Más de cuatro horas de reunión han servido para que el comité clínico que asesora a la Xunta de Galicia proponga no hacer ningún cambio a las medidas que limitan la movilidad del 45% de la población gallega; 1,2 millones de personas. La Xunta mantiene el cierre perimetral sobre las siete principales ciudades gallegas tras una semana que ha marcado valores máximos en el número de contagios y la segunda cifra más alta de muertos en una sola jornada desde el inicio de la pandemia.
La decisión de dejarlo todo igual llega días después de que el Gobierno de Feijóo haya deslizado ideas que hacían pensar que el camino emprendido sería el de ir abriendo localidades. El conselleiro de Sanidade avanzó el pasado domingo en una entrevista en La Voz de Galicia su intención de levantar el toque de queda a la primera oportunidad que le ofreciese el Gobierno central, prevista para el próximo 9 de noviembre. Mientras, los técnicos que ahora mantienen las restricciones apostaban por que en caso de producirse un confinamiento este debería ser más laxo que el de la primavera pasada. El próximo viernes, el mismo comité que ahora ha decidido no mover ficha revisará su recomendación.
Además de las siete principales ciudades gallegas, el Gobierno de la Xunta mantendrá cerradas las siguientes localidades: Boborás, Barbadás, O Carballiño, Verín, O Irixo, Vilardevós y Oímbra en la provincia de Ourense; Ames, Teo, Narón, Fene, Neda, Vimianzo y Arteixo en la de A Coruña; Poio y Marín en la provincia de Pontevedra. Los cierres son perimetrales por agrupaciones de ayuntamientos, así que estará permitida la circulación dentro de los municipios vecinos que estén confinados. Así, por ejemplo, la movilidad se mantiene dentro del límite que conforman los ayuntamientos de Santiago, Ames y Teo y se podrán entrar y salir sin restricciones de uno a otro.
En todas esas localidades se mantiene la limitación de reuniones entre personas que no vivan bajo el mismo techo. En el resto podrán reunirse un máximo de cinco personas. Se mantiene la prohibición de atender en el interior de los locales para bares y cafeterías. Solo los restaurantes podrán seguir haciéndolo, siempre y cuando limiten su aforo interior a un 50%.
La decisión se adopta sin perjuicio de añadir nuevos cierres en los próximos días y con ella se echa por tierra la tentación que empezaba a tomar fuerza en el Gobierno de Feijóo de apostar por los cierres de fin de semana y abrir durante los días laborables.