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El PP gallego lanza una batalla política por las subvenciones a la Semana Santa

Como hace unos meses con la decisión de los alcaldes de A Coruña, Santiago o Ferrol de no acudir como representantes de sus ayuntamientos a actos religiosos, también la decisión de conceder o no subvenciones a las cofradías de Semana Santa y la cuantía de estas aportaciones de dinero público han acabado por convertirse en una polémica política. Y, como había sucedido con la presencia institucional en las ofrendas, parece ser el Partido Popular el más interesado en avivar el fuego, frente a posiciones más moderadas en las instituciones eclesiásticas o en las propias cofradías.

La Semana Santa ferrolana es un evento de innegable atractivo turístico, consiguiendo el pasado año la declaración de Interés Turístico Internacional. La implicación de las instituciones públicas en su organización había sido ya objeto de debate en el pasado, tanto en lo que respecta a las subvenciones directas o indirectas que reciben las cofradías de la ciudad (75 mil euros del Ayuntamiento, 40 mil de la Xunta y 30 mil de la Diputación de A Coruña) como a través de otras iniciativas y gastos acordados por el anterior gobierno municipal, por ejemplo la instalación de una estatua de bronce representando un niño cofrade (el Capuchoncito) poco antes de las elecciones de mayo, con uno coste de 20 mil euros.

Tras la victoria electoral de la izquierda en los comicios, el alcalde, Jorge Suárez, expresó su posición favorable, ya manifestada en la campaña de Ferrol en Común, de suprimir la subvención a la parte religiosa de la Semana Santa, los 75 mil euros destinados a financiar a la Junta de Cofradías, apostando por destinar ese dinero a actividades culturales y a la promoción del comercio, la hostelería y el turismo en esas fechas. Las declaraciones despertaron una pequeña polémica, sobre todo en las redes sociales. Con todo, ya indicaba que en cualquiera caso la decisión dependería del pacto de gobierno que se consiguiera con el PSdeG-PSOE, entre otras cuestiones. Con el gobierno constituido, Suárez mantuvo reuniones con los representantes de las hermandades y cofradías, comenzando con Cesar Carreño, presidente de la Junta General, unas reuniones que fueron calificadas de “cordiales” por doquier, agradeciendo Carreño “el diálogo”.

Fruto de estos contactos, el Ayuntamiento fijó su posición, comprometiéndose a conseguir que entre las tres administraciones (Xunta, Diputación y Ayuntamiento) se aportaran 75 mil euros para las cofradías. El pasado año el Ayuntamiento de Ferrol entregó esos 75 mil euros en solitario, destinándose la mayor parte de la subvención de 40 mil euros de la Xunta a pagar la retransmisión de la TVG -24 mil euros- y otros gastos de promoción, y empleándose los 30 mil euros de la Diputación de A Coruña a la edición de la revista Ecce Homo y la impresiones de carteles. Además, se propuso modificar el actual sistema de subvenciones y convenios, apostando por la libre concurrencia, en lugar de las subvenciones nominativas, para evitar la arbitrariedad y los posibles favoritismos o exclusiones.

No parecía haber lugar para la polémica, cuando en el pleno del pasado jueves 29 de octubre el PP presentó una moción que instaba al Ayuntamiento a asegurar la entrega desde las arcas municipales de esos 75 mil euros para las cofradías, independientemente de la aportación de las restantes administraciones. La moción fue precedida de otra iniciativa semejante, presentada la semana anterior en el Parlamento gallego, que los populares aprobaron en solitario. La moción recibió los votos favorables de PP y Ciudadanos y fue rechazada por los restantes grupos.

La reacción de los representantes de las cofradías, que hasta la celebración del pleno había sido de diálogo, se convirtió en un enfrentamiento directo, amenazando el presidente de la Junta General con suspender las procesiones en 2016 si no reciben la subvención municipal y destacando que anteriores gobiernos municipales de PSOE y BNG sí habían mantenido las ayudas públicas. Posteriormente, César Carreño matizó su postura, afirman que “solo se suspenderían en caso extremo” y añadiendo que “si el Ayuntamiento no aporta lo suficiente buscaremos apoyo de empresas o incluso reduciremos el número de procesiones”.

Las cofradías compostelanas comprenden el fin de las subvenciones

Mientras todo esto sucedía en Ferrol, en Compostela su alcalde, Martiño Noriega, anunciaba este martes que el Ayuntamiento no mantendrá la actual subvención de 3.800 para la junta de cofradías que en los últimos años figuraba en los presupuestos municipales. Tras reunirse con los representantes de estas entidades, el regidor señaló que “los fondos públicos deben estar para otras cuestiones”, aunque el Ayuntamiento sí mantendrá su colaboración con esta celebración a través de los dispositivos de seguridad o incluso de la cesión de la banda de música.

La aportación económica que desaparecerá es, por lo tanto, muy inferior a la que se discute en Ferrol y, además, ni siquiera ha llegado a cobrarse todavía la del año pasado, al estar retenida por Intervención, que la considera una “subvención encubiertas”. Esto no ha sido obstáculo para que el periódico local El Correo Gallego le dedicara este miércoles 4 de noviembre una parte importante de su portada en papel con el titular “Bofetada del alcalde 2.0 a las cofradías. Ni un euro de subvención”.

En cualquiera caso, desde las propias cofradías se ha restado importancia de inmediato a la decisión del Ayuntamiento, señalando su presidente, Antonio Llovo, que “las procesiones seguirán saliendo como hasta ahora” porque “no dependemos de las subvenciones del Ayuntamiento para sacarlas”. Las cofradías han manifestado su satisfacción a la salida de la reunión con Noriega, confiados en que habrá colaboración del ayuntamiento para la promoción turística de la Semana Santa compostelana, y que si no es a través del Gobierno local esta colaboración llegará “a través de otros canales”, citando a la Xunta, la Cámara de Comercio o a la propia hostelería de la ciudad.