La Xunta de Galicia ha decidido cerrar las siete principales ciudades gallegas y prohibir en todas ellas las reuniones para personas que no vivan bajo el mismo techo. La decisión se ha adoptado ante la preocupación provocada por el avance del coronavirus y por la previsión de grandes movimientos a los cementerios durante la celebración del día de Difuntos. La medida anunciada por el Gobierno gallego se extenderá hasta el martes, final de un puente que en Galicia no se celebra, al no ser festivo el próximo lunes. Los habitantes de Santiago, Ferrol, A Coruña, Pontevedra, Lugo, Vigo, además de Ourense, no podrán abandonar sus términos municipales ni reunirse con personas con las que no compartan domicilio hasta el próximo martes. Un autoconfinamiento que afectará directamente a 1,2 millones de gallegos, lo que supone el 45% de la población de la comunidad autónoma.
Las nuevas limitaciones no suponen el cierre de la comunidad autónoma que se mantiene, junto a Extremadura, como la única autonomía peninsular que mantiene sus fronteras abiertas. Todos los territorios que limitan con Galicia han apostado por el cierre, por lo que los gallegos que no vivan en una de las localidades cerradas podrán abandonar la comunidad autónoma pero solo si su destino es alguna ciudad extremeña. El Gobierno que preside Alberto Núñez Feijóo quiere que la entrada en vigor de las nuevas restricciones sea casi inmediata, a partir de las 15 horas de este viernes, pero depende de la “celeridad de la administración” para preparar las diferentes órdenes y publicarla a tiempo en el Diario Oficial de Galicia. La precipatación del Gobierno gallego para tomar estas medidas, que habitualmente entran en vigor a la jornada siguiente, responde a la intención de frenar a aquellas personas que pudiesen decidir adelantar sus desplazamientos, según explicó el conselleiro de Sanidade. Las excepciones para los desplazamientos serán las mismas que contempla el estado de alarma.
Además de las siete principales ciudades gallegas, el Gobierno de la Xunta mantendrá cerradas las siguientes localidades: Boborás, Barbadás, O Carballiño, Verín, O Irixo, Vilardevós y Oímbra en la provincia de Ourense; Ames, Teo, Narón, Fene, Neda, Vimianzo y Arteixo en la de A Coruña; Poio y Marín en la provincia de Pontevedra. Los cierres son perimetrales por agrupaciones de ayuntamientos, así que estará permitida la circulación dentro de los municipios vecinos que estén confinados. Así, por ejemplo, la movilidad se mantiene dentro del límite que conforman los ayuntamientos de Santiago, Ames y Teo y se podrán entrar y salir sin restricciones de uno a otro.
La Xunta opta por un plazo de menos de cuatro días de vigencia para las restricciones, el más corto que ha decretado hasta el momento. En el caso del cierre de A Mariña, a las puertas de las elecciones autonómicas de julio, las medidas se establecieron por cinco días. En las últimas órdenes de la Consellería de Sanidade, sin embargo, las limitaciones se prolongaron por una semana o 14 días. “Tomamos estas medidas para este fin de semana porque reducir las interacciones de estes días nos ha parecido prioritario. Si otra comunidad lo hace no lo podemos criticar y pensamos que puede tener sentido”, aseguró el conselleiro. Madrid es la comunidad autónoma que, junto con Galicia, ha limitados los movimientos durante las celebraciones de Difuntos que en la comunidad regida por Isabel Díaz Ayuso coindice además con un lunes festivo.
La incidencia del coronavirus en Galicia se está caracterizando por un crecimiento constante de los casos y el aumento de la preocupación por la presión asistencial en Atención Primaria y hospitalaria que según el responsable del Servicio Galego de Saúde (Sergas), José Flores, ya es “importante” en áreas sanitarias como la de Ourense, en donde desde hace una semana se ha cancelado todas la actividad quirúrgica que no sea considerada como urgente, y Ferrol, donde la ocupación de camas de hospital “es alta”.