En su habitual estrategia de presentarse a sí mismo como ganador tras cualquier tipo de lucha política interna o externa, el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, lleva toda la campaña por la presidencia estatal del partido evitando que sus palabras lo sitúen en el bando perdedor. Y así lo ha seguido haciendo este jueves, a un día de que comience el congreso en el que los compromisarios elegirán en urna entre Soraya Sáez de Santamaría y Pablo Casado. Por no posicionarse, Feijóo no ha sido capaz de decir este jueves ni si va a hacer público o no antes de la votación a cuál de los dos candidatos apoya, limitándose a insinuar que no lo hará pero sin mostrar ningún disgusto por ser el foco de atención de todo su partido hasta el mismo momento en que se cierren las urnas. “No voy a convocar ningún acto público” ha sido su declaración más clara.
Detrás de esa decisión de Feijóo de no verbalizar su preferencia personal se situaría, según fuentes del partido, la ola de anuncios realizados en la tarde de este miércoles por numerosos cargos del PP gallego en redes sociales que han vuelto a evidenciar que la supuesta unidad en la formación no es tal, especialmente en Ourense y Lugo. Varios de esos dirigentes hablaron con Feijóo y le comunicaron sus preferencias y, ante la postura críptica de éste último sobre si haría o no pública su elección, optaron por irlo haciendo ellos, provocando a su vez posicionamientos de otros muchos cargos intermedios. La mayoría, entre ellos algunos de los más próximos a Feijóo, como el vicepresidente de la Xunta y del PP pontevedrés, Alfonso Rueda, el último de los más relevantes en hacerlo este mismo jueves, se decantó por Casado, como también hicieron el presidente del PP de A Coruña, Diego Calvo, o la viceportavoz en el Parlamento de Galicia, Paula Prado.
Por el contrario, aunque en menor número, otros destacados populares gallegos optaron por Santamaría, como el presidente del PP de Ourense, José Manuel Baltar; el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, fiel al baltarismo; o la expresidenta de esa misma Cámara autonómica y diputada en el Congreso Pilar Rojo, amiga personal de Mariano Rajoy.
Feijóo, mientras, se refugia en el silencio, lo que no le impidió mostrar gestos en la primera fase de la campaña que lo situaron más próximo a Cospedal, ganadora entre los afiliados en el total de Galicia pero no en Ourense, donde ya había vencido Santamaría. Posteriormente, tras quedar eliminada la hasta ahora secretaria general del PP, Feijóo pasó de ser partidario de una candidatura de unidad previa al congreso a defender la legitimidad de lo que puedan decidir los compromisarios, lo que, unido al posicionamiento público de sus colaboradores más próximos, contribuye a situar a Feijóo más próximo a Casado que a Santamaría, a pesar de que él no quiera verbalizarlo y correr así el riesgo de perder.
Este jueves a Feijóo, en su rueda de prensa habitual tras la reunión semanal de su Gobierno, se le preguntó de manera reiterada si va a hacer o no pública su postura antes de que los compromisarios voten, pero en ningún momento respondió una cosa u otra. Todo lo más que dijo fue que no pensaba convocar ningún acto público para decirlo, o no decirlo, y asegurar que el proceso actual se basa en la libertad de los compromisarios y que “esa libertad los lleva a decirlo en público o en la urna”. A él, dice, le parecen igual de respetables las dos posturas.
A Feijóo se le preguntó también por los reiterados elogios que recibe de Casado y respondió que los agradece porque “no se debe ser desconsiderado con una persona que de manera constante cree que el modelo del PP para toda España debe inspirarlo el del PP de Galicia”. Nada se le preguntó de manera expresa sobre Santamaría, y nada dijo él sobre ella.
También se le cuestionó sobre la posibilidad de que asuma responsabilidades en el PP estatal, como le ofrece Casado, a lo que respondió reiterando que rechazó participar en la actual campaña por la sucesión de Rajoy porque su compromiso está en la Xunta. Pero dejó la puerta abierta a aceptar esa mayor proyección estatal que le pueda ofrecer quien gane: “Si puedo colaborar en mayores horas de dedicación al PP en España, lo iremos viendo, pero eso no puede tocar ni un minuto de la agenda de la Xunta”.