El 10 de enero de 2009, hace nueve años, el entonces candidato a la Xunta Alberto Núñez Feijóo compartía mitin en Lugo con el líder de la oposición a nivel estatal, Mariano Rajoy. Mientras el segundo pedía la dimisión de la entonces ministra de Fomento, la socialista Magdalena Álvarez, por el colapso de carreteras por las nevadas que acaban de producir, Feijóo prometía que si ese mismo ministerio no ejecutaba el AVE Ourense-Lugo lo haría la Xunta presidida por él y luego pasaría la factura al Gobierno central. Nueve años después, y tras producirse un nuevo colapso de carreteras por la nieve, el AVE Ourense-Lugo está descartado tanto por la Xunta como por Fomento y, a la espera de que el ministerio ponga fecha a varias mejoras puntuales del obsoleto trazado actual, Adif acaba de licitar la redacción de los proyectos para la largamente demandada supresión en él de 36 pasos a nivel.
El viaje en tren por los pocos más de cien kilómetros que separan Ourense y Lugo dura actualmente cerca de dos horas, una lentitud provocada tanto por lo revirado del trazado actual como por la sucesión de pasos a nivel que limitan la velocidad de los convoyes. Una vez constatado que la promesa de Feijóo era eso, una promesa electoral que no se iba a convertir en realidad, y que Fomento no iba a construir una línea entera nueva entre Ourense y Lugo, los ayuntamientos afectados, de la mano del Eje Atlántico de ciudades de Galicia y el Norte de Portugal, impulsaron una propuesta alternativa de mejoras puntuales de la línea actual.
Ese plan B para mejorar el tren entre Ourense y Lugo, elaborado a propuesta del Eje Atlántico por el exdirector general de Transportes de la Xunta Miguel Rodríguez Bugarín, catedrático experto en ferrocarriles, permitiría conectar las dos ciudades en una hora con la ejecución de diversas variantes de la vía actual que sumarían cerca de 30 kilómetros y que supondrían una inversión, junto con la electrificaciones, de unos 650 millones de euros. De hecho, la primera de esas mejoras de la línea actual ya está casi finalizada. Es la conocida como variante de Pobra de San Xiao, sólo pendiente del final de la instalación de los equipos técnicos, pero cuya puesta en servicio Fomento viene retrasando sin explicaciones a pesar de que permitiría reducir unos cuantos minutos de viaje y mejorar la seguridad. La segunda actuación sería la construcción de una variante en Rubián de unos 13 kilómetros. La tercera variante sería de unos diez kilómetros y se realizaría en Os Peares para mejorar el complejo cruce de los ríos Miño y Cabe.
En los Presupuestos del Estado ya aparece en la planificación plurianual, sin fecha concreta de ejecución, una referencia a esos 650 millones de euros necesarios para ejecutar variantes entre Ourense y Lugo. Sin embargo, los responsables de Fomento y Adif aún nunca han verbalizado en público que esa ejecución puntual de dos nuevas variantes de nuevo trazado sea su plan para mejorar el tren entre Ourense y Lugo. Pero ahora acaban de admitirlo de manera implícita por escrito. Adif acaba de licitar la supresión de 36 pasos a nivel en esa línea y, en los pliegos de condiciones, la empresa pública señala de manera expresa que esas obras no se van a realizar en tramos donde se ejecutaría una variante, lo que sería redundante, sino en tramos en los que permanecería el trazado actual, de manera que las actuaciones sean complementarias. Según la empresa pública, esos 36 pasos a nivel que ahora suprimirá están “ubicados en diferentes puntos del trayecto [Ourense-Monforte-Lugo que] no se ven fuera de servicio por el efecto de construcción de alguna de las variantes estudiadas”. Esto es, Adif disipa algo el miedo de que la supresión de pasos a nivel suponga que no se van a ejecutar variantes de trazado y dice que precisamente elimina esos cruces de carreteras y vías allí donde no habrá trazado nuevo porque se mantendrá el actual.
Sin embargo, Adif sigue sin aclarar qué plazos baraja no sólo para esas nuevas variantes sino incluso para la ya casi finalizada de Pobra de San Xiao, que prometió para el pasado 2017 en sus previsiones oficiales, documento cuyos incumplimientos ya fueron criticados por la Comisión Nacional de la Competencia. Lo que sí especifica en los pliegos de condiciones es que los plazos de redacción de esos proyectos serán de un máximo de diez meses, y después hay que ejecutar las obras, por lo que aún tardará en percibirse una reducción de los tiempos de viaje.
Los pliegos también detallan dónde se sitúan esos 36 pasos a nivel y confirman que efectivamente están en tramos en los que no se prevén variantes, como se puede comprobar en el gráfico que acompaña a esta información. La mayoría, 30, se concentran entre Lugo y Monforte, mientras que sólo 6 están entre Monforte y Ourense. En concreto, en el término municipal de Lugo se eliminarán 14, en el de Sarria otros 14, en Monforte 5 (entre ellos el ubicado en la céntrica calle Florida, donde el pasado 20 de diciembre murió atropellada una mujer), en Sober 1 y en la ciudad de Ourense 2. Las obras estarán divididas en nueve lotes y supondrán una inversión de 2,85 millones de euros.