, la popular Corina Porro (Ferrol, 1953) fue recolocada por Feijóo en Santiago como presidenta del Consello Económico e Social (CES), el principal órgano consultivo de Galicia, con un sueldo de 69.000 euros anuales más trienios, superior al de los conselleiros. Ahora Porro es la elegida por Feijóo para hacerse cargo de la gestora que regirá el descompuesto PP de Vigo tras el nuevo fracaso de las pasadas elecciones municipales. Un camino de vuelta que deja descabezado un CES que debiera ser representativo del conjunto de la sociedad gallega pero cuyos dos últimos presidentes fueron nombrados con polémica por ser destacados miembros del PP de Vigo.
Corina Porro, conselleira con Manuel Fraga, fue alcaldesa de Vigo entre diciembre de 2003, tras una moción de censura contra el socialista Ventura Pérez Marino avalada por el BNG, y las elecciones municipales de 2007, cuando la alcaldía pasó en minoría a manos de Abel Caballero, que la mantiene desde entonces ampliando sucesivamente sus mayorías. Porro volvió a ser la candidata en 2011, pero tras obtener resultados similares dejó la política local y Feijóo la nombró presidenta del CES, el “foro permanente de diálogo y deliberación entre los agentes económicos y sociales y la Xunta de Galicia” en el que están presentes empresarios, sindicatos, universidades o cofradías con una notable falta de paridad.
La presidencia del CES es incompatible de manera expresa con puestos de representación política así como, de forma genérica y ambigua, “con el ejercicio de cualquier cargo o actividad que impida o menoscabe el desempeño de las funciones que le son propias”, lo que ahora lleva a Porro, tras consultar con varios miembros del CES, a poner su cargo a disposición de Feijóo para “evitar cualquier tipo de malentendido que pudiera afectar a su funcionamiento” como “órgano independiente”. Pero la limitación que impone la presidencia del CES no ha impedido que sus dos últimos titulares fuesen destacados miembros del PP de Vigo.
Antes de Porro -alcaldesa, senadora, diputada autonómica, conselleira y presidenta del Puerto de Vigo- la presidencia del CES, ocupada tras su creación en 1996 por el catedrático Luis Suárez- lanos Gómez, fue entrega en 2004 por Manuel Fraga a Pablo Egerique, que había sido diputado autonómico del PP, delegado del Estado en la Zona Franca de Vigo durante los gobiernos de Aznar y presidente del PP de Vigo, cargo ese último en el que su sucesora fue Porro. Una hija suya, Teresa Egerique, es hoy diputada autonómica del PP. Cuando Porro sustituyó a Egerique también en el CES su nombramiento fue mal visto no sólo fuera del PP por su marcado perfil partidista sino incluso dentro de esa formación lejos de Vigo por entender que Feijóo estaba premiando nuevamente a los populares de esa ciudad.
Ahora Porro regresa a Vigo asegurando que no lo hace para volver a la política local sino sólo para intentar recomponer un PP dividido que tras su marcha fue pasando por varias manos. Tras su fracaso electoral de 2011 la presidencia local fue asumida por su histórico número 2, Chema Figueroa, hasta 2016, cuando pasó a manos de la candidata impuesta por Feijóo en 2015 y en las últimas elecciones, su exconselleira Elena Muñoz. En ese congreso de hace tres años la división en el partido quedó patente con el resultado de 420 votos a favor de Muñoz por 320 para su contendiente y también exconselleiro Javier Guerra, que posteriormente coquetearía con Ciudadanos. Ahora su recomposición queda en manos de Porro, de quien varios destacados populares vigueses destacan su capacidad de trato tanto con los paisanos del amplio rural de la ciudad como con las élites del centro.