“No habrá resignación; la mayoría absoluta del PP no legitima su política de recortes”. La reflexión es la misma y case idéntica por parte de los consultados. Plataformas sociales en defensa de la enseñanza, de la sanidad y de los servicios públicos, sindicatos agrarios o colectivos a favor de la lengua gallega. Todos ellos coinciden en que el resultado de la derecha en las elecciones del pasado domingo no es un aval ni un cheque en blanco para sus continuos ajustes. Aun así, reconocen que la Xunta “acelerará su ataque” al Estado de Bienestar, pero advierten también de que la respuesta en forma de movilizaciones y protestas “será aún más fuerte”.
“Aumentó la abstención, el PP perdió apoyo y una mayoría de los que acudieron a las urnas no le votó; no veo que haya una legitimación clara para su política de recortes, ni mucho menos”. Isabel Vilalba, secretaria general del Sindicato Labrego Galego (SLG), cree que “la mayoría social en Galicia está contra los recortes”. Lo argumenta en los resultados electorales pero, sobre todo, en la elevada abstención y en la enorme cantidad de votos nulos y blancos cosechados en los comicios autonómicos.
Manuel Martín, portavoz de la plataforma SOS Sanidad Pública, es de la misma opinión, al incidir en el hecho de que “un partido que pierde apoyos y saca menos votos aumenta el número de escaños gracias a un sistema electoral aberrante y tramposo”. “Ni todo el mundo votó por el PP ni mucho menos refrendaron sus políticas”, insiste José Fuertes, responsable de Acción Sindical de Enseñanza Pública de CCOO-Galicia, al igual que Ángel Louzao, secretario nacional de la CIG-Ensino y, como su compañero, miembro activo de plataformas a favor de la escuela pública y en defensa de los servicios públicos. “Hay una enorme masa social que dijo no a los recortes, pero tampoco se puede pensar que votar el PP equivale refrendar una política de ajustes”, aclara.
“Que un Gobierno gane las elecciones no hace que las mentiras se conviertan en verdades o que las actuaciones ilegítimas se coviertan en legítimas”, añade Carlos Callón, presidente d'A Mesa por la Normalización Lingüística y portavoz de la plataforma Queremos Galego. “Que tengan mayoría absoluta no quiere decir que puedan aplicar recortes o instaurar reformas sin contar con los afectados y sin ningún tipo de diálogo”, insiste Helena Gómez, presidenta de la Confapa, confederación que agrupa a las asociaciones de padres y madres gallegas. Ella, como todos los demás, reconoce, no obstante, que el PP sí intentará vincular su clara victoria electoral con un hipotético aval a los recortes. Por eso, piensan todos los consultados, “se creerá fortalecido en su hoja de ruta y continuará con la involución absoluta en materia social, económica o lingüística”, dice Anxo Louzao.
Ese es el principal temor de todos estos colectivos. “La impresión es que ahora irán a saco, a hacer todo lo que habían pensado con más convencimiento aún”, dice Helena Gómez, en una reflexión que comparte con José Fuertes, de CCOO, que cree que “la beligerancia” mostrada por el PP contra el Estado de Bienestar en los últimos meses irá a peor. “Los resultados le darán fuerza para seguir adelante con sus políticas sin escuchar a nadie, pero si así lo hacen, nuestra respuesta también será más dura; tenemos toda la legitimidad del mundo para discutir sus decisiones”, advierte.
“La gente no se va a resignar sin hacerles frente”, añade también Isabel Vilalba (SLG), que alerta de que la conflictividad social puede aumentar si, como se prevé, la situación económica empeora y las promesas de recuperación de Feijóo se quedan en nada. “En el campo la situación es insostenible y hay mucha gente aguantando gracias a lo que pudo ir guardando de otros años, pero eso se va a acabar y la gente desesperada no se va a quedar en casa”, asegura.
“De nosotros no se va a apoderar el pesimismo, ni el temor, ni el miedo. Continuaremos en el combate permanente porque será una legislatura conflictiva y caliente. Habrá un rechazo importante se continúan los recortes, más aún en cuanto España solicite un nuevo rescate”, advierte también Anxo Louzao, que coincide en el análisis con Helena Gómez (Confapa), que auspicia “nuevas movilizaciones” en las próximas semanas.
La situación no pinta mucho mejor para Manuel Martín, de SOS Sanidad Pública, que recuerda que “el sistema sanitario en Galicia está en peligro extremo”. “Hubo ya una reducción brutal de recursos, presupuestos y personal y se están privatizando nuevos hospitales y servicios de apoyo. Lo que faltaba era avanzar en la limitación de la cartera de servicios universales y lo acabarán haciendo”, cuenta quien asegura que la plataforma “no va a parar en la batalla y en la movilización”.
“No podemos caer en el desánimo y tenemos que mirar también los datos positivos de las elecciones y ver que cayó el nivel de apoyo al PP, a pesar de que los resultados fueron negativos para la lengua gallega”, insiste Carlos Callón, que recuerda que pronto los tribunales se pronunciarán sobre el polémico decreto del plurilingüismo. “Ya lloramos la noche electoral, pero ahora ya tenemos los mismos ánimos de siempre”, insiste.
Todos, unos y otros colectivos, insisten en el dato de que el PP consiguió la mayoría absoluta con el apoyo de un 25% del censo electoral y le recuerdan que eso no le da “vía libre” para continuar con la dura política de recortes. Sin embargo, también todos temen que sí lo interprete como tal y endurezca aún más sus ajustes contra los servicios públicos y el Estado de Bienestar. Por eso también, llaman a no caer en la resignación y marcan la huelga general del próximo 14 de noviembre como una fecha clave y la creación de la Alianza Social Galega como un elemento fundamental para mantener la movilización contra los ajustes. El paro general será otra cita donde Galicia puede volver a demostrar que está a la vanguardia de las protestas sociales, aunque eso casi nunca se refleje de manera unitaria en las urnas.