Vía intermedia. Es lo acordado en el plenario de En Marea en la que se presentaba como votación más trascendental de la jornada de asamblea del partido instrumental, la de las incompatibilidades de los cargos institucionales, concretamente de los miembros de los parlamentos, para poder o no formar parte de los órganos de dirección, los primeros tras el período transitorio abierto el pasado verano, a las puertas de la campaña electoral. Finalmente, estas personas podrán formar parte de los dos órganos de dirección, pero con algunas restricciones.
La formación llegó a su plenario con dos posiciones explicitadas en el documento a debate, al no haber acuerdo al respecto en la coordinadora provisional. La primera pasaba por que la única restricción para participar en la dirección fuera para miembros del Comité Electoral, el órgano interno que controla la propia elección. La segunda, por el contrario, apostaba por que los miembros del Parlamento gallego, el Congreso o el Senado no pudieran presentarse.
La fórmula propuesta por esta segunda vía pasaba por que los miembros del grupo en la Cámara gallega designaran cinco “miembros natos” del Consello das Mareas y los grupos de las Cortes, uno. Los portavoces en ambas instituciones estarían presentes también como “miembros natos”, lo que en la práctica habría impedido que Luís Villares pudiera concurrir a los puestos directivos.
Tras el debate y votación a fórmula acordada, indica en Marea, abre a los cargos institucionales las puertas de estos órganos. Podrán formar parte del Consello das Mareas, siempre y cuando ocupen un “máximo” del 20% de los puestos, esto es, 7 de los 35 integrantes del Consello teniendo en cuenta las correcciones de género. Este órgano elegirá, a su vez, 11 personas que compondrán la Coordinadora Nacional “teniendo en cuenta la proporcionalidad de los resultados de las candidaturas presentadas”. En este órgano, como proponía la segunda opción en la propuesta de reglamento, tendrán limitada su presencia “aquellas personas que formen parte del comité electoral o que ostenten una responsabilidad ejecutiva dentro de una organización política”, caso por ejemplo de los cargos orgánicos en Podemos, Anova o Esquerda Unida.
Villares, dispuesto a ser “voz” de una dirección “plural”
El acuerdo conseguido por el plenario de En Marea permite, así, que quien fue candidato a la Xunta y actual portavoz parlamentario pueda optar a formar parte de la dirección de En Marea, una posibilidad a la que Villares se ha venido mostrando abierto en los últimos días y también este sábado, a preguntas de la prensa. La posibilidad de ponerle “voz” al partido instrumental, afirma, no impide que “todos” los miembros de Consello y coordinadora ejerzan la dirección. Su papel, indicó antes de la votación, será el que la formación “quiera” y se puede ser portavoz orgánico del partido instrumental partiendo de la base de que “el hecho de que existan portavocías no implica que no vaya haber pluralidad”.
El asunto fue abordado también ante la prensa por otros referentes de En Marea, caso de Xosé Manuel Beiras, quien apostó por flexibilizar las incompatibilidades para, en sus palabras, “dejarse de caralladas” y “arropar a Villares”, que “merece el apoyo del conjunto de la Marea” y ser “referencia inequívoca” de la misma, lo que no implica que se convierta en “secretario general” o “presidente de un partido presidencialista”, sino en referente de un “equipo de liderazgo”. Es necesario recordar, agrega el histórico nacionalista, el “paso” dado por Villares al dejar la judicatura para concurrir a la elecciones.
A las puertas del propio plenario también fijó postura el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, que como ya habían hecho en días previos él mismo y otros miembros de la Marea Atlántica, así como algunos integrantes de Podemos y EU, apostaba por un liderazgo “colectivo” sin papel preponderante de los cargos institucionales. “Es importante -reflexiona el regidor coruñés- que haya gente en la organización y en la coordinadora desvinculada de la vida institucional” a modo de “contrapeso”, lo que no implica que no sea “importante” la “intervención directa” de los cargos electos. Los textos aprobados en julio, resalta Ferreiro, implican que la figura de la secretaría general “no existe” y ese es el marco del debate y no una discusión sobre Villares, ya que su “figura” en En Marea está “fuera de discusión”.