Alfonso Rueda, presidente de la Xunta y, por primera vez, cabeza de lista del PP gallego en las elecciones autonómicas, ha lanzado aún en precampaña su primera gran promesa electoral para el 18 de febrero. La primera matrícula en la universidad será gratuita para todos los alumnos de grado con independencia de su situación económica, si los populares logran retener el Gobierno gallego. La propuesta llega después de 15 años dirigiendo el Ejecutivo autonómico, con las competencias educativas que corresponden a las comunidades, entre ellas, la de establecer los precios públicos de las matrículas.
La idea de la gratuidad de la matrícula universitaria es nueva en el PP de Rueda, pero no en la política gallega. La medida fue propuesta en varias ocasiones tanto por el BNG como por el PSdeG. Ambos partidos llevaban propuestas en este sentido en los programas electorales para los comicios autonómicos de 2020. Los socialistas lo incluyeron, por ejemplo, en sus propuestas en el Debate del Estado de la Autonomía de 2018, pero los populares lo rechazaron. El BNG presentó el año pasado iniciativas parlamentarias en el mismo sentido, también con el voto en contra de la formación conservadora.
Rueda asumió un cambio de postura e hizo la promesa en un acto del partido en el que se rodeó de sus conselleiros, todos ellos candidatos en las elecciones de febrero dentro de las listas del PP. Lo presentó como la medida que, si continúan en el Gobierno gallego, hará que el sistema educativo gallego pase a ser “totalmente gratuito”. Hizo alusión, así, a la gratuidad implantada en 2022 en la etapa de cero a tres años, tanto en centros públicos como en privados. Galicia se convertirá, dijo, en “una tierra de igualdad de oportunidades”: “Los gallegos merecen un gobierno que cree nuevas oportunidades para los jóvenes, para que puedan llegar donde deseen, sea cual sea su origen”. La medida no está prevista en los presupuestos aprobados para 2024 -después de cuya aprobación se anunciaron las elecciones con el argumento de que era necesario tener antes las cuentas listas para dar estabilidad-, pero el PP plantea aplicarla ya en septiembre.
Las ayudas concedidas con independencia de la situación económica se han topado dentro del mismo gobierno gallego con los argumentos dados para eliminar la gratuidad de los libros de texto. La medida la había puesto en marcha el bipartito de PSdeG y BNG que gobernó entre 2005 y 2009, pero el equipo comandado por Alberto Núñez Feijóo la eliminó una vez llegó a la Xunta. Rueda hace una distinción, sobre la que no ha concretado qué criterio sigue, entre unas y otras subvenciones. La última vez que se pronunció sobre el tema, el presidente gallego respondía a una pregunta acerca de cómo se concilia negarse a recuperar la gratuidad del material escolar obligatorio y anunciar un bono universal para que los menores de edad compren material deportivo si están federados. Dijo entonces, en octubre de 2023, que en el caso de los libros conviene comprobar si la familia puede o no permitírselos sin ayudas públicas. “Son ayudas diferentes. Es opinable, pero hay ayudas que considero que se pueden repartir sin tener en cuenta criterios de renta, otras que sí [han de tener en cuenta esos criterios] y otras que no deberían ni ser repartidas”, manifestó.
Su primera gran promesa electoral la hizo en Vigo en la sede de Afundación, que es la pata que lleva la obra social de Abanca, el banco heredero de las desaparecidas cajas de ahorros gallegas. Afundación y Abanca son precisamente las promotoras de uno de los grandes proyectos en materia educativa durante los gobiernos del PP: la creación de una universidad privada en Galicia. El nacimiento de la entidad privada unió en contra a los rectores de las tres universidades públicas, los grupos de la oposición y plataformas en defensa de la educación y recibió críticas del Consello Económico e Social.