Que Alberto Núñez Feijóo haya gobernado Galicia durante 13 de los últimos 15 años no le parece al Partido Popular gallego motivo suficiente para que dé explicaciones en la comisión parlamentaria que investiga los contratos de la Xunta. Su sucesor, Alfonso Rueda, confirmó el veto este martes en la sesión de control. “Quieren ustedes hacer oposición al señor Feijóo, que hace ya casi tres años que se fue”, le afeó el presidente gallego al BNG, formación impulsora del órgano de la Cámara autonómica. Ana Pontón percibe en la posición de Rueda una “deriva autoritaria y antidemocrática sin precedentes” y anunció que empleará todas las vías legales para evitar “que se vulnere el derecho de la oposición a controlar el Ejecutivo”.
El PP intentó que la comisión no se constituyese. Pero no lo quedó otro remedio, toda vez que el reglamento del Parlamento de Galicia recoge la posibilidad de que la convoquen un tercio de los diputados. Solo una por legislatura, eso sí. Los 25 nacionalistas eran suficientes, y lo hicieron. Los populares, sin embargo, se arrogaron el mando en la mesa del organismo e impusieron sus reglas. Comparecerá quienes ellos digan y se solicitará la documentación que a ellos les parezca. Y entre aquellos a quienes llamarán se encuentran conselleiros y altos cargos del bipartito pero no Núñez Feijóo, presidente de la Xunta entre 2009 y 2022. “Ha superado usted todas las líneas rojas al vetar el plan de trabajo del BNG. ¿Se imagina un juicio en el que se impida comparecer a los principales encausados, o solo se admitan testigos de una parte?”, inquirió Pontón.
La respuesta de Rueda a la dura intervención de la portavoz nacionalista consistió en un arsenal de descalificativos procedentes del argumentario de Génova. Le echó en cara la tumultuosa sesión del Congreso del lunes, donde el Bloque solo cuenta con un diputado, y le dijo que una comisión de investigación como la de la Cámara gallega “no sería posible ni en Rusia ni en Venezuela. Pero ustedes la quieren convertir en una comisión de difamación del señor Feijóo, un juicio paralelo”. Su fragmentado discurso incluyó también un diagnóstico: “Está usted nerviosa”. Lo cierto es que el nerviosismo parecía más presente en los escaños del PP, que llegaron incluso al abucheo de la nacionalista cuando esta afirmó que la derecha “había boicoteado desde dentro” la comisión.
“Su respuesta es una huida hacia adelante”, resumió Pontón, “tiene pánico a que se investigue”. Lo que pretende aclarar la oposición son los 1.311 contratos a dedo por cinco millones de euros que los gabinetes del Partido Popular firmaron, según los datos manejados por el Bloque, con Eulen entre 2018 y 2023. La hermana de Feijóo, Micaela Núñez, es la directiva de la compañía para el noroeste peninsular. O los 15 millones de euros, explicó Pontón, que el Gobierno gallego entregó en pandemia a una empresa en cuya cúpula se sienta el cuñado del actual líder del PP estatal. Y el sobrecoste de 470 millones de euros del hospital de Vigo, debido a la privatización de su construcción decidida por, de nuevo, Feijóo.
Para Alfonso Rueda todo esto es “política tóxica”, importada de Madrid, y “síntoma de la debilidad” del BNG. Lo que no le impidió, más bien al contrario, enumerar los titulares de la prensa de derechas sobre el Gobierno de Sánchez: Aldana, Ábalos, Begoña Sánchez “imputada por no sé cuantos delitos”. Ni lanzar una pregunta repleta de insinuaciones cuando la aludida no tenía ya posibilidad de replicar: “¿Está usted en condiciones de afirmar que ninguno de sus familiares directos ha obtenido un contrato menor del BNG?”.
“Niegue el negacionismo sobre la violencia de género”
Solo unos minutos antes de convertir sus intervenciones en una glosa de los lugares comunes de la derecha madrileña, el presidente de la Xunta había acusado al socialista José Ramón Gómez Besteiro de llevar al Parlamento gallego “las cosas de Madrid”. En realidad Besteiro se había interesado por las políticas del Gobierno autonómico contra la violencia machista y había conminado a rueda a que se desmarcase de los pactos de su partido con la ultraderecha. “Niegue el negacionismo de la violencia machista”, le pidió, tras recordarle que el PP sostiene en su grupo municipal de A Illa de Arousa un hombre condenado por violencia machista.
“No entiendo que utilice este tema para acusaciones partidistas”, se indignó Rueda, para a continuación endosarle a Besteiro la salida de la cárcel de delincuentes sexuales “que han vuelto a delinquir” debido a la ley del solo sí es sí. Y, más allá, también le colgó lo sucedido con Errejón: “Tienen compañeros con comportamientos machistas”. El exportavoz de Sumar -no del PSOE- dimitió cuando salieron a la luz acusaciones contra él por violencia machista. El PP mantiene en la disciplina de sus filas al edil de A Illa de Arousa que fue juzgado y declarado culpable por lo mismo.
El presidente de la Xunta aprovechó su comparecencia en la sesión de control para adelantar que, en 2025, promoverá una ley contra la violencia digital, “muy relacionada con la violencia machista”.