No es mucha longitud, sólo unos cientos de metros, pero el Ministerio de Fomento va a restringir el uso de parte de la ampliación en Vigo de la autopista de peaje AP-9, la principal de Galicia, a los 10 días de inaugurarla. Evidencia así o que la obra no fue correctamente planificada, o que, como ya ha admitido al cuantificar en 11 millones de euros los trabajos pendientes, aún no está finalizada, a pesar de que la concesionaria, Audasa, del grupo Itinere, podrá comenzar a cobrar por ella en breve.
Inaugurada por el presidente Mariano Rajoy el pasado 30 de diciembre, la ampliación de la AP-9 entre Vigo y el final del emblemático puente de Rande en la península de O Morrazo consistió en el añadido de un tercer carril de circulación en cada sentido con un coste próximo a los 200 millones de euros. Sin embargo, ese tercer carril supuso que a su paso por el barrio de Chapela la autopista ganase terreno a costa del recinto exterior de un colegio. La AP-9 pasa ahora tan cerca del centro educativo que Fomento decidió derribarlo y construir uno nuevo en otro emplazamiento. Pero mientras (y esa obra tardará más de un año) el viejo colegio seguirá en funcionamiento con los vehículos rozándolo, lo que está provocando protestas de los padres y madres del alumnado, que temen que un camión acabe entrando en un aula, y ha forzado a Fomento a adoptar medidas de seguridad no previstas inicialmente.
Entre ese tercer carril de la AP-9 y el edificio del colegio se levantó ya un muro de hormigón calculado para soportar el impacto de un vehículo pesado que Fomento publicita ahora como una mejora de seguridad respecto a la situación previa, en la que no existía ese muro pero los vehículos circulaban más lejos del edificio. Sin embargo, las protestas siguen y este lunes el propio director general de Carreteras del ministerio, Jorge Urrecho, se reunió con los afectados y les anunció que Fomento restringirá la circulación por ese tercer carril ampliado a su paso por las cercanías del colegio.
La medida, anunciada 10 días después de su inauguración, supondrá que ese carril sólo podrá ser empleado por los vehículos que se incorporen a la autopista desde el vecino acceso de Chapela, lo que reducirá notablemente el número de usuarios que circulen más próximos al muro del colegio y su velocidad. Mientras el alumnado no estrene el nuevo colegio que aún ni ha sido licitado, el resto de usuarios de la AP-9 que circulen por ese tramo de la autopista volverán a contar con sólo dos carriles, como antes de la ampliación.
La ampliación de la AP-9 en Vigo y Santiago la acometió la concesionaria a cambio, según el convenio autorizado en su momento por el Gobierno central del PSOE no revocado por el PP, de subir los peajes en toda la autopista un 1% cada año durante 20 años a partir del año siguiente al de puesta en servicio de los carriles de la ampliación. De ahí su prisa por finalizar las obras en esos carriles y abrirlos al tráfico antes del pasado 31 de diciembre y así poder cobrar ya por ellos este año, a pesar de que, como admitió Fomento, aún quedan otros trabajos pendientes de finalizar. Una prisa que según el sindicato CIG está detrás de la siniestralidad laboral registrada en las obras, en la que falleció un trabajador y hubo otros dos accidentes graves.
Limitaciones también en Santiago
Una ampliación que, por otra parte, ya está mostrando sus deficiencias en Santiago. La obra consistió también en la ampliación de carriles (en algún punto hasta cinco por sentido) en los algo más de 8 kilómetros de la AP-9 a su paso por la capital gallega con un coste de cerca de cien millones. Sin embargo, no implicó la ampliación de la salida de Santiago Norte, de un único carril y en la que tradicionalmente se concentraban los atascos, especialmente a primera hora de la mañana cuando es empleada por numerosos funcionarios que trabajan en esa zona de la ciudad. Inaugurado también por Rajoy cuatro días después de la obra de Vigo, el tramo de Santiago se enfrentó esta semana, tras las vacaciones de Navidad, a su primera prueba. Y se ha constatado que la ampliación del tronco central de la autopista no evita que se sigan produciendo retenciones en la salida de Santiago Norte.